REGIMIENTO INFANTERIA DE RIBADESELLA www.arhca.es

(1808-1811)

 

 

 

ORÍGENES Y ORGANIZACIÓN

 

            Creado y aprobado en la ciudad de Oviedo el 9 de julio de 1808 con el nombre de Regimiento de Infantería de Ribadesella, bajo el pie de un único batallón de a 10 compañías y una fuerza teórica de 1.000 hombres. Fue su primer coronel D. Juan de Dios Bernaldo de Quirós y Navia Arango.

 

            La Plana Mayor del Batallón la constituía:

 

-          Coronel……………………………… D. Juan de Dios Bernaldo de Quirós

-          Sargento Mayor …………………….. D. Carlos Valdés Argüelles

-          2 Ayudantes de la clase de subalternos

-          1 Abanderado

-          1 Capellán

-          1 Cirujano

-          1 Armero

-          1 Tambor Mayor

 

            Además, teóricamente, cada una de las compañías del batallón de Ribadesella debería estar compuesta de:

                  

                    -   1 Capitán

               -   2 Tenientes

               -   1 Subteniente

               -   1 sargento 1.º

               -   3 sargentos 2.ºs

               -   4 cabos 1.ºs

               -   3 tambores

               - 90 soldados          

 

VICISITUDES, CAMPAÑAS Y ACCIONES DE GUERRA

 

1808

 

            El 15 de agosto de 1808 el Regimiento de Ribadesella se encontraba en Pola de Gordón y la Robla formando parte de la división de vanguardia destinada a la línea de Pajares bajo mando del brigadier D. Francisco Ballesteros. En este tiempo, los componentes del batallón de Ribadesella se someten a una intensísima instrucción militar con el objeto de infundirles la disciplina y adiestrarles en el manejo del arma y sus fuegos, etc.

 

            El 22 de septiembre de 1808 se encontraba en Pajares.

 

            El Batallón de Ribadesella, aún en fase de formación, es integrado en la nueva división expedicionaria organizada por Ballesteros –ahora flamante mariscal de campo–  con el objeto de situarse frente a las fuerzas enemigas del general Bessiers que se encontraban en el puerto de El Escudo. El 26 de octubre de 1808 el batallón se halla sobre Reinosa y, posteriormente, la división se retira a Asturias, situándose de nuevo sobre el Puerto de Pajares.  

 

            En el estado general de los cuerpos asturianos, remitido a la Inspección del Ejército por el capitán general de la provincia, datado en Oviedo el 14 de diciembre de 1808, el Regimiento de Ribadesella presenta una plantilla regimental formada por 2 jefes, 29 oficiales y 685 plazas de fusil. El armamento se hallaba al completo; carecía de vestuario y su estado de instrucción se consideraba mediano.     

 

1809

 

            Por disposición de la Junta de Asturias, el 12 de febrero de 1809 el Regimiento de Ribadesella, que se encontraba dando guarnición a al capital del Principado al mando de su coronel, D. Juan de Dios Bernaldo de Quirós, se le ordena salir a cubrir los puntos que, hasta ahora, ocupa el batallón del Regimiento de Infiesto. Siendo preciso para poder salir a campaña, el coronel D. Carlos Valdés y Argüelles, sargento mayor del expresado cuerpo, solicita equiparse con 900 vestuarios. En este tiempo la fuerza actual del regimiento es de 744 efectivos, de cuya fuerza la tercera parte se halla enferma o convaleciente de resultas de la epidemia que el cuerpo contrajo en Oviedo. Este mismo día se ordena la agregación de los 142 reemplazos de nuevo alistamiento que se encuentran en la villa de Gijón.

 

            El 16 de febrero de 1809 se dispone que la mitad del Regimiento de Ribadesella, con los nuevos alistados del concejo de Navia, pase a guarnecer Pajares y la otra mitad se sitúe en Pino de Aller.

 

            El 22 de febrero de 1809 aparece encuadrado en la 3.ª División, situada en la línea de Pajares al mando del brigadier D. Francisco Manglano.

 

            El 2 de marzo de 1809 se le agrega un capitán y dos subtenientes de Voluntarios de El Bierzo y el 20 del mismo mes recibe 292 fusiles con sus bayonetas y vainas y 50 más sin bayoneta.

 

            El 13 de abril de 1809 el Regimiento de Ribadesella continuaba en la línea de  Pajares, ahora mandada por el brigadier Quijano, y el día 20 de este mismo mes llega a Cangas de Onís.

 

            Según el estado de fuerza del Regimiento de Infantería de Ribadesella, circunstanciado en la localidad de Cuérigo el 25 de abril de 1809 por el sargento mayor D. Carlos Valdés Argüelles, el único batallón de que constaba el expresado regimiento  presentaba la siguiente orgánica:

 

 

 

 

 

 P   L  A  N  A     M  A  Y  O  R

 

              Coronel ………………………………. D. Juan de Dios Bernaldo de Quirós

              Sargento Mayor, el Teniente Coronel .. D. Carlos Valdés Argüelles

              Ayudante Mayor …… ………………. D. Manuel Marinas

              Otro ………………………………….  D. Simón Díaz

              Abanderado …………………………   Vacante

              Capellán ……………………………..  D. Manuel Ordíz

              Tambor Mayor ………………………  Vacante

              Armero ………………………………  Fernando de la Torre

 

           

Capitanes

Tenientes

Subtenientes

D. Pablo Sacristán, comisionado con el Mariscal de Campo D. Fc.º Ballesteros

D. Jacinto Carvajal

D. José Canga

D. Rodrigo Peláez Campomanes

D. Francisco Sánchez

D. Vicente Llana

D. Francisco Florián

D. Pedro San Julián

D. Francisco Alvarez

D. José Uría

Vacante

D. José Heres

D. Francisco Sánchez Flórez

D. José Albar González

D. José Alvarez

D. Gonzalo de Quirós, enfermo en casa

D. Domingo Sánchez

D. Manuel Peláez

D. Pedro Menéndez Argüelles

D. José Menéndez Argüelles

D. Bartolomé García

D. Fernando Miranda

D. Florencio del Riego

D. Rafael Daniel

D. Antonio Uría

D. Francisco Alvarez Ron

D. Carlos Francisco Rubín

D. Juan Viejo

D. Juan Alvarez Pumeda

D. Juan García Valdés

 

 

Sgtºs 1ºs

Sgtºs 2ºs

Tambores

Cabos

1ºs y 2ºs

Soldados

Fuerza total

Presentes y efectivos

10

34

11

62

944

1.062

Enfermos en  hospitales

 -

  2

-

  4

  30

     36

Yd. En su casa

 -

  1

-

  2

  20

    23

En varias comisiones

-

  3

-

  5

 38

    46

 

10

40

    11

      73

  1.032

     1.167

 

De los 944 soldados existentes, y efectivos los 335, son reclutas sin instrucción.

 

Notas:-

            El Sargento mayor, era Teniente del Regimiento Provincial de Oviedo, y fue ascendido a Capitán de este Cuerpo, y después á su actual clase, por R.s Cedulas de la Supr.mª Junta de este Principado. D. Manuel Marinas, Sargento 1.º del mismo en la 4.ª División de Granaderos de Galicia, se le promovió en igual conformidad á Ayudante mayor de este Regim.tº. El Teniente D. Domingo Sánchez, era Sarg.tº 2.º del propio. El Capitán D. Antonio Uría, soldado distinguido del de Granaderos de Estado. El Subteniente D. Rafael Daniel Cavo 1.º de la Comp.ª de Guarda Bosques, y el Subteniente D.n Carlos Rubín, Cadete Literario de Santiago.------- Hay en este Regimiento tres sargentos primeros, cuatro segundos, y un Cavo 1.º del referido Provincial de Oviedo; q.e el uno era Cavo 1.º tres segundos, y los cuatro restantes soldados= Un Sargento 2.º sold.º del de Art.ª , tres Sargentos segundos q.e dos eran Cavos 1.ºs y uno 2.º del Regim.tº de León= Un Sargento 2.º S. 1.º del del Principe, y un Tambor del mismo= Un Sargento 1.º y otro segundo S. 1.º y soldado del de Inf.ª Navarra= Un Sargento 1.º otro 2.º y un C.º 1.º Sargento 2.º, C.º 1.º y soldado del de la Princesa= Un Sargento 2.º C.º 1.º del de Nápoles= Un C.º 1.º. y un soldado ambos del Regm.tº de Ybernia= Un Sargento 2.º y un Sold.º que eran de Guas. Españolas=  Un Sargento 2.º C. 1.º del de América= Un Sargernto 2.º y un C.º 1.º soldados del de Marina= Un Saregento 2.º c.º del de Sevilla= Y un soldado q.e fue de la Comp.ª de Gua. Bosques.----- Todos estos Yndividuos han venido dispersos de los ataques de Rioseco, y Espinosa de los Monteros, á excepción de los que han servido en el Provincial de Oviedo, á quines destino en un principio la Sup.mª Junta p.ª leg. Y el de Sevilla q.e vino, y aun subsiste herido de resultas de dcho ataque de Espinosa q.e como los demás han sido incorporados a la misma orden.

________________

           

 

            El 19 de mayo el general Ballesteros es informado de la incursión de Kellerman a través de Pajares y que Oviedo se hallaba en peligro inminente de ser ocupada por fuerzas del mariscal Ney, recibe el encargo del marqués de la Romana para que abandone la línea de Colombres y “reúna cuantas fuerzas pueda, y que obre según le parezca” para que, a marchas forzadas, de dirija a Oviedo. A tal efecto, el día 21 de mayo el general Ballesteros dispone que el Regimiento de Ribadesella, junto con los restantes cuerpos de su mando, se reagrupe en la capital del concejo de Piloña. Este mismo día Ballesteros se presenta en Infiesto con el objeto de reorganizar sus fuerzas y, en virtud de la orden anterior, acudir presto a la defensa de la capital del Principado.

 

            Una vez concentradas las fuerzas en Infiesto, el general Ballesteros intenta organizar lo mejor posible los cuerpos que deberán operar bajo su mando, entre los que, naturalmente, se encuentra el Regimiento de Ribadesella recientemente evacuado de Pajares.

 

            Enterado el enemigo de los planes del general Ballesteros, fuerzas combinadas de los generales Kellerman y Bonet, en su empeño de asestar un golpe resolutivo a los cuerpos asturianos e impedir su reagrupamiento, se ponen en movimiento para caer sobre Infiesto, pero enterado Ballesteros de la ocupación Oviedo y que fuerzas importantes enemigas se le echaban encima, decide mover sus unidades y en una resuelta maniobra de distracción se repliega sobre Cangas de Onís y las posiciona justo en la retaguardia enemiga.

                                           

            El 24 de mayo se combate sobre los Escobios de Margolles, en las inmediaciones del pueblo de Llueves. Ballesteros despliega allí cuatro batallones y otro de reserva en San Juan de Parres, de los cuales entra en acción el Regimiento de Ribadesella, junto con el Villaviciosa, cuyos cuerpos se baten con valor, produciendo al enemigo considerables bajas. El Regimiento de Ribadesella sufre la baja de su  sargento mayor, D. Carlos Valdés Argüelles, que resulta muerto. Tanto por el desarrollo favorable de la acción táctica como por la retirada de la división al santuario de Covadonga, sostenida por el valeroso Regimiento de Cangas de Onís, se logran salvar todas las tropas e impedimenta. Al éxito de la acción, no cabe duda que contribuyó extraordinariamente el valeroso Regimiento de Ribadesella.

 

            El día 25 de mayo el Regimiento de Ribadesella, junto con los demás cuerpos de la división, sale de Covadonga y, a través del puerto de Ventaniella, emprende una arriesgada y agotadora marcha hacia Valdeburón (León) y de aquí, siguiendo el movimiento general, se retira a la villa de Potes con el objeto de descansar y reponerse de las innumerables fatigas padecidas por tan larga travesía. Tras aprovisionarse de algunas municiones de boca y guerra, sale de nuevo hacia Santander

 

            El 26 de mayo de 1809 el general Ballesteros, con la incorporación de fuerzas importantes de caballería e infantería de Porlier, recupera la iniciativa ofensiva; ocupa Cartes y desaloja al enemigo de la importante plaza de Torrelavega, en cuya villa fija el cuartel general divisionario y permanece a la expectativa de los movimientos que pueda efectuar el enemigo, dueño ya de la ciudad de Santander.

 

            Planeada la reconquista de Santander, Ballesteros divide a la división en tres columnas de ataque, una de cuyas columnas, en la noche del día 9 de junio, se pone en movimiento para desalojar el reducto enemigo de Peñacastillo, que se mantiene bien fortificado y artillado. El ataque a la posición se verifica el día 10, pero es rechazado por la tenaz resistencia que ofrecen sus defensores.  

 

            A las tres de la tarde del mismo día 10 será el propio general Ballesteros quien, al frente de sus hombres, tome la posición fortificada de Peñacastillo y desaloje al enemigo de sus reductos, obligándole a replegarse sobre Santander. Tras dejar una pequeña guarnición en la posición reconquistada, Ballesteros se presenta ante las mismas puertas de Santander y por medio de un audaz golpe de mano los cuerpos de la división recuperan la plaza y toman a la bayoneta las baterías que la defienden.

 

            Rehecho el enemigo de la derrota anterior, regresa con renovado ímpetu; el día 11 recupera la posición de Peñacastillo y hace prisionera a toda la guarnición y, en la noche de este mismo y madrugada del siguiente, el general Bonet decide atacar Santander, cuyo ataque por sorpresa provoca la confusión entre las tropas asturianas que ocupaban la plaza, que ceden ante la fuerte presión del enemigo y precipita la desbandada general de todos los cuerpos. En los referidos ataques la división experimentó considerables pérdidas entre muertos, heridos y prisioneros, encontrándose entre estos últimos el sargento 1º del Regimiento de Ribadesella D. José Sendilla, que es conducido a Angulema (Francia), logrando evadirse después de 2 años, 4 meses y 28 días de cautiverio, reintegrándose a sus Banderas en Cataluña y, posteriormente, colocado en el Regimiento de Pravia.  

 

            Tras la sorprendente derrota y posterior dispersión de los cuerpos asturianos que intervinieron en la campaña de Santander, que oscureció la heroica marcha de 19 días, el General Ballesteros embarca en un buque británico rumbo a Gijón, en cuya villa, por orden expresa del marqués de la Romana, ahora nuevo general en Jefe del Ejército de la Izquierda, recibe el encargo de reorganizar sus maltrechas fuerzas al objeto de reincorporarlas al citado ejército. En cumplimiento de esta orden Ballesteros decide establecer el cuartel general en la villa de Gijón.

           

            Para cumplir con lo ordenado por el marqués de la Romana, el 23 de junio de 1809, con el objeto de reagrupar a los dispersos cuerpos de la división, el general Ballesteros cursa orden circular a la Justicia, haciendo responsables a los jueces del más exacto cumplimiento, para que disponga inmediatamente que todas las tropas que se hallen en la jurisdicción respectiva concurran a sus destinos. El Regimiento de Ribadesella, según la orden anterior, se había fijado en la villa de Avilés.

 

            El Regimiento de Ribadesella, como consecuencia de haber sido uno de los cuerpos que no integró la nueva división organizada por Ballesteros en Gijón, es destinado a la división de vanguardia, que manda el Brigadier Bárcena.

 

            El 31 de octubre de 1809 se halla acantonado en Infiesto.

 

 

            En el estado general de todos los regimientos y batallones existentes en el Ejército español, fechado en Sevilla el 30 de diciembre de 1809, sigue figurando como Regimiento de Ribadesella y continua mandado por el brigadier D. Juan de Dios Bernaldo de Quirós.

 

1810

 

            En sesión de la Junta Superior de Guerra, celebrada en Luarca el 4 de abril de 1810, se acuerda llevar a efecto el plan de reforma de los regimientos que conforman la guarnición del Principado (división de Asturias) ordenado por el capitán general D. Antonio Arce, para lo que, inspirándose en la orden anterior, los cuerpos que se han indicado se reúnan bajo los números naturales 1º, 2º, 3º, esto es, sin demostrar preferencia alguna por uno u otro cuerpo y que se prohíba de ahora en adelante cualquier otra denominación que no se ajuste a la señalada para cada cuerpo.

 

         En consecuencia, una vez deliberado sobre la forma de llevar a efecto la organización del Ejército, se acordó enviar la Junta Superior el plan de reforma de los regimientos de la división de Asturias. Según este plan, los regimientos Infante D. Carlos, Ribadesella y Navia, deberían constituir el Regimiento nº 1, cuyo mando recae en el coronel del Regimiento de Ribadesella, D. Juan de Dios Bernaldo de Quirós.

 

            El 21 de mayo de 1810 se vuelve a tratar sobre la reforma de los regimientos acordada el 4 de abril anterior, pero no se hace al respecto.

 

            Por acuerdo de la Junta de 8 de junio de 1810, en su artículo 2.º, se declara nula la reforma del Ejército en todas sus partes, por lo que los cuerpos volverán a ostentar las antiguas denominaciones. A pesar de la orden anterior, algunos cuerpos continuarían designándose por sus números naturales durante algunos meses más, tal es el caso del Regimiento de Ribadesella que siguió utilizando la denominación de Regimiento nº 1 hasta principios del año 1811.   

 

            El 21 de julio de 1810 el cuerpo volante del Regimiento de Ribadesella, ahora integrado en la división de Oriente que manda el brigadier D. Federico Castañón,   compuesto por 200 hombres al mando de su comandante, el capitán D. Miguel Díaz Villabrible, bate a 400 enemigos sobre las alturas de Urbiés, a los que causa sensibles bajas.

 

            Durante el mes de agosto de 1810 el Regimiento de Ribadesella se hallaba situado entre el Infiesto y Villaviciosa. El 13 de agosto se bate tenazmente en Cangas de Onís y el 17 del mismo mes combate en Infiesto.

 

            El 30 de septiembre de 1810 el Regimiento de Ribadesella, compuesto en esa fecha por 593 efectivos, continúa encuadrado en la división de Oriente.

 

            Los días 6 y 7 de octubre de 1810 combate entre Langreo y Oviedo y el día 8 asiste a la sorpresa de La Paranza (concejo de Siero), punto situado a dos leguas de Oviedo, en el camino real de Oviedo a Langreo[1].

            En los primeros días del mes noviembre de 1810 un destacamento de 80 hombres al mando del capitán D. Fernando Miranda, que se hallaba en el punto de El Valle (concejo de Lena), con ánimo de forzar el paso de los puentes de Vega del Ciego y de San Feliz pero que, a pesar de los intentos, no pudo verificarse, por el impetuoso ataque lanzado por fuerzas enemigas superiores, por lo que el capitán Miranda se ve en la precisión de replegarse sobre Pola de Lena, pero al pasar de nuevo por El Valle, el enemigo vuelve a cargar contra ellos, batiéndoles por completo. Puestos en retirada hacia la embocadura de Aller, justo en el momento en que el enemigo sale en su persecución, la columna volante del Regimiento de Ribadesella y otras fuerzas del de Siero, que se encontraban en Carabanzo (concejo de Aller), salen a reforzarles, obligando al enemigo a retirarse hacia Mieres.

 

            El 16 de noviembre de 1810 el teniente D. Fernando San Martín, al frente de una partida del Regimiento nº 1, por disposición del brigadier Castañón es enviado a Carabanzo, en cuyo punto ataca a 200 enemigos que acaban de regresar de hacer sus correrías por Lena, cuasándoles varias bajas. El día 18 el teniente San Martín comisiona al sargento D. Domingo Salamea, también del Regimiento nº 1, para que se dirija a Vega del Ciego con el objeto de sorprender a Fernando Custodio, vecino de la citada localidad que colaboraba con el enemigo, pero no siendo hallado, su casa, por orden de Castañón, es saqueada, destinando a la provisión el grano hallado en la misma. Cuando el sargento Salamea se retiraba del lugar, es atacado de forma sorprendente por el enemigo que venía con el propio Custodio a la cabeza. No obstante lo anterior, el sargento Salamea con 12 hombres que tenía disponibles, ya que el resto fue empleado en poner a salvo los efectos, hace frente al enemigo causándole dos muertos y algunos heridos, mientras que las fuerzas propias sólo tuvieron que lamentar un hombre contuso, consiguiendo de esta forma frustrarles el intento de apoderarse del grano.

 

            El mismo 18 de noviembre de 1810 el general Castañón envía una compañía del Regimiento de Ribadesella, mandada por el subteniente D. Juan García Valdés, que se hallaba a las órdenes inmediatas del teniente Díaz Villabrille del Regimiento nº 1 (constituido por los regimientos Infante D. Carlos, Ribadesella y Navia), con el objeto de averiguar el paradero de las fuerzas francesas. Sorprendida la citada compañía y trabado combate con el enemigo, justo en el preciso momento en que éste trataba de coparla, oportunamente acude presto a socorrerla el teniente Villabrille, quien logró obligarles, como es costumbre, a contenerse. En la acción, tanto por una como por otra parte, se producen varios muertos y heridos.

 

            El día 19 de noviembre de 1810 el general Castañón ordena atacar al enemigo en los puntos de Mieres, Pola de Lena y Puente de los Fierros. El ataque debería efectuase por fuerzas de la columna volante comandada por el teniente Villabrille del Regimiento nº 1 y la de D. Diego Barrio en el primer punto; en el segundo por el coronel del Regimiento nº 1, D. Juan de Dios Benaldo de Quirós, y en el tercero por D. Francisco Celleruelo con 160 hombres del Regimiento de Siero. Las acciones desarrolladas en Mieres y Pola de Lena resultaron ser las más tenaces, obligando al enemigo a encerrarse en sus obras; sólo en Pola de Lena el enemigo sufre la pérdida de 17 hombres y en Puente de los Fierros la de 6 soldados muertos.

 

            En la mañana del 26 de noviembre de 1810, fuerzas enemigas del Regimiento nº 122[2], al mando de su coronel, ataca la línea que defienden las fuerzas del brigadier Castañón y avanza hasta Moreda, arrollando a sus avanzadas. Situado Castañón en las altura de Turón y Nembra y habiendo reunido los franceses sus fuerzas en estos puntos, se entabla un tenaz combate, cuyos fuegos duraron hasta la noche de este día, reanudándose de nuevo al amanecer del día siguiente en que el enemigo, advirtiendo la imposibilidad de su empresa, decide retirarse a Villoria. Una partida del Regimiento de Siero, que ocupaba el paso de la altura y que, en prevención de cualquier sorpresa, se había situado en la cresta, obliga al enemigo a declinar sobre la izquierda y tomar en masa por lo alto del cordal que divide los concejos de Aller y Laviana con dirección a Ciaño.

 

            Por el extraordinario mérito contraído por el sargento 1º D. Domingo Salamea; el capitán, comandante de la columna volante D. Miguel Díaz Villabrille; el capitán D. Fernando Miranda; el teniente D. Fernando S. Martín y el subteniente D. Francisco Zapico, todos pertenecientes al Regimiento nº 1, por lo que el brigadier Castañón recomienda particularmente a los citados por hacerse acreedores a las gracias de S. M. el Rey.    

 

            Por R. O. de 16 de diciembre de 1810, el Consejo de Regencia resuelve que las tropas españolas se distribuyan en seis ejércitos, por lo que el Ejército de la Izquierda (antiguo de Galicia) pasa a denominarse 6º Ejército, que comprende a Galicia, Asturias, León y la parte de Castilla a la derecha del Duero, con dos subinspecciones: una en Galicia y otra en Asturias. El Regimiento de Ribadesella, cuya disolución ya se venía contemplando, no se le nombra ni aparece relacionado en la R. O. antes mencionada.   

 

 1811

        

         El 25 de enero de 1811 el general Castañón, llevando consigo al Batallón de Ribadesella, ataca a la guarnición francesa de Llanes, produciéndole varios muertos y heridos. Rehecho el enemigo, éste intenta sorprender a las fuerzas de Castañón por medio de gran algarabía y estruendo producido por la artillería y las propias cajas de guerra, pero al no conseguir los efectos deseados, tuvieron que encerrarse de nuevo en sus posiciones.  

 

         El 1º de febrero de 1811 el Regimiento de Ribadesella –que continúa encuadrado en la división de Oriente– presenta una fuerza en revista compuesta por 36 jefes y oficiales y 775 plazas de fusil. Sigue mandado por el coronel D. Juan de Dios Bernaldo de Quirós.          

        

         Después de varios meses de aplazamientos, no exentos de dificultad, el 28 de febrero de 1811 se decide acometer la tan ansiada reforma de los cuerpos asturianos (es el tercero y definitivo intento que se hace desde 1809).

 

            Por fin, el 11 de abril de 1811 con la disolución de todas aquellas unidades que no se hallaban en condiciones de operatividad, se acomete la tan ansiada reorganización. Se disuelven 13 regimientos, cuyas exiguas plantillas se refunden unos dos meses más tarde en tres cuerpos de nueva planta que retoman el antiguo nombre de “ASTURIAS”. 4 oficiales del extinguido Regimiento de Ribadesella se integran en el Regimiento “2º de Asturias”, y los efectivos de tropa con que contaba en esos momentos, se refunden en el mes de julio de 1811 en el Regimiento “3º de Asturias”, cuya organización concluía en Oviedo por aquellas mismas fechas.

 

Uniformes

 

            La uniformidad, propiamente dicha, observada por el Regimiento de Ribadesella al principio del levantamiento contra el invasor ha discurrido paralela a la de los demás regimientos asturianos que se crearon en fecha anterior o posterior al mismo.

 

            Poco después de formarse el cuerpo, a los componentes del Regimiento de Ribadesella parece ser que le fueron suministradas diversas prendas de vestuario confeccionadas por artesanos del Principado, cuyo uniforme debería componerse de casaca o chaqueta corta de paño pardo[3], con cuello, vueltas y otros apliques de color encarnado (o verde si se trataba de tropas ligeras); un pantalón de lienzo crudo; una chaqueta corta de marcha o fatiga de lino o lienzo crudo, posiblemente con cuello y vueltas también de color grana o verde. Como prendas de cabeza, parece ser que usaban el gorro de manga o de cuartel, o bien el sombrero redondo, de los fabricados en el Real Hospicio de Oviedo o de los procedentes de la ayuda británica llegada a Oviedo meses antes. La mayoría de los pertrechos que conformaban el equipo del soldado eran también de origen británico, recibidos en Oviedo en julio de 1808, justo a tiempo para equipar a los regimientos que por esas fechas se estaban organizando en Oviedo.

 

            En febrero de 1809, aunque no existe referencia documental alguna que verifique su reparto entre los componentes del Regimiento de Ribadesella, no cabe la menor duda que, por la pertenencia del expresado cuerpo a la divisiones de Vanguardia y Oriente (guarnición de Asturias), necesariamente ha tenido que beneficiase de las prendas de vestuario procedentes de la ayuda británica recibidas en Asturias, precisamente, en ese mes de febrero. Según orden del General en Jefe del ejército asturiano, aquellos soldados «... q.e no se hallen bestidos de encarnado sufrirán la pena de muerte ...»[4], por lo que se puede colegir que el Batallón de Ribadesella sí ha sido equipado con dicho vestuario. Este uniforme, en esencia, se componía de casaca roja, chaleco blanco, pantalón de lienzo y chacó tipo ‘stovepipe’ (tubo de chimenea) o, en su defecto, gorro de cuartel. La provisión de estas prendas se efectuaba mediante sorteo entre los distintos cuerpos realizado por la propia Inspección del Ejército en Asturias.

 

Recompensas

 

            El Regimiento de Ribadesella, al tratarse de un cuerpo ceñido exclusivamente a la defensa y guarnición del Principado de Asturias, escasas han sido las recompensas que recibieron sus componentes. Entre estas, destacan:  

 

Escudo de Distinción al Valor en Asturias

 

 

            La Junta Suprema de Asturias para premiar el arrojo de las tropas que, bajo el mando del mariscal de campo D. Francisco Ballesteros, constituyeron el dispositivo defensivo de Colombres durante las importantes acciones de guerra de los días 15 de enero, 18 de febrero y 29 de abril de 1809 desarrolladas en el citado dispositivo contra fuerzas enemigas superiores, establece, con carácter colectivo, un escudo de distinción denominado “Al Valor en Asturias”, cuya concesión se hace extensiva a las tropas que defendieron el estratégico e importante paso de Peñaflor durante la acción del 18 de mayo de 1809.

 

            Dicho escudo, para llevar bordado en la manga izquierda de la casaca o prenda equivalente, consiste en una pieza circular de paño o lino blanco, de 60 mm. de diámetro, en cuyo centro se inscribe el lema: “VALOR / ACREDITA / DO EN / ASTUR  /  IAS”, en letras rojas, rodeado por ramos de laurel y palma en color verde.[5] 

                                         

 

 

 

Cruz de Distinción del Ejército Asturiano

 

            Creada por Real Orden de 4 de junio de 1815 para premiar “el entusiasmo, valor y bizarría con que se condujo el egército asturiano en el tiempo en que circundada de enemigos aquella Provincia, y sin auxilios del Supremo Gobierno, fue acometida por los que estaban en Galicia, Castilla y Montañas de Santander, mandados por el Mariscal Ney y por los Generales Kellerman y Bonet; habiéndose sostenido á pesar de su corto número cerca de un año con escarmiento de los mismos enemigos,,… á quienes en varios y repetidos encuentros batió y rechazó con mucha gloria de las Reales armas y honor de sus naturales”.

            La cruz se compone de cuatro aspas esmaltadas en blanco y en cada una de ellas un triángulo isósceles color amaranto, las cuales caen sobre un escudo circular, en cuyo centro lleva una cruz de plata en campo azul, con el lema en el exergo “Asturias nunca vencida”, y al dorso “Exército Asturiano 1808”. Una corona compuesta por mitad de laurel y encina la une a una cinta mitad amaranto [rojo] y mitad caña subido [amarillo pajizo].

 



[1] Por aquellas fechas la actual carretera comarcal que, a través de Tudela-Veguín, comunicaba Oviedo con el Valle del Nalón no existía, por lo que la comunicación se hacía por el antiguo camino real de Oviedo a Langreo, cuyo trazado discurría, a partir de San Esteban de las Cruces, por El Caldero, alto de La Grandota y el Coto de La Paranza, desde donde descendía a Entrepeñas para, desde aquí., seguir hacía Langreo, es decir, que el trazado desde El Caldero hasta La Paranza, con la excepción de la actual variante que salva la altura de La Grandota, coincide con el recorrido de la actual “Ruta de las Peregrinaciones” (GR-105) que termina en Covadonga.   

[2] Este regimiento, formado por 1.700 plazas, guarnecía la carretera de Oviedo a León, con destacamentos en El Padrón, Olloniego, Pola de Lena, Campomanes, Puente de los Fierros y Pajares. Su estado Mayor radicaba en Mieres. Cubría, además, el camino real de Oviedo a Langreo, con un fuerte destacamento en La Grandota.

[3] El paño pardo o buriel era el color oscuro de la lana en su estado natural.

[4] Bando del Teniente General D. José María Cienfuegos, publicado en el cuartel General de Luarca el 10 de abril de 1810.

[5] Este mismo Escudo de Distinción puede bordarse sobre paño del color de la divisa del uniforme (grana, azul u otro color), puesto que este tipo de premios militares, al no estar sujetos a normas predeterminadas en cuanto a forma de bordados y colores se refiere, admiten todas las variantes posibles. En el supuesto de que el conjunto se borde o vaya bordado sobre paño grana, las letras y cordoncillo exterior deben ser de hilo de oro o plata (oficiales) y de estambre amarillo o blanco (tropa). En el caso que nos ocupa, se ha elegido como ejemplo ilustrativo una pieza de seda o lino blanco (color de los cabos y botones del uniforme del Cuerpo), cuyo ejemplar puede contemplarse en el primoroso retrato de un Teniente Coronel de las Reales Guardias Españolas, que luce la condecoración en la manga izquierda de la casaca. La otra insignia, de paño rojo, se trata de  una reconstrucción inspirada en el modelo anterior.