www.arhca.esREGIMIENTO INFANTERIA DE LÍNEA DE SALAS

“EL DIABLO”

 

 

ORÍGENES Y ORGANIZACIÓN

 

            Como consecuencia de la declaración de guerra a Francia acordada por la Junta General del Principado de Asturias en sesión del 25 de mayo de 1808, y en virtud del llamamiento efectuado por la citada corporación, ahora constituida en Junta Suprema de Gobierno, apelando al patriotismo de los asturianos para levantar un ejército de 20.000 hombres; en la mañana siguiente y días sucesivos se va reuniendo en Oviedo una variada multitud de gentes procedentes de todos los concejos de Asturias.

 

            Con el objeto de dar a los concentrados la conveniente instrucción militar, el 2 de junio se aprueba la organización de 20 regimientos de infantería, de a mil hombres cada uno, los cuales deberían ostentar los nombres de los concejos más importantes del Principado. Para la organización de los cuerpos que se pretendía levantar, se eligió la vieja orgánica de los Regimientos de Milicias Provinciales, es decir, deberían estar constituidos por un único batallón de a 10 compañías, con su correspondiente Plana Mayor, y una fuerza teórica de 1.000 hombres cada uno[1].  

 

            Con la reunión de voluntarios procedentes de los concejos de Salas, Siero, Proaza, Pravia, Candamo, Ponga, Cornellana[2], Grado, Noreña, Miranda, Colunga, Las Regueras, Boal y Villaviciosa, el 18 de junio de 1808 se crea en Oviedo, capital del Principado de Asturias, el “REGIMIENTO DE INFANTERÍA DE SALAS”, bajo el pie de un sólo batallón con sus correspondiente Plana Mayor y una fuerza inicial compuesta de 28 oficiales y 418 efectivos[3]. Fue su primer Coronel, D. Gregorio Cañedo y Vigil.

 

            Nombres o denominaciones que ha tenido u ostentando desde su creación.

 

-         1808. Regimiento de Infantería de Salas

-         1808. Regimiento de Infantería de Línea de Salas.

 

VICISITUDES, CAMPAÑAS Y ACCIONES DE GUERRA

 

1808

 

            El 26 de junio de 1808 el general D. Vicente María de Acevedo dispone que con una parte de las trece compañías de su división que se hallaban acantonadas en Grado se forme el Regimiento de Salas, de cuyo mando, como estaba previsto, se encarga el coronel D. Gregorio Cañedo y Vigil. Inicialmente se organiza con 400 efectivos, divididos en 10 compañías de a cuarenta hombres cada una. Con el objeto de cumplimentar lo dispuesto por el capitán general del Principado de fecha de 17 de mayo de 1808 y otra de la comisión de Guerra de 1.º de junio del mismo año, se nombran sargentos 1.ºs y 2.ºs, así como también cabos 1.ºs y 2.ºs. De los 60 hombres que faltaban para el completo de cada una de las respectivas compañías se irán reponiendo según se vayan alistando. Arreglado en estos términos, el Regimiento de Salas queda acantonado en Grado, mandado por el coronel D. Gregorio Cañedo y Vigil.

 

            Nada más concluir la organización del batallón, el 27 de junio el general Acevedo dispone que el Regimiento de Salas, con su coronel al frente, parta desde su acantonamiento de Grado para la villa de Llanes con el objeto de reforzar aquel punto.

 

ORGANIZACIÓN INICIAL: 26 DE JUNIO DE 1808

 

            Un Batallón de a diez compañías, distribuido en:

 

P L A N A   M A Y O R

                                -  Coronel …………   D. Gregorio Cañedo y Vigil

                                -  Sargento Mayor …   D. José García Prada

                                -  Ayudante ……….    D. Manuel Cadenas[4]

                                -  Abanderado …….    Vacante

                                -  Capellán ………..     Se ignora el nombre

                                -  Cirujano ………..     Idem.

                                -  Tambor Mayor …    Idem.

                                -  Maestro armero …   Idem.

 

CÍA

CAPITANES

TENIENTES

SUBTENIENTES

    

D. Angel Vigil de Quiñones

D. Miguel María Prieto

D. Antonio Llano

   

D. Alvaro Llana Folgueras

D. Blas Folgueras

D. Antonio González del Río

   

D. Bonifacio Marrón

D. Francisco González Laguna

D. Francisco López Villabrille

   

D. Ramón Rodríguez Cañedo

D. Juan Policarpo Peláez

D. Francisco Alonso

   

D. Benito Prada

D. Isidoro Fernández Miranda

D. José Fernández Castañón

   

D. Manuel Rodríguez Sanfrechoso

D. Manuel Puerta Colón

D. Fernando del Río

   

D. José Montoto

D. Joaquín Vázquez Prada

Vacante

   

D. Benito Fernández Quiñones

D. Francisco de Caso

D. Francisco González Castro

   

D. Francisco Rivero

D. Tomás Fernández Trapiella

D. Francisco Longoria

10ª

D. Enrique Polledo y Cuesta

D. Antonio de Granda

Vacante

 

CÍAS.

Sgt.ºs 1.ºs

Sgt.ºs 2.ºs

Tambores

Cabos y soldados

Fuerza total

  

1

1

1

  47

 50

 

-

2

-

  42

 44

 

1

-

-

  41

 42

 

1

1

-

  37

 39

 

1

1

-

  40

 42

 

1

1

-

  38

 40

 

1

1

-

  40

 42

 

1

1

-

  38

 40

 

1

1

-

  37

 39

10ª

1

-

-

  39

 40

Total

9

9

1

399

418

            La instrucción del batallón es encomendada a los oficiales, sargentos y cabos de los regimientos Provincial de Oviedo e Hibernia que habían sido destinados al Regimiento de Salas con este propósito.  

 

            El 12 de julio de 1808 se encontraba acantonado en Bezanes (concejo de Caso).

 

            El 20  de julio de 1808 el capitán de la 1.ª compañía del Regimiento de Salas D. Angel Vigil de Quiñones, cesa en su destino por haber sido nombrado por la Junta Suprema gobernador militar del concejo de Siero con grado de coronel. 

 

            El 22 de agosto, los generales Blake y Acevedo se reúnen en León para tratar sobre el auxilio que Asturias debería prestar al ejército de Galicia. El día 29 el general Acevedo informa a Blake que ha dado orden para que las tropas asturianas, entre las que naturalmente se encontraba el Regimiento de Salas, se reúnan en Llanes para verificar en dicho punto la organización de una división para ponerla a disposición del entonces denominado Ejército de Galicia.   

 

            Como consecuencia del acuerdo anterior, en septiembre de 1808 el Regimiento de Salas queda incorporado a la recién constituida División expedicionaria asturiana, puesta bajo el mando del teniente general D. Vicente María de Acevedo cuya división, tal como se había convenido, debería incorporarse al Ejército, también expedicionario, de Galicia para formar la 3.ª división del expresado ejército, cuyo mando en jefe ostentaba el teniente general D. Joaquín Blake y Joyes.

 

            El 22 de setiembre el brigadier D. Gregorio Bernaldo de Quirós, inspector general de la división, en presencia de los generales Acevedo y Llano Ponte –que fungía de mayor general de la misma–, pasa la primera revista de inspección a los regimientos de la división, entre los que se encontraba el de Salas que, desde ese mismo momento, queda encuadrado en la 2.ª brigada que manda el propio Quirós.

 

            El 25 de septiembre la totalidad de los regimientos destinados a constituir la 3.ª división se hallan acantonados en Llanes, localidad en la que queda establecido el cuartel general divisionario. Este mismo día, el general Acevedo propone a la Junta Suprema de Asturias un “Plan de reforma de los regimientos” para poner a los cuerpos de la División de su mando bajo el pie de igualdad a los de Línea del ejército al que pronto iban a unirse, para que en las maniobras no resulten los atrasos y pérdidas de tiempo que entorpecerían y perjudicarían notablemente el buen éxito de las operaciones.    

 

            Aprobado el plan anterior, el Regimiento de Salas, junto con los demás cuerpos divisionarios, experimenta una profunda transformación para adaptarse a las nuevas exigencias de la guerra, quedando arreglado desde el 1.º de octubre de este mismo año bajo el pie de dos batallones de a cinco compañías cada uno, una de ellas de granaderos, creando así, con esta articulación en batallones, una unidad más flexible y maniobrera. La orgánica de los cuerpos, según el “Plan de reforma” propuesto por su general en jefe, es la que refleja el cuadro siguiente:

 

 

 

 

 

PRIMER BATALLÓN

SEGUNDO BATALLÓN

P  L A N A    M A Y O R

             - Coronel

             - Sargento Mayor

             - Primer Ayudante

             - Abanderado

             - Capellán

             - Armero

             - Cirujano

             - Tambor Mayor

             - 6 Pífanos

             - Tambor de Órdenes  

         P  L A N A    M A Y O R

               - Teniente Coronel

               - 2 Ayudantes

               - Abanderado

               - Capellán

               - Cirujano

               - Armero

               - Tambor Mayor

               - 6 Pífanos

               - Tambor de Órdenes

 

C  O  M  P  A  Ñ  Í  A  S

Cada Compañía compuesta por:

                                                         -   1 Capitán

  -   1 Primer Teniente

    -   1 Segundo Teniente

                                                         -   1 Subteniente                                                               

                                                         -   1 Sargento 1º...........}

                                                         -   4 Sargentos 2ºs.…...}

                                                         -   8 Cabos 1ºs.............}  Total tropa: 100 hombres

                                                         -   8 Cabos 2ºs…….....}

                                                         -   2 Tambores.............}

                                                               - 77 Soldados...............}

           

            El 29 de septiembre de 1808, una vez arreglado bajo el pie de “de Línea”, es decir formado por dos batallones de a cinco compañías cada uno –una de ellas de granaderos–, el Regimiento de Salas emprende la marcha hacia Vizcaya, llegando a Quincoces de Yuso (Burgos) el 11 de octubre. En el estado de fuerza efectiva de todos los cuerpos que componen el “Ejército de operaciones de Asturias”, fechado el cuartel general de Quincoces el 12 de octubre de 1808, el Regimiento de Salas presenta una fuerza compuesta por 20 jefes y oficiales y 530 individuos de tropa, lo que supone un incremento de 112 efectivos respecto a los 418 fijados por la orgánica anterior.       

 

            El 16 de Octubre las tropas expedicionarias de Asturias, después de pasar la revista de Comisario reglamentaria, se refunden en el Ejército de Galicia, constituyendo, como estaba previsto, la 3.ª división del expresado ejército. 

 

            Concertado el despliegue de las unidades, el general en jefe del Ejército de Galicia, a partir de ahora denominado “de la Izquierda”, dispone que el Regimiento de Salas, que con los demás cuerpos de la 2.ª brigada que ocupaba Villarcayo y sus cercanías bajo las órdenes del brigadier D. Gregorio Bernaldo de Quirós, se traslade a las cercanías del cuartel general de la división establecido en Quincoces de Yuso. El día 19 de octubre parte para Orduña. 

 

            El estado de organización y fuerza disponible del Ejército de la Izquierda de fecha 31 de octubre, el Regimiento de Salas presenta los mismos efectivos reflejados en el informe anterior. Según este estado, el regimiento continúa encuadrado en la 2.ª brigada que manda el brigadier Bernaldo de Quirós, cuya brigada sigue destacada en Orduña.

 

            El 3 de noviembre las fuerzas de la 2.ª brigada al mando del brigadier Bernaldo de Quirós, entre las que, naturalmente, se encuentra el Regimiento de Salas, se reagrupan en La Nava con el Ejército de la Izquierda.

 

            Ante el riesgo inminente de un ataque enemigo para recuperar Balmaseda, el Regimiento de Salas por orden del general en jefe abandona la villa el 8 de noviembre, lo que verifica con prontitud, orden y sin el menor contratiempo hasta salir el último hombre, pese a estar expuestos a un intenso fuego enemigo. No obstante, entre las tropas asturianas se producen varias bajas entre muertos y heridos.

 

            Emprendida la retirada por el camino de Quintana, sobre la una de la tarde del 10 de noviembre, a la altura de la villa de Espinosa de los Monteros se presenta una fuerza enemiga considerable, lo que obliga a las tropas de Blake a ocupar posiciones de ventaja (alturas dominantes) para evitar la sorpresa y facilitar así la defensa ante el previsible ataque que pudiera acometer el enemigo, lo que así ocurrió, ya que se trabó un duro y encarnizado combate en el que, tras dos horas de agotadora lucha en la que por ambas partes de hicieron prodigios de valor, fue rechazado en enemigo. Por la tarde el general Acevedo resuelve atacar las posiciones enemigas, cuyo movimiento se efectúa con serenidad, batiéndose con extraordinario valor los cuerpos asturianos, pero la acción queda indecisa por sobrevenir una densa niebla que hacia imposible distinguir cualquier objeto. El Regimiento de Salas, junto con el Provincial de Oviedo y Villaviciosa, realiza durante el transcurso de la acción tres cargas a la bayoneta, causando varias bajas al enemigo. En el fragor de la batalla, el capitán del Regimiento de Salas, D. Pablo de Mier, se apodera de dos banderas y una caja de guerra del enemigo, por lo que la Junta de Asturias, en premio a su acción, le confiere el grado de coronel. Entre las tropas asturianas se producen, sin embargo, bajas que contabilizan varios muertos y heridos.

 

            A la mañana del día 11 se descubre que el enemigo, formado en batalla, se hallaba preparado para dirigir su principal ataque contra la izquierda de las tropas asturianas, pero habiendo observado que se mantenían firmes en sus puestos, sin avanzar, el general Acevedo mueve contra ellos toda su línea, compuesta por el Regimiento de Salas, el Provincial de Oviedo y parte del Villaviciosa, además de toda la 1.ª División de Galicia. Tan pronto como se inició la aproximación al enemigo, éstos mueven todo su frente de batalla contra los españoles, por lo que Acevedo ordena hacer alto para recibirlos. Inmediatamente comenzó un vivísimo fuego de una y otra parte. Cae muerto el general Quirós y quedan herido de importancia los generales Acevedo y Valdés. El resultado fue decisivo, las fuerzas asturianas que ocupaban este punto (alturas de Las Peñucas), sorprendidas por el inesperado movimiento del enemigo y viéndose privadas de sus jefes, ceden, lo que produce el desorden general y la completa dispersión. En la acción resultan heridos también varios oficiales y soldados de los demás cuerpos asturianos.

 

            No obstante lo anterior, el Regimiento de Salas, al igual que los demás cuerpos que intervinieron en la batalla de Espinosa de los Monteros, había acreditado subordinación, valor y constancia en las demás circunstancias.

 

            Puestos en ordenada retirada con dirección al Principado de Asturias, siempre perseguidos por fuerzas enemigas superiores, los maltrechos regimientos asturianos son alcanzados cerca de la villa de Comillas.

 

            Dispuesto el enemigo a terminar con todo foco de resistencia, cae sobre Comillas para atacar a las fuerzas asturianas allí establecidas y no contando éstas con tropas suficientes para hacer frente a un enemigo que les aventaja en superioridad numérica, el 19 de noviembre se repliegan a San Vicente de la Barquera, en la creencia de que en este punto, por su privilegiada situación estratégica, se podía contener al adversario y hacerle desistir de su persecución. Establecido el dispositivo defensivo bajo el mando del general D. Nicolás de Llano Ponte, sin tener en cuenta la formidable ventaja que ofrecía el terreno --lamentable error táctico--, se dispone sostener el puente de La Maza, situado a espaldas de las tropas, lo que deja a éstas en una situación comprometida. Bombardeada la posición por la artillería y, posteriormente, acometida por la caballería enemiga, cunde el pánico y se produce la dispersión, quedando expedito el paso del puente para la progresión de las fuerzas francesas.

           

            Siguiendo la retirada general, siempre perseguidos por la caballería enemiga, el mismo día 19 de noviembre las fuerzas asturianas llegan a Colombres, en cuyo punto se sostiene una breve pero dura refriega con sus perseguidores. Una vez reagrupadas las restantes y desorganizadas fuerzas en la citada villa, el general Llano Ponte decide establecer la línea defensiva en Colombres, pero engañado por una hábil estratagema del enemigo, cual era encender y avivar grandes fogatas para dar la sensación de reunión de fuerzas importantes, decide replegarse sobre Llanes por temor de ser atacado al día siguiente. 

 

          En el mes de diciembre, debido a los fracasos e incompetencia militar del general Llano Ponte, la Junta Suprema de Asturias decide relevarle del mando, por lo que designa al mariscal de campo D. Francisco Ballesteros[5] para reorganizar las maltrechas unidades, poniendo a sus órdenes algunos de los regimientos de nueva planta que aún no habían salido a campaña. A tal fin, el general Ballesteros sale para Llanes, a cuya villa llega el 4 de diciembre al frente de 400 hombres del los regimientos de Covadonga y Fernando VII, consiguiendo en pocos días reunir en Colombres a los dispersos, entre los que se encontraban los hombres del Regimiento de Salas, a los que acantona en la citada localidad.

 

            Reunidas las dispersas fuerzas en Reinosa, tras el recuento general realizado a éstas el 14 de diciembre de 1808, el Regimiento de Salas, que continúa compuesto de dos batallones, presenta una plantilla regimental formada por 2 jefes, 24 oficiales y 306 bayonetas. En la batalla de Espinosa y posterior dispersión, el Regimiento de Salas había perdido entre muertos, heridos, dispersos y desaparecidos, aproximadamente, el 42% de los efectivos respecto a la fuerza presente el 31 de octubre. El armamento, a pesar de los avatares, se hallaba al completo, carecía de uniforme y la instrucción se consideraba mediana.     

 

            En virtud de orden del capitán general del Principado, el 18 de diciembre de 1808 el Regimiento de Salas, junto con  el de Lena, se le encomienda el servicio de escolta de los carros que han de conducir desde Gijón hasta Villafranca del Bierzo 3.000 fusiles ingleses. El día 23 del mismo mes, un destacamento del Regimiento de Salas al mando del sargento 2.º, D. Miguel Díaz es el encargado de conducir una partida de 960 fusiles, que no llega a Villafranca del Bierzo por haber caído en poder del enemigo a nueve leguas de su destino. Tres días más tarde, el 26 de diciembre, otro destacamento del regimiento al mando del sargento 2.º, Vicente Rodríguez, conduce desde Gijón otra partida de 1.000 fusiles para Villafranca, pero al estar ocupado aquel punto por el enemigo los deja en custodia en el cuartel del Regimiento Provincial de Mondoñedo.

 

 1809

 

            A principios del mes de enero de 1809 el Regtº de Salas se hallaba sin jefes, por cuyo motivo no puede salir para Llanes ni tampoco asignar destino alguno a la tropa que nuevamente recibe para su completo, razones éstas por las que no podrá en reunirse con su división.

 

            Expuesto el Principado de Asturias a ser invadido por el ejército francés, la Junta Suprema de Asturias, además de la línea de Colombres, dispone establecer otras dos más; una en Pajares y la otra en el río Eo, nombrando para el mando de esta última al teniente general D. José Vorster. A tal fin, se da orden para que el Regimiento de Salas, junto con los de Pravia, Lena, Grado, Fernando VII, Navarra y medio batallón del 2.º de Voluntarios de Cataluña, éste último reforzado con dos compañías del Regimiento de Castropol que se agregaron, regularmente vestidos y equipados, se pongan en marcha hacía su nuevo destino en la raya de Galicia para conformar la llamada “línea del Eo”, cuyo límite se extendía desde Castropol (Oviedo), siguiendo el curso del río del mismo nombre, hasta la Ribera de Piquín, concejo de Burón (entonces provincia de Mondoñedo).

 

            El 10 de enero de 1809. se ordena que el coronel del Regimiento de Salas, D. Gregorio Cañedo y Vigil, se presente en Oviedo para recibir órdenes

 

            La Junta Suprema, en sesión del día 16 de enero de 1809, acuerda que se haga marchar al Regimiento de Salas para que, siguiendo a los de Pravia, Grado y Lena, avance a los límites de Galicia. Se dispone que el equipamiento del Regimiento de Salas se efectuará en Gijón, y una vez que se haya vestido deberá emprenderá la marcha para la villa de Navia.

  

            Una vez provista la plaza de sargento mayor, que se hallaba vacante desde la marcha del anterior propietario que la detentaba, cuyo cargo recae en el capitán D. Manuel Olmedo, y debidamente uniformado y pertrechado, el 21 de enero de 1809 se ordena la salida inmediata del regimiento para su nuevo destino. 

 

            A finales del mes de enero las fuerzas del teniente general D. José Vorster (5.ª división o división de Occidente) ya se encontraban desplegada sobre la línea del Eo. En este tiempo Vorster no tenía cuartel general fijo, ya que unas veces se mantenía en la Vega de Ribadeo (actual Vegadeo) y otras en Villaboa de Miranda, término municipal de Villaodrid (Mondoñedo).

 

            El 24 de enero de 1809 las fuerzas enemigas al mando del general Fournier, que ya se encontraban sobre Mondoñedo, ante el temor de que el paisanaje gallego se haga fuerte por la cercana presencia de las fuerzas de Vorster, son reforzadas con dos batallones llegados ex profeso de El Ferrol cuyo mando, a partir de ahora, lo asume el general Maurice Mathieu, quien al día siguiente se desplaza a Ribadeo al frente de un destacamento de 150 hombres.

 

            El 1.º de febrero el general Vorster, con el objeto de dar a conocer su presencia en la zona, desde la batería de San Román (Figueras), hace un fuerte y asombroso fuego de artillería sobre la villa de Ribadeo. El día 2 Vorster, al frente de sus  fuerzas, cruza en barcas la ría del Eo y se presenta en Ribadeo. Nada más efectuar el desembarco se posesiona del Ayuntamiento y obliga a la Corporación a reconocer a Fernando VII, consistiendo que sus soldados y paisanos armados con chuzos y escopetas que con ellos llegaron (decían que “venían a comer a los franceses”), asaltasen el fuerte de San Damían, poniendo fuego a su polvorín y arrojando a la mar los cañones de su batería.

 

            Tras la toma de Ribadeo, las tropas de Vorster prosiguen su marcha hacia Mondoñedo, con el propósito de sorprender a la guarnición francesa allí establecida. Se hace correr el bulo de que se trata de una división de infantería perfectamente armada y equipada (por ir vestida de rojo, decían que era inglesa) se encuentra próxima a Mondoñedo, lo que provoca el pánico entre la escasa guarnición francesa que ocupaba la ciudad.

 

            Los dos mil hombres que componían la división de Vorster, después de sorprender las avanzadas enemigas, se posesionan de Mondoñedo, pero Vorster, por sus mal concertadas órdenes, y el coronel Linares por no atender cumplidamente al punto que guarnecía, dejaron retirarse a la sorprendida guarnición francesa sin sufrir el menor hostigamiento. Rehecho el enemigo, a la mañana del día siguiente decide atacar y desalojar a la división española de Mondoñedo, siendo los Voluntarios de Cataluña los que más tesón y resistencia ofrecieron a su desalojo, que terminaron por ceder y ponerse en franca retirada, circunstancia aprovechada por Mathieu para invadir tres días después el Principado por el punto de San Tirso de Abres, dirigiéndose acto seguido a la Vega de Ribadeo, en cuya villa entra a altas horas de la noche, alcanzando más tarde el Navia. El general Vorster en lugar de procurar contener cuanto menos al enemigo, ya que contaba con superioridad numérica, se aleja del teatro de operaciones, atravesando por Meredo y Plantón, con dirección a Boal.  

 

            Tras la precipitada huida de Vorster, el 5 de febrero los franceses vuelven a ocupar la importante villa de Ribadeo.

 

            El 22 de febrero de 1809 el Regimiento de Infantería de Salas aparece encuadrado en la 5.ª división (general Vorster), situada en la línea del Eo-Navia.

 

            El sargento 2.º del del 2.º Bón. del Regimiento de Salas, D. José Rodríguez Carvajal resultó muerto en las proximidades de Tol (Castropol) durante un encuentro sostenido con el enemigo. El 12 de marzo de 1809 es enterrado en la parroquial de la citada localidad.

 

            El 17 de abril el Regimiento de Salas se encuentra en Conforto, Villaodrid (Mondoñedo). Según el estado de fuerza circunstanciado en la citada localidad de Conforto el 23 de abril de 1809 por D. Agustín Ronceros, actual sargento mayor del Regimiento de Salas, con el V.º B.º del teniente coronel D. Pablo de Mier, comandante accidental del cuerpo por ausencia de su coronel, que se hallaba enfermo en Castropol, el Regimiento de Infantería de Salas presenta la siguiente orgánica:

 P   L  A  N  A     M  A  Y  O  R

 

                     Coronel:                                 D. Gregorio Cañedo y Vigil

                     Teniente Coronel:                  D. Pablo Mier y Mestas                                               

                     Sargento Mayor:                    D. Agustín Ponceros

                     Sargento Mayor agregado:    D. Julio Manrique

                     Ayudante 1.º                          D. Bartolomé Fernández

                     Otro 2.º                                  D. Isidro Villar

                     Subteniente de Bandera:       D. José Barrio. En Avilés

                     Otro:                                      D. José Muñiz. Enfermo en Luarca.

                     Capellán:                               D. Ignacio Menéndez Flórez

                     Otro:                                      D. Francisco Fio y León

                     Cirujano:                               Vacante

                     Otro:                                      Idem.

                     2 Armeros                              

                     1 Tambor Mayor                

 

 

Bón. 1.º

Capitanes

Tenientes

Subtenientes

Granad.s

D. Bonifacio Maron

D. Francisco del Río

D. Antonio González Río

1.ª

D. Antonio Seoane

D. Miguel Prieto

D. Francisco Fdez. Baquero

2.ª

Vacante

D. Bartolomé Fernández

D. Sant.º Alvarez Guerra

3.ª

Francisco Laguna

D. Lino Ochayta

D. Blas Ant.º Bermejo

4.ª

D. Isidro García de la Burria

D. Juan de Dios Velarde

D. Franc.º García Presno

Bón.  2.º

Capitanes

Tenientes

Subtenientes

Granad.s

D. Benito de Prada y Cascos

Vacante

D. José Fdez. Castañón

1.ª

D. Man.l Rod.z Sanfrechoso

D. Antonio Carvajal Val.n

D. Juan Reguero Ferrón

2.ª

D. José de Montoto

D. José Flórez Collado

D. Francisco Pintado Glez..

3.ª

D. José Ramón Valdés

D. Rafael Montes

D. Manuel Blanco Alonso

4.ª

D. Sebastián Cuesta Ovín

D. Juan  Menéndez Morán

D. Franc.º López Villabrille

Agregado

 

D. Andrés Ant.º Maimo

 

 

 

Sgtºs 1ºs

Sgtºs 2ºs

Tambores

Cabos

1.ºs

Cabos 2.ºs

Soldados

Fuerza total

Presentes y efectivos

  9

24

 8

44

33

   714

  832

En los hospitales

  2

  7

-

10

  7

   153

  179

Comisión fuera del Cuerpo

  1

  4

-

 3

  7

     58

   73

Con licencia temporal

-

-

-

 2

  1

      3

     6

Ausentes sin permiso

-

 5

 2

 3

  6

    89

  105

Totales

12

40

10

62

54

1.017

1.195

Nota:-

 

En este Regim.tº sirven sin haver hecho constar el eprmisio de sus primitivos Gefes el 1.er Ayudante Capit.n D.n  D. Bartolomé Fernández q.e era  Sarg.tº 1.º de Voluntarios de Estado, el Capitán D.n Ant.º  Sn.a Seoane q.e fue de Nápoles, el Subten.te D.n Blas Ant.º Bermejo, Sarg.tº 2.º q.e ha sido de Sevilla: 3,, Sargentos, 3,, Tambores, 4,, Cavos y 23,, soldados q.e lo eran de los Regimientos de Granaderos Provinciales de Oviedo, del R.l Cuerpo de Marina, de los de Infant.ª  de Toledo, Navarra, Mallorca, Aragón, Hibernia y Nápoles, Voluntar.s del 1.º de Cataluña, de los de Navarra,  de Estado, Literarios de Galicia, Batl.ºn  del General, Provin.l de Mondoñedo, Reserva de Galicia, Caballería de Buenos Ayres,  y del Voluntarios de España, los quales algunos se presentaron extraviados de resultas de la retirada de  Exto de Balmaseda, León,  &; otros por haver sido prisioneros y conseguir fugarse, y varios q.e se presentaron al principio del Alistamiento.

 

Otra:-

 

El Sargento Mayor D.n Julian Manrique agregado á este Cuerpo, era Sargento 2.º  de las R.s Guardias  Españolas, y el Teniente D.n Andres Ant.º Maymo tambien agregado fue Alferez de Fragata de la Real Armada.

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            El 19 de mayo, mientras las tropas del general Vorster se encuentran “perdidas” por las montañas del occidente asturiano, el mariscal Ney procedente de Galicia, después de desbaratar la inconsistente defensa establecida en el puente de Peñaflor el día anterior, ocupa la capital del Principado.

 

            Un destacamento (o partida) del Regimiento de Salas, compuesto por 24 soldados, 2 sargentos 2.ºs, un cabo 1.º y otro 2.º y un cadete, al mando del subteniente D. Manuel Alonso Blanco, el 28 de mayo de 1810 pasa revista en Cibea (Cangas de Tineo) ante el comisario Menéndez Valdés.

 

            Mientras ocurrían estas cosas, el general Ballesteros enterado de la incursión de Kellerman a través de Pajares y que Oviedo se hallaba ocupada por fuerzas del mariscal Ney, recibe el encargo del marqués de la Romana para que “reúna cuantas fuerzas pueda, y que obre según le parezca” y pone a sus órdenes el Regimiento de la Princesa que manda el coronel D. José O’Donnell. En cumplimiento de la orden anterior, Ballesteros decide abandonar la línea de Colombres y efectuar el repliegue sobre Cangas de Onís, al tiempo dispone que la reunión de las tropas se verifique en el Infiesto, a cuyo punto se dirige con todo su cuartel general para recibirlas.

 

            Una vez concentradas las fuerzas en Infiesto, entre las que no se encuentran los  regimientos que formaron la 5.ª división (línea del Eo) bajo el mando del general D. José Vorster, Ballesteros intenta organizar los cuerpos que deberán actuar bajo su mando.

 

            Vorster, por fin, da señales de su existencia y se presenta en Salas, en cuya villa establece el cuartel general. Se queda con los regimientos de Llanes, Cazadores de Fernando VII y Navarra, mientras que el Regimiento de Salas, junto con los de Pravia, Lena, Grado y 2.º de Voluntarios de Cataluña (al que se le habían agregado dos compañías del Regimiento de Castropol) queda a las órdenes del brigadier D. Pedro de la Bárcena, moviéndose por los pueblos de la derecha del río Narcea.

 

            En la madrugada del 2 de junio de 1809 el enemigo descubre la situación  de las fuerzas españolas que ocupaban posiciones en la pendiente que media entre Leiguarda y San Martín de Miranda. El Regimiento de Salas, que compone la vanguardia de las fuerzas de Bárcena, se encuentra desplegado en Menes para emprender, como el resto de la División, el movimiento retrógrado tan pronto como las descubiertas enemigas aparezcan por las vegas de San Cristóbal con dirección al puente de San Martín. Justo en el momento en que asoma la vanguardia francesa al mando de Barthelemy, dos partidas del Regimiento de Grado colocadas sobre el puente consiguen detener, con fuego certero, a las primeras avanzadas enemigas. Barthelemy reúne a sus hombres –un batallón polaco de 800 hombres– e intenta forzar el paso y alejar las guerrillas apostadas al otro lado del puente, circunstancia que es aprovechada por el general Bárcena para ordenar a los cuerpos de retaguardia que salgan a reforzar las guerrillas y se sitúen en el punto por ellas ocupado. El Regimiento de Salas al mando de su bizarro teniente coronel D. Pablo de Mier, reforzado con dos compañías de granaderos del Regimiento de Grado; otras dos del de Lena y otra del de Pravia, se sitúa en el punto que se le había señalado. Una vez roto el fuego, a medida que las fuerzas contrarias se apresuran en ganar la cabeza del puente, el tiroteo se va haciendo más violento; después de hora y media de duro combate el enemigo es contenido, por lo que se ve obligado a retirarse y fortificarse en las casas próximas de San Cristóbal. Reagrupadas las fuerzas, el enemigo hace un segundo intento de conquistar la posición española, pero son nuevamente rechazados por la tenaz resistencia que ofrecen las fuerzas defensoras. En el combate resulta herido en una mano el bravo capitán del Regimiento de Salas D. Bartolomé Fernández (antiguo sargento 1.º del Regimiento Voluntarios de Estado). Concluida la acción, las fuerzas antes mencionadas se repliegan sobre Leiguarda, acampando acto seguido en Las Estacas, en donde permanecen por espacio de dos días recuperándose de las fatigas de la dura jornada.    

 

             Tras el merecido descanso por los duros combates del día 2, el brigadier Bárcena al frente de las unidades que se hallan bajo su mando, entre las que se encuentra el Regimiento de Salas, parte con dirección al concejo de Teverga con el objeto de recibir instrucciones del general Vorster para caer sobre Grado. En vista de que éstas no llegan, Bárcena toma la iniciativa y emprende la marcha hacia el coto de Linares de Proaza, en cuyo punto permanece por espacio de dos días sin recibir comunicación alguna de Vorster. En vista de ello Bárcena, en conferencia con los jefes y oficiales de su división, ordena marchar sobre Grado. En aproximación a Sama de Grado, la vanguardia de la división toma contacto con una compañía de descubierta de la guarnición francesa de Grado contra la que cargan, consiguiendo ésta librarse de ser envuelta y hecha prisionera. Conforme se van acercando a la villa de Grado, las fuerzas españolas esperan hallar cierta resistencia por parte de las fuerzas francesas de la guarnición, lo que no ocurre por haber cundido y pánico y posterior dispersión del enemigo.

 

            El día 6 de junio la división de Bárcena al completo se halla concentrada en Grado, en cuyo punto, sorprendentemente, se recibe la noticia de que fuerzas del general Kellerman, que se encuentra en Oviedo, se aproximan a Grado con la intención de atacarla; por razones de seguridad se retira a las alturas de El Fresno (punto dominante sobre el camino real de Galicia y La Mesa), ya que esta formidable y estratégica altura ofrece mayor ventaja defensiva. En realidad se trataba de un batallón que venía a reforzar la guarnición francesa de Grado que, después de recoger a los dispersos fugados de la villa, regresa de nuevo a Oviedo. Al día siguiente los hombres al mando de Bárcena vuelven a Grado, a cuya villa también acude ese mismo día el general Vorster con los regimientos de Llanes, Fernando VII y Navarra, que habían permanecido junto a él en el cuartel general de Salas. Una vez en Grado, Vorster vuelve a reasumir el mando en jefe de la 5.ª división (Occidente).

 

            Una partida del Regimiento de Salas al mando de sargento Juan García Robés, en comisión ordenada por el coronel D. Pablo Mier, se halla en Avilés recogiendo dispersos y desertores e incomodando al enemigo, al que arrestó a seis soldados y un oficial llamado D. Juan Domingo Argüelles, que resultaron pertenecer al Regimiento de de Castilla y que, con orden del brigadier D. Pedro Bárcena, pasaban disfrazados a las inmediaciones de Oviedo para desempeñar comisión muy importante y reservada.

 

            El 10 de junio, evacuada por el enemigo la capital del Principado, las fuerzas de Vorster entran en Oviedo. Sin apenas dar descanso a sus tropas emprende la marcha con dirección al Padrún, en cuyo punto la división se divide en dos brigadas; una se pone al mando del coronel D. Gregorio Cañedo y Vigil, del Regimiento de Salas, y la otra queda a las órdenes del sargento mayor D. Gregorio Piquero Argüelles, del Regimiento de Castropol, cuyas brigadas deberían dirigirse a Pola de Lena con el objeto de interceptar en aquel punto a las fuerzas del general Kellerman que se conducen en retirada hacia León, pero en lugar de encaminarse a Pola de Lena tal como se había convenido, por lo mal concertado de sus órdenes optan por tomar caminos equivocados, frustrando de esta manera los planes previstos.  

 

            En efecto, la brigada del coronel Cañedo Vigil, en la que se encuadra el Regimiento de Salas, se desvía a la derecha por el puente de Loredo y, a través del antiguo camino real, llega a Riosa y atravesando diversos caminos de montaña, alcanza el pueblo de Zureda por Campomanes, mientras que la de Piquero parte con dirección al concejo de Lena; pernocta en Carabanzo y al día siguiente se dirige, equivocadamente, a Puente de los Fierros, en lugar de conducirse a Pola de Lena. El centro de la división de Vorster caminaba sin forzar la marcha, confiando en que llegarían a tiempo las brigadas de Cañedo y Piquero para atajar al enemigo. Fue un caro error, ya que los jefes que mandaban ambas brigadas no apreciaron los consejos que en este sentido les había dado el teniente coronel del Regimiento de Lena, a quien el mando le había confiado dirigir el ataque contra la retaguardia enemiga. No cabe duda que, de haber respetado la palabra empeñada por el coronel del Regimiento de Salas de acudir con sus fuerzas a sostener la acción, el resultado de la jornada posiblemente hubiese sido otro de lo que, en efecto, aconteció.

 

         Por acuerdo de la Junta, el 18 de junio de 1810 el subteniente del Regimiento de Salas  D. Francisco López Villabrille, es promovido al empleo de teniente.

 

            Desde el mes de junio de 1809 hasta finales del mes siguiente el Regimiento de Salas se encuentra acantonado en Noreña. En este tiempo figura como cadete del mismo cuerpo D. Francisco Campo Trelles y Valdés Salas, natural de Santa Cruz de Llanera.

 

            Desde el 15 de agosto de 1809, fecha en la que  parte de Noreña con dirección a Pajares, hasta el día 27 del mismo mes, el Regimiento de Salas experimenta la deserción de 3 sargentos, 2 cabos y 45 soldados.

 

            En octubre de 1809 se encuentra acantonado en Cangas de Onís.

 

            El 11 de noviembre de 1809 varios soldados destinados al reemplazo del Regimiento de Salas, que se hallaban en Avilés, parten para Cangas de Onís con el objeto de incorporarse a su regimiento.

 

            El 30 de diciembre de 1809 el cargo de sargento mayor del Regimiento de Salas lo viene ejerciendo D. Manuel Olmedo.

           

            Finaliza el año 1809 sin que el Regimiento de Salas muestre signos de actividad alguna ya que, desde el mes de junio en que los franceses abandonaron por completo el Principado, no había enemigo a quien batir: Ney regresó a Galica, Kellerman lo hizo a Castilla y Bonet se había retirado a Santander.

 

1810

 

            El año 1810, con motivo de la segunda invasión francesa del Principado de Asturias –que da comienzo el 24 de enero–, va a suponer para el Regimiento de Salas una referencia constante, ya que con la salida para Castilla, en agosto del año anterior, de la reorganizada división del mariscal de campo D. Francisco Ballesteros, el Regimiento de Salas –ahora convertido en una de las unidades más formidables y aguerridas de las que quedaron en Asturias constituyendo su guarnición– estaba llamado a ejercer un papel fundamental en la defensa del Principado durante esta segunda invasión, ya que la fuerza que constituía este cuerpo, bien operando como unidad orgánica independiente, tipo compañía, o en partidas ligeras o volantes de 25 a 40 hombres cada una[6], puede decirse que estaba omnipresente en todo teatro de operaciones desarrollado en la zona central de Asturias, con especial preponderancia en la línea comprendida entre los ríos Nalón y Narcea, atacando y acometiendo con denodado ímpetu a todo enemigo que se presentara en aquel escenario bélico. En definitiva, iba a resultar temible y a significar una auténtica pesadilla para el enemigo hasta el punto de que, con sólo citar su nombre, era motivo más que suficiente para sembrar la inquietud entre las bisoñas tropas que constituían el 120 Regimiento francés al mando del Coronel Gautier, cuyos soldados, acertadamente, le bautizaron con el sobrenombre de “el Diablo” por la astucia con la que siempre ejecutaba la maniobra.

 

            El 14 de febrero de 1810 asiste a la acción de guerra librada sobre el puente de Colloto. Debido a la irresponsable actitud del general Llano Ponte, las fuerzas del brigadier Bárcena se vieron, en medio de una densa niebla y fuerte nevada, aisladas en el puente gótico de Colloto, lo que facilitó al enemigo concentrarse sin ser visto y provocar con ello una acción ofensiva sorprendente, produciendo la dispersión general y su posterior reagrupamiento en Oviedo, en cuya ciudad contagian el pánico a las propias fuerzas de Llano Ponte. Al desenlace contribuyó también la actitud ambigua de Porlier. En la acción es hecho prisionero el capitán D. Bartolomé Fernández, ayudante del Regimiento de Salas.

             

            Consecuencia de lo anterior, las fuerzas supervivientes del puente de Colloto, entre las que se encontraba el Regimiento de Salas, efectúan una retirada precipitada a la línea del Nalón y establecen la defensa en la cabeza del puente de Peñaflor (curiosamente, la defensa del puente se realizó a la inversa de como se había efectuado el 18 de mayo del año anterior, puesto que el avance enemigo también lo era).

 

            Reunidas las dispersas tropas asturianas, éstas se reorganizan en la orilla izquierda del río Nalón, estableciendo a lo largo del curso del río (con su izquierda en Pravia, su centro entre Grado y el puente de Peñaflor, y su derecha en el puente de Soto de los Infantes) una “fuerte” línea defensiva, reforzada con otra de sostén sobre el río Narcea a la altura de Cornellana, con su cuartel general en Salas, situado a retaguardia de ambas líneas. El oficial de Ingenieros, D. José Castellar, es el encargado de fortificar someramente estas defensas, guarnecidas fundamentalmente por el Regimiento de Salas, el de Llanes y otros dos o tres cuerpos más. Estas unidades, muy mermadas de efectivos, estaban formadas en su mayoría por soldados dispersos de los recientes combates y la fuerza efectiva de la reunión de todos los regimientos, teóricamente, era de unos 1.200 hombres.  

 

         Otro de los combates en los que interviene el Regimiento de Salas, es la acción que tiene lugar el 10 de marzo de 1810 en la línea del Narcea, en la que se rechazan los impetuosos ataques lanzados por fuerzas enemigas superiores contra la citada línea. Por el extraordinario mérito contraído por el subteniente del Regimiento de Salas, D. Francisco López, el día 12 de este mismo mes la Junta Superior de Guerra de Asturias le propone para la recompensa a la que se ha hecho acreedor.

 

            La Junta Superior de Guerra, en sesión celebrada en Luarca el 4 de abril de 1810, acuerda llevar a efecto la reforma de los regimientos de la guarnición del Principado (división de Asturias) ordenada por el capitán general D. Antonio Arce para que los cuerpos que se han designado se reúnan bajo los números naturales 1.º, 2.º, 3.º, esto es, sin demostrar preferencia alguna por uno u otro cuerpo y que se prohíba de ahora en adelante cualquier otra denominación que no se ajuste a la señalada para cada regimiento.

 

            Como consecuencia de la orden anterior, una vez deliberada la forma de llevar a efecto la organización del Ejército, se decide remitir a la Junta Suprema el plan de reforma de la división de Asturias. Según este plan, los regimientos de Salas, Llanes y Gijón, deberían constituir el Regimiento n.º 3, cuyo mando recae en el coronel D. Pablo Mier, teniente coronel, comandante del 2.º batallón del Regimiento de Salas.

 

            El 21 de mayo de 1810 la Junta Superior de Guerra vuelve a tratar sobre la reforma de los regimientos acordada el 4 de abril anterior, pero no hace al respecto.

 

            Por acuerdo de la Junta de 8 de junio de 1810, en su artículo 2.º, se declara dejar nula en todas sus partes la reforma del Ejército, por lo que los cuerpos volverán a ostentar sus antiguas denominaciones. En cuanto al restablecimiento de los cuerpos, el 20 de junio se decide organizar los de Luarca y Salas, con la denominación de Regimiento n.º 2, puesto bajo el mando del coronel de Luarca, D. Juan Cañedo. En la plan de reforma del 4 de abril, el Regimiento de Luarca constituía el n.º 2 y el de Salas el n.º 3.

 

            En su afán de destruir al general Bárcena y las fuerzas que él comanda, el enemigo sale en su persecución con el objeto de atacarle allí donde se encuentre. El contacto tiene lugar el 15 de agosto de 1810 en el Coto de Linares (concejo de Proaza), en cuyo punto se ocupan posiciones defensivas para resistir el ataque de las fuerzas enemigas que habían salido de Grado a través del camino real que discurría por Bayo, Sama de Grado y Linares de Proaza.

 

            La acción es iniciada por el valeroso Regimiento de Salas, que se descuelga a la bayoneta –la mayor parte del combate se verificó con arma blanca–, causando al enemigo sensibles bajas. El Regimiento de Salas, que hizo prodigios y combatió con tal denuedo, batió y derrotó al enemigo, poniéndole en franca retirada hasta Sama de Grado, en cuyo punto se traba nuevo combate. Tras la acción, el enemigo se repliega sobre su base de partida situada en la villa de Grado, en donde recibe 400 hombres de refuerzo.

 

            El mismo 15 de agosto, día glorioso para las armas de España, aunque costoso por la mucha sangre derramada, se combate en Linares de Cornellana contra los 500 hombres que componían el primer batallón del Regimiento nº 118, cuerpo que es batido por tropas ligeras al mando del teniente coronel del cuerpo volante, D. Fernando Miranda, al que causa 200 bajas entre muertos y heridos, cogiéndoles además varios prisioneros, fusiles y otros pertrechos, pero no resulta totalmente derrotado ya que lo impidió la equivocada dirección que, por error de las guías, tomó el Regimiento de Salas que estaba destinado a atacarlo por la retaguardia. Por parte española se sufrió la baja de 11 muertos y 20 heridos, resultando de los primeros el valeroso teniente, graduado de capitán, D. Antonio Cancio Donlebún, del Regimiento de Llanes, agregado al de Salas, y el subteniente D. Francisco Fernández, del Regimiento de Salas; de los segundos el capitán D. Bartolomé Fernández y el subteniente D. Blas Antonio Bermejo, ambos del Regimiento de Salas.             

 

            Por decisión de la Junta Superior de Guerra, el 19 de agosto de 1810 los exiguos  efectivos del Regimiento de Llanes pasan agregados al formidable Regimiento de Salas, el más potente de todos los cuerpos que conformaban la guarnición de Asturias.

 

            El 20 de agosto de 1810 combate en la acción que tuvo lugar en las alturas inmediatas a San Lorenzo, en Teverga, contra fuerzas enemigas superiores al mando del coronel Gauthier, del Regimiento n.º 120. Repliegue sobre Teverga y, dejando partidas emboscadas y otras ocupando posiciones de ventaja, retirada sostenida de la División.

 

            Por estas fechas ejercía como srgento mayor del Regimiento de Salas, D. Francisco Farto.       

 

            El 20 de octubre de 1810 fuerzas del Regimiento de Salas que componían la división de vanguardia del brigadier Bárcena, son destacadas en descubiertas y observación del enemigo situado en distintos puntos del concejo de Grado (entre El Fresno y Peñaflor). Este mismo día combate en la acción que tuvo lugar en las alturas de la Espina sobre Salas, en la que todos los jefes, oficiales y tropa del Regimiento de Salas llenaron su deber, distinguiéndose el coronel, comandante del Regimiento de Salas, D. Pablo de Mier; el capitán del mismo cuerpo D. José Montoto y el subteniente de tiradores (compañía de cazadores) D. Francisco García Presno, también del Regimiento de Salas. Durante el desarrollo de la acción resultó muerto un sargento del Regimiento de Salas.

  

            Acción sostenida el 28 de noviembre de 1810 cerca del puente de Cornellana. En esta acción, resultaron heridos los oficiales del Regimiento de Salas D. Miguel Prieto y D. Blas Bermejo, así como el capitán del mismo cuerpo D. José Montoto, quien a pesar de la herida recibida, continuó mandando su compañía hasta que sus jefes le obligaron a retirarse.    

 

            En la sesión de la Junta del día 13 de diciembre de 1810, se da a conocer el memorial presentado por el capitán del Regimiento de Salas, D. Bartolomé Fernández, en el que expone haber salido herido en el ataque de Linares de Cornellana y haberse curado de las heridas en su casa.

           

            Por R. O. de 16 de diciembre de 1810, el Consejo de Regencia resuelve que las tropas españolas se distribuyan en seis ejércitos, por lo que el Ejército de la Izquierda (antiguo de Galicia) pasa a denominarse 6.º Ejército, que comprende a Galicia, Asturias, León y la parte de Castilla a la derecha del Duero, con dos subinspecciones: una en Galicia y otra en Asturias. Como consecuencia de la orden anterior el Regimiento de Salas, cuya disolución ya se contemplaba, no se le nombra ni aparece relacionado en los distintos estados de fuerza.

 

 1811

 

            Al comenzar el año 1811, el Regimiento de Salas continuaba mandado por el coronel D. Gregorio Cañedo y Vigil.

 

            Asimismo, en 1811 figuraba como subteniente del Regimiento de Salas, D. Francisco Fernández Baqueros.

 

            Ataque a Soto del Barco el 23 de enero de 1811. El 18 de enero de 1811, 300 hombres del Regimiento de Salas son embarcados en Cudillero, siendo desembarcados dos horas más tarde en la playa de Santa María del Mar, punto situado a espaldas del enemigo y a una legua y media de sus avanzadas. 50  hombres del Regimiento de Salas son desplegados sobre el camino de Avilés y otros 50 en caminos o alturas próximas, mientras que la fuerza principal se encaminaba a Soto del Barco para desalojar al enemigo. El día 23 el enemigo, que se hallaba situado en la iglesia de La Corrada, altura próxima a la casa del Sr. Llano Ponte, rompe el fuego contra las fuerzas españolas que se mantenían en aquel punto, obligándolas a abandonarlo tras los primeros disparos. El Regimiento de Salas no entró en combate, ya que durante el desarrollo de la acción ocupaba el camino de Riberas de Pravia.

 

            En febrero de 1811, el Regimiento de Salas, con algunos caballos, se une a las fuerzas de Porlier para observar los movimientos del enemigo sobre el Narcea.

 

            Después de varios meses de aplazamientos, no exentos de dificultad, el 28 de febrero de 1811 se decide acometer la tan ansiada reforma de los cuerpos asturianos (es el tercero y definitivo intento que se hace desde 1809), pero aún habrían de transcurrir algunos meses para poder llevarla a la práctica.

 

            El 11 de marzo de 1811 dos compañías del Regimiento de Salas al mando del capitán D. José Montoto, a quien se le había hecho el encargo de cubrir el flanco izquierdo de la división de Brigadier Bárcena e incomodar al enemigo desde Las Rubias hasta las alturas de Bodonaya, en cuyo punto se observan algunas partidas enemigas que habían quedado rezagadas en su marcha, por lo que el citado capitán dispone adelantar algunas guerrillas por la derecha del pueblo, mientras que el resto de la fuerza avanzaba por el centro e izquierda para caer sobre el enemigo. Verificado el ataque, caen dos franceses muertos y seis son hechos prisioneros. El resto de las fuerzas enemigas, sobre unos 40 ó 50 hombres que se hallaba sobre Fontanos, se repliega sobre Salas, siendo perseguidos por la compañía de tiradores del Regimiento de Salas. El capitán Montoto, a pesar de haber recibido dos heridas en acciones anteriores, se distinguió bizarramente. 

                                  

            Por fin, el 11 de abril de 1811 con la disolución de todas aquellas unidades que no se hallaban en condiciones de operatividad, se acomete la tan ansiada reorganización. Se disuelven 13 regimientos, cuyos exiguos efectivos se refunden días más tarde en tres cuerpos de nueva planta que retoman el antiguo nombre de “ASTURIAS”. Los escasos efectivos del Regimiento de Salas se integran en el recién constituido Regimiento “3.º de Asturias”, cuyo mando se encomienda el 16 de julio de 1811, con carácter interino, a D. Juan González Cienfuegos[7], antiguo coronel del extinguido Regimiento de Candás y Luanco, y como sargento mayor a D. José María Prada, también sargento mayor que fue del extinto Regimiento de Salas.

 

            El “3.º de Asturias”, compuesto por 851 plazas, fue formado y organizado en la ciudad de Oviedo en julio de 1811. El 25 de agosto, la Junta comisiona a D. Nicolás de Llano Ponte para que, a las cinco de la tarde del día siguiente, asista a la revista de Comisario en el Parque de San Francisco. En efecto, el 26 de agosto se verifica en Oviedo la primera revista de Comisario y se ordena su incorporación al “1.º de Asturias” que se encuentra en La Coruña.  

 

            El 17 de septiembre de 1811 se halla mandado, con carácter accidental, por el sargento mayor D. José María Prada.

 

            A finales del mes de octubre, encontrándose en La Coruña, recibe la orden de embarcar para América y que el destino del Regimiento sería Nueva España. Tras el arreglo sufrido en La Coruña (entre octubre y noviembre de 1811), previo al  embarque, queda reducido a un sólo batallón (ahora denominado “Batallón Expedicionario de Asturias”), de a 6 compañías, con un total de 635 efectivos. Precisamente en esta Plaza se hace cargo del mando del batallón el teniente coronel de Caballería, D. Juan de Cándano Suárez (natural de Ballota, por aquel entonces perteneciente al concejo de Pravia y comandante que fue del Regimiento de Grado), y se nombra, como sargento mayor, a D. Francisco de Paula Caminero. El 5 de noviembre de 1811, a la hora de oración (12,00 horas), se verifica el embarque de la tropa, zarpando acto seguido hacia el puerto de Vigo y, desde aquí, el día 15 del mismo mes se hace a la mar con derrotero a su nuevo destino en Veracruz (Méjico), a donde arriba el 14 de enero de 1812.

 

            El antiguo cuadro del extinguido Regimiento “3.º de Asturias”, así como los 216 efectivos excedentes, permanece en La Coruña a la espera de recibir órdenes para regresar a Asturias.

 

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LA BANDERA DEL REGIMIENTO

 

            Cuando en 1808 se forma el Regimiento de Salas, al igual que los demás cuerpos asturianos, lógicamente tuvo que tener su propia bandera, de cuya enseña, desgraciadamente, no nos ha llegado noticia alguna sobre su existencia, por lo que se desconoce cualquier detalle o característica acerca de la misma. Asimismo, se ignora el lugar o destino dado a la bandera tras la disolución del cuerpo.

 

Uniformes

 

            La uniformidad, propiamente dicha, observada por el Regimiento de Salas al principio del levantamiento contra el invasor ha discurrido paralela a la de los demás cuerpos asturianos que se crearon en fecha anterior o posterior a él.

 

            Poco tiempo después de formarse el cuerpo, a los efectivos que lo componían les fueron suministradas diversas prendas de vestuario confeccionadas por artesanos del Principado, cuyo uniforme básico lo componía una casaca o chaqueta corta de paño pardo[8], con cuello, vueltas y otros apliques de color encarnado (o verde si se trataba de tropas ligeras); un pantalón de lienzo crudo; una chaqueta corta de marcha o fatiga de lino o lienzo cruzo, posiblemente con cuello y vueltas también de color grana o verde. Como prenda de cabeza se usaba, parece ser, el gorro de manga o de cuartel, o bien el sombrero redondo de los fabricados en el Real Hospicio de Oviedo, o de los procedentes de la ayuda británica llegada a Oviedo meses antes. La mayoría de los pertrechos que conformaban el equipo del soldado eran también de origen británico, recibidos en Oviedo en julio de 1808, justo a tiempo para equipar a los regimientos que por esas fechas se estaban organizando en Oviedo.

 

            Para hacernos una idea aproximada del uniforme antes esbozado, se ofrece la descripción literal de la certificación que hace el sargento mayor del Regimiento de Salas de las prendas que contenía una de las dos maletas pertenecientes al heroico teniente del Regimiento de Llanes, agregado al de Salas, D. Antonio Cancio Donlebún[9], muerto gloriosamente en el campo del honor durante la acción de guerra favorable a las Armas de España desarrollada en las inmediaciones de Linares de Cornellana (Salas) el 15 de agosto de 1810. Una de estas maletas ―que habían sido entregadas por el soldado de la 4.ª compañía del 2.º batallón, Feliciano Martínez Casariego, asistente del teniente Cancio― contenía, entre otras cosas, lo siguiente:

 

            «Vnos Pantalones viejos, y rotos de Paño de color de la Lana = Otros id.m con      vivos blancos; un chaleco de Casimiro [sic] verde usado; y otro chaleco de seda    de colores, muy usado = Vna chaqueta de Paño color de la lana vueltas            encarnadas, y vibos: vastante usada = Vnos Botines largos de paño color de la      lana vastante   usados = Tres pares de Calzas usadas; y un par de medias de          Algodon blancas, y rayadas = Tres camisas viejas y rotas = Tres Pañuelos de        diferentes colores de    vuen uso, y otro muy biejo y enteram.te muy estropiado =   Tres camisolines usados ....».

 

            En enero de 1809 los componentes del Regimiento de Salas, aunque no existe constancia documental alguna que lo pruebe, es posible que, en primer lugar, por su pertenencia a la división del Eo –la mejor provista de todo– se haya beneficiado con prendas de vestuario de procedencia británica recibidas en Gijón el mes anterior, ya que la Junta Suprema de Asturias, en sesión del día 16 de enero de 1809, acuerda que el regimiento se equipe con las prendas de vestuario existentes en los almacenes de Gijón y que, una vez se haya vestido, deberá emprender la marcha para la villa de Navia. Este vestuario, en esencia, se componía de casaca roja, chaleco blanco, pantalón de lienzo y chacó del tipo ‘stovepipe’ (tubo de chimenea) o, en su defecto, gorro de cuartel. La provisión de estas prendas se había efectuado mediante sorteo realizado por la propia Inspección del Ejército en Asturias.

 

Recompensas

 

            El Regimiento de Salas, al tratarse éste de un cuerpo ceñido casi exclusivamente a la defensa y guarnición del Principado de Asturias, fueron escasas las recompensas que recibieron sus componentes. Entre estas, sólo destacan:  

 

1. Escudo de Distinción al Valor en Asturias

 

            Para enaltecer el valor de los cuerpos asturianos destacados en la línea de Colombres, la Junta Suprema de Asturias comisiona a D. Juan María de Mier para visitar el cuartel general divisionario y hacer extensivas a su general en jefe, jefes, oficiales y tropa las gracias de Su Alteza Serenísima (nombre otorgado a la Junta) por los distinguidos servicios prestados a la Patria. A tal fin, el 20 de mayo el representante de la Junta es recibido en el cuartel general con los honores de Ordenanza y acto seguido, tras pasar revista a las tropas, que formadas en orden de parada y con su general al frente, promete hacerles llegar la recompensa a la que se han hecho acreedores por su valor, constancia y patriotismo

 

            Como consecuencia de lo anterior, la Junta Suprema de Asturias para premiar el arrojo de las tropas que, bajo el mando del mariscal de campo D. Francisco Ballesteros, constituyeron el dispositivo defensivo de Colombres durante el ataque general efectuado el 15 de enero de 1809 contra el citado dispositivo por fuerzas enemigas superiores, establece, con carácter colectivo, un escudo de honor y premio denominado “Al Valor en Asturias”, cuya concesión se hace extensiva a las tropas que intervinieron en las importantes acciones desarrolladas en el mismo escenario bélico durante los ataques de los días 18 de febrero y 29 de abril de 1809, así como a las tropas que defendieron el estratégico e importante paso de Peñaflor durante la acción del 18 de mayo de 1809.

 

            Aunque el Regimiento de Salas no estaba comprendido dentro de los cuerpos que constituyeron el dispositivo defensivo de Colombres durante los ataques del 15 de enero, 18 de febrero y 29 de abril, ni tampoco formaba parte de las tropas que defendieron el puente de Peñaflor el 18 de mayo del mismo año, no cabe duda que su uso también se hizo también extensivo a los miembros de los otros cuerpos que constituían las divisiones de Pajares y del Eo, entre las que se encontraban, claro está, los componentes del Regimiento de Salas. 

            Dicho escudo, para llevar bordado en la manga izquierda de la casaca o prenda equivalente, consiste en una pieza circular de paño o lino blanco, de 60 mm. de diámetro, en cuyo centro se inscribe el lema: “VALOR / ACREDITA / DO EN / ASTUR  /  IAS”, en letras rojas, rodeado por ramos de laurel y palma en color verde.[10] 

 

 

2. Escudo de Distinción de Peñaflor

 

            Por la segunda acción de guerra desarrollada en el puente de Peñaflor, como recompensa a la constancia de las fuerzas que concurrieron a su defensa, se creó un nuevo Escudo de Distinción con el lema  “CONSTANCIA - PEÑAFLOR - 15 DE FEBRERO DE 1810”. La insignia, es de forma circular, de 60 mm. de diámetro, primorosamente bordada en hilos de seda de colores, en la que, sobre campo blanco, figura un puente de piedra de tres arcos situado entre dos peñas. El lema, en letras rojas, se inscribe en el exergo.

 

            Se trata de un escudo de factura diferente al anterior, creado para premiar el hecho de armas desarrollado en el mismo escenario el 15 de febrero de 1810, cuya diferencia respecto del primero estriba en que ahora ya no se inscribe la palabra “VALOR”, porque no hizo falta demostrarlo, puesto que estaba suficientemente acreditado.

 

            En el supuesto que una misma persona estuviera presente en ambas acciones y,  por lo tanto, en posesión de las dos recompensas; el escudo por la primera acción lo llevaba colocado en la parte superior –que es el lugar de preeminencia que le corresponde por su condición de laureado–, mientras que el correspondiente a la segunda acción, iba situado inmediatamente debajo de aquel.         

3. Cruz de Distinción del Ejército Asturiano

 

            Creada por Real Orden de 4 de junio de 1815 para premiar “el entusiasmo, valor y bizarría con que se condujo el egército asturiano en el tiempo en que circundada de enemigos aquella Provincia, y sin auxilios del Supremo Gobierno, fue acometida por los que estaban en Galicia, Castilla y Montañas de Santander, mandados por el Mariscal Ney y por los Generales Kellerman y Bonet; habiéndose sostenido á pesar de su corto número cerca de un año con escarmiento de los mismos enemigos,,… á quienes en varios y repetidos encuentros batió y rechazó con mucha gloria de las Reales armas y honor de sus naturales”.

            La cruz se compone de cuatro aspas esmaltadas en blanco y en cada una de ellas un triángulo isósceles color amaranto, las cuales caen sobre un escudo circular, en cuyo centro lleva una cruz de plata en campo azul, con el lema en el exergo “Asturias nunca vencida”, y al dorso “Exército Asturiano 1808”. Una corona compuesta por mitad de laurel y encina la une a una cinta mitad amaranto [rojo] y mitad caña subido [amarillo pajizo]

 



[1] La única diferencia que presentan estos cuerpos de nueva planta respecto a los Regimientos de Milicias Provinciales (formados por 700 hombres distribuidos en 7 Cías.), estriba en el incremento del número de efectivos (300 hombres) y, por lo tanto, de compañías (3 más que los provinciales)..  

[2] Por aquellas fechas Cornellana era Coto dependiente del monasterio del mismo nombre.

[3] Como se verá, esta cifra dista bastante de los 1.000 hombres de los que, teóricamente, debería constar, considerando, por tanto, irracional la distribución de estos 446 hombres, incluidos los oficiales, en 10 compañías. Lo más lógico y racional, naturalmente, debería ajustarse el arreglo de la fuerza a 5 compañías de a 80-90 hombres cada una.

[4] Un mes más tarde este oficial se incorporaría al Regimiento de Cangas de Tineo para ejercer en dicho cuerpo el cargo de Ayudante 1.º

[5] Tras la muerte del General Acevedo, acaecida a raíz de la batalla de Espinosa de los Monteros, fue nombrado Comandante General del Ejército asturiano, cuyo cargo desempeñó desde el 1º de diciembre de 1808 hasta junio de 1809 en que dicho ejército pasó a constituir la 3ª división del Ejército de la Izquierda.

[6] Las partidas ligeras, el Cuerpo Volante o los Tiradores de Asturias estaban constituidas por tropa reglada de los distintos cuerpos que conformaron la guarnición del Principado de Asturias durante los años 1810 y 1811 (compuesta fundamentalmente por los regimientos de Salas, Fernando VII, Grado, Luarca, Navia, Gijón, Siero, Cangas de Onís y Ribadesella), que normalmente operaban en partidas sueltas de 25 a 40 hombres, o más, e incluso algunas partidas empleaban la táctica propia de las tropas montadas del Instituto de Dragones (tal es el caso de los 80 hombres montados del Regimiento de Salas).

 

[7] Con motivo del embarque de la unidad para Nueva España, en enero de 1812 es destinado, también en comisión, al Regimiento de Aragón que, por aquellas fechas, se hallaba de operaciones en el Principado de Asturias.

[8] El paño pardo o buriel era el color oscuro de la lana en su estado natural.

[9] El teniente Cancio durante el desarrollo de la acción de Linares, naturalmente, debería vestir la casaca roja y pantalón blanco o gris, procedente de la ayuda británica recibida en Asturias en diciembre de 1808, prendas éstas que sirvieron para uniformar a los regimientos que constituían la División de Asturias (guarnición del Principado), entre los que se encontraban, claro está, los regimientos de Llanes y Salas.

[10] Este mismo Escudo de Distinción puede bordarse sobre paño del color de la divisa del uniforme (grana, azul u otro color), puesto que este tipo de premios militares, al no estar sujetos a normas predeterminadas en cuanto a forma de bordados y colores se refiere, admiten todas las variantes posibles. En el supuesto de que el conjunto se borde o vaya bordado sobre paño grana, las letras y cordoncillo exterior deben ser de hilo de oro o plata (oficiales) y de estambre amarillo o blanco (tropa). En el caso que nos ocupa, se ha elegido como ejemplo ilustrativo una pieza de seda o lino blanco (color de los cabos y botones del uniforme del Cuerpo), cuyo ejemplar puede contemplarse en el primoroso retrato de un Teniente Coronel de las Reales Guardias Españolas, que luce la condecoración en la manga izquierda de la casaca. La otra insignia, de paño rojo, se trata de  una reconstrucción inspirada en el modelo anterior.