www.arhca.esREGIMIENTO INFANTERIA DE LUARCA (1808-1811)

 

 

ORÍGENES Y ORGANIZACIÓN

 

            Creado y aprobado en la ciudad de Oviedo el 20 de junio de 1808 con el nombre de Regimiento de Infantería de Luarca, bajo el pie de un único batallón de a 10 compañías y una fuerza teórica de 1.000 hombres. Fue su primer coronel D. Juan Cañedo Miranda.

 

            Una vez formadas y completadas las respectivas compañías, recibe la orgánica como regimiento y se constituye como tal según quedó establecido por dictamen presentado en la Junta Suprema de Asturias el 2 de junio de 1808 para la formación de los 20 regimientos, cuya estructura organizativa estaba inspirada en el viejo modelo del Regimiento Provincial de Oviedo. Por lo tanto, dicha orgánica debería quedar establecida de la forma siguiente:

 

B       A       T       A       L       L       Ó       N

P L A N A   M A Y O R

C O M P A Ñ Í A S

 

            - Coronel

            - Sargento Mayor

            - 2 Ayudantes

            -  Abanderado (no se contempla)

            - 1 Capellán

            - 1 Cirujano

            - 1 Tambor mayor

            - 1 Maestro Armero

  

  10 compañías, de las cuales una era de 

  Granaderos. Cada Compañía consta de:

 

               -   1 Capitán

               -   1 Teniente

               -   1 Subteniente

               -   1 ó 2 sargentos 1ºs.

               -   2 sargentos 2ºs.

               -   4 cabos 1ºs.

               -   4 cabos 2ºs.

               - 50 soldados (aprox.)  

           

VICISITUDES, CAMPAÑAS Y ACCIONES DE GUERRA

 

1808

 

            El 26 de junio de 1808 el capitán general D. Vicente María de Acevedo da cuenta de la formación del Regimiento de Luarca, al que sirvieron de base 400 hombres de las compañías de su división que se encontraba en Grado. El mando del cuerpo lo encarga al coronel D. Juan Cañedo Miranda. Se forman 10 compañías de a 40 hombres cada una y, en cumplimiento de las órdenes de 27 de mayo y 1.º de junio del mismo año, se nombran sargentos 1.ºs y 2.ºs, así como también cabos 1.ºs y 2.ºs. El día 28 de este mismo mes, se ordena que el Regimiento de Luarca, desde su acantonamiento en Grado, emprenda la marcha con dirección a Llanes con el objeto de reforzar este punto.

 

            El 31 de julio de 1808 el Regimiento de Luarca se encontraba en Vidiago, concejo de Llanes, completando su organización y perfeccionándose en la instrucción y en el manejo del arma. Una vez organizado y constituido como tal regimiento de un sólo batallón de a 10 compañías, la Plana Mayor queda establecida de la manera siguiente:

 PLANA MAYOR

-         Coronel…………………………… D. Juan Cañedo Miranda

-         Sargento Mayor ………………….. D. Francisco de Zumalacárregui

-         Ayudante 1º ……………………… D. Miguel Oliver

-         Ayudante 2º ……………………… D. Francisco Arquez

-         Abanderado ………………………  Se desconoce

-         Capellán ………………………….  D. Francisco Bernardo García Rozado

-         Cirujano…………………………..   Se desconoce

-         Armero …………………………… Idem.

-         Tambor Mayor …………………… José Sánchez

 

 

            Además de la Plana Mayor, según el estado de fuerza fechado en Vidiago el 31 de julio de 1808, el cuadro de oficiales del Regimiento de Luarca lo completaban los capitanes, tenientes y subtenientes siguientes:

 

CÍAS

CAPITANES

TENIENTES

SUBTENIENTES

  1.ª

D. Alvaro García Ramos

D. Nicolás Blanco

D. José Alvarez

  2.ª

D. José Bernaldo de Quirós

D. Juan Alvarez

Vacante

  3.ª

D. Antonio Quirós

D. Fernando Martín Valdés

Vacante.

  4.ª

D. Manuel Hedrada

D. Manuel Alvarez

Vacante

  5.ª

Vacante

Vacante

D. Diego Miranda

  6.ª

D. Nicolás Argüelles

D. Simón Antonio Proel

D. Antonio Alvarez

  7.ª

D. José Castañón

D. Manuel González

D. Francisco Olivares

  8.ª

D. José Argüelles

Vacante

D. Benito Sánchez

  9.ª

D. José González Rodríguez

D. Domingo Alvarez

D. Antonio García Mendoza

10.ª

D. Juan Ramón Colao

D. Francisco López de la Vega

Vacante

 

               Asimismo, cada una de las compañías de las que constaba el batallón, según el estado de fuerza anterior, se componía de los efectivos que se reflejan en el cuadro siguiente:

 

CÍAS.

Sgt.ºs 1.ºs

Tambores

Cabos y soldados

Fuerza total

    

  5

1

  95

101

 

  3

1

 62

 66

 

  4

-

 63

 67

 

  3

-

 63

 66

 

  3

-

 60

 63

 

  3

-

 62

 65

 

  3

-

 62

 65

 

  3

-

 62

 65

 

  3

-

 65

 68

10ª

  3

-

 65

 68

Total

33

2

659

694

 

            Con ocasión de la reunión mantenida por los generales Blake y Acevedo en León el 22 de agosto de 1808 con el objeto de concertar órdenes relativas al auxilio que Asturias debería prestar al ejército de Galicia; el día 29 de este mismo mes el general Acevedo informa a Blake que ha circulado orden para que las tropas asturianas, entre las que naturalmente se encuentra el Regimiento de Luarca, se concentren en Llanes para verificar en dicho punto la organización de una división para ponerla a disposición del entonces denominado Ejército de Galicia.  

            Como consecuencia de la orden anterior, en septiembre de 1808 el Regimiento de Luarca queda incorporado a la recién constituida División expedicionaria asturiana, puesta bajo el mando del teniente general D. Vicente María de Acevedo, cuya división, tal como se había convenido, debería incorporarse al Ejército, también expedicionario, de Galicia para formar la 3.ª división del expresado ejército al mando del teniente  general D. Joaquín Blake y Joyes.

 

            El 22 de setiembre el brigadier D. Gregorio Bernaldo de Quirós, inspector general de la división, en presencia de los generales Acevedo y Llano Ponte –que fungía de mayor general de la misma–, pasa la primera revista de inspección a los regimientos de la división, entre los que se encontraba el de Luarca que, desde ese preciso momento, queda encuadrado en la brigada que manda el jefe de escuadra (brigadier) de la Real Armada, D. Cayetano Valdés y Flórez.

 

            El 25 de septiembre la totalidad de los regimientos destinados a constituir la 3.ª división ya se encuentran acantonados en Llanes, en cuya localidad queda establecido el cuartel general divisionario. Este mismo día, el general Acevedo eleva a la Junta Suprema de Asturias un “Plan de reforma de los regimientos” para poner a los cuerpos de la división de su mando bajo el pie de igualdad a los de Línea del ejército al que pronto iban a unirse, para que en las maniobras no resulten los atrasos y pérdidas de tiempo que entorpecerían y perjudicarían notablemente el buen éxito de las operaciones.    

 

            Aprobado el plan anterior, el Regimiento de Luarca, junto con los demás cuerpos divisionarios, experimenta una profunda transformación para adaptarse a las nuevas exigencias de la guerra, quedando arreglado desde el 1.º de octubre de este mismo año bajo el pie de dos batallones de a cinco compañías cada uno, una de ellas de granaderos, creando así, con esta articulación en batallones, una unidad más flexible y maniobrera. La nueva orgánica del Regimiento de Luarca, según el “Plan de reforma” propuesto por su general en jefe, es la que refleja el cuadro siguiente:

 

PRIMER BATALLÓN

SEGUNDO BATALLÓN

P  L A N A    M A Y O R

             - Coronel

             - Sargento Mayor

             - Primer Ayudante

             - Abanderado

             - Capellán

             - Armero

             - Cirujano

             - Tambor Mayor

             - 6 Pífanos

             - Tambor de Órdenes  

P  L A N A    M A Y O R

               - Teniente Coronel

               - 2 Ayudantes

               - Abanderado

               - Capellán

               - Cirujano

               - Armero

               - Tambor Mayor

               - 6 Pífanos

               - Tambor de Órdenes

 

C  O  M  P  A  Ñ  Í  A  S

Cada Compañía compuesta por:

                         Oficiales                                                Tropa

      -   1 Capitán                                        -   1 Sargento 1º...........}

      -   1 Primer Teniente                           -   4 Sargentos 2ºs.…..}      

      -   1 Segundo Teniente                        -   8 Cabos 1ºs.............}  Total tropa: 100 hombres

      -   1 Subteniente                                  -   8 Cabos 2ºs…….....}

                                                                  -   2 Tambores.............}

                                                                         - 77 Soldados..............}                           

 

            El 29 de septiembre de de 1808 el Regimiento de Luarca, una vez arreglado bajo el pie de dos batallones, de a cinco compañías cada uno –una de ellas de granaderos–, emprende la marcha hacia Vizcaya, llegando a Quincoces de Yuso (Burgos) el 11 de octubre. En el estado de fuerza efectiva de todos los cuerpos que componen el Ejército expedicionario asturiano, circunstanciado por el general Llano Ponte, mayor general de la división, en el cuartel general de Quincoces el 12 de octubre de 1808, el Regimiento de Luarca presenta un total de 3 jefes, 21 oficiales y 855 plazas de fusil.  

 

            El 16 de Octubre las tropas expedicionarias de Asturias, después de pasar la revista de comisario reglamentaria, se refunden en el Ejército de Galicia –ahora denominado de la Izquierda– constituyendo, como estaba previsto, la 3.ª división del mencionado ejército.   

 

            Por disposición del general en jefe del Ejército de la Izquierda, el Regimiento de Luarca, junto con los de Castropol, Candás y Luanco, Grado y Villaviciosa, que se encontraban acantonados en Medina de Pomar, es destinado a la localidad Traspaderne y sus inmediaciones al mando del mariscal de campo D. Gregorio Bernaldo de Quirós.

 

            El día 19 de octubre sale de Traspaderne con dirección a su nuevo destino, fijado en el perímetro de una legua de las inmediaciones del cuartel general de Quincoces. Días más tarde, en la noche del día 23 de octubre el general Acevedo recibe orden de trasladarse a Respaldiza, cuya marcha verifica en la mañana del día siguiente llevando consigo al Regimiento de Luarca y los restantes cuerpos de su brigada.

 

            El 26 del mismo mes, encontrándose en Respaldiza, el general Acevedo recibe nueva orden para trasladarse a la villa de Orduña con el objeto de observar las avanzadas de Murguía y los movimientos que pueda hacer el enemigo sobre Orduña.  

 

            En el estado de organización y fuerza disponible del Ejército de la Izquierda, de fecha 31 de octubre de 1808, el Regimiento de Luarca presenta los mismos efectivos reflejados en el estado de fuerza anterior. Según este estado, el regimiento se encuadra en la 1.ª brigada que manda el brigadier D. Cayetano Valdés y Flórez, ahora destacada en Villaro.

 

            Después de los ataques de Durango y Villaro, en la noche del 1.º de noviembre de retira a Villaro, continuando la marcha al día siguiente. En la mañana del 3 de noviembre el Regimiento de Luarca, al igual que los demás cuerpos de la 1.ª brigada al mando del brigadier Valdés, se halla en el ataque de Menagaray, viéndose seriamente comprometidas las fuerzas de caer prisioneras del enemigo, si no fuera por la afortunada intervención de los otros cuerpos asturianos que componían la 2.ª brigada mandada por el general Bernaldo de Quirós que acudió en su auxilio.  

 

            El 7 de noviembre el general en jefe del Ejército de la Izquierda dispone que la 4.ª división situada en las alturas de Valmaseda pasase a Sopuerta y que ésta fuese reemplazada por cuatro regimientos asturianos[1], por lo que el general Acevedo destina para este cometido a los de Luarca, Candás y Luanco, Castropol y Grado, a cuyos cuerpos, más tarde, se suma el Provincial de Oviedo. El mando interino de toda la posición recae en el brigadier D. Francisco Manglano, comandante del Regimiento de Oviedo. En la mañana del día 8, ante el riesgo inminente de un ataque enemigo para recuperar la posición de Valmaseda, el brigadier Valdés solicita al general en jefe el envío de refuerzos, destinando para este cometido, justo en el preciso momento en que comenzaba el ataque enemigo, al Regimiento Hibernia-Asturiano, así como varios voluntarios y tiradores de Galicia. Considerando que, a pesar de los refuerzos, la defensa de la posición no se podía sostener por mucho tiempo, se dispone la retirada ordenada,  repliegue que es sostenido sin el menor contratiempo por dos compañías del valeroso Regimiento de Cangas de Tineo, hasta que el último hombre pudo abandonar la villa atacada, a pesar de estar expuestos a un intenso fuego enemigo. 

 

            Emprendida la retirada por el camino de Quintana, sobre la una de la tarde del 10 de noviembre, a la altura de la villa de Espinosa de los Monteros se presenta una fuerza enemiga considerable, lo que obliga a las tropas del Ejército de la Izquierda a ocupar posiciones de ventaja (alturas dominantes) para evitar la sorpresa y facilitar así la defensa ante el previsible ataque que pudiera efectuar el enemigo, lo que así ocurrió, ya que se trabó un duro y encarnizado combate en el que, tras dos horas de agotadora lucha en la que por ambas partes de hicieron prodigios de valor, fue rechazado el enemigo. Por la tarde el general Acevedo resuelve atacar las posiciones enemigas, cuyo movimiento se efectúa con serenidad, batiéndose con extraordinario valor los cuerpos asturianos, pero la acción queda indecisa por sobrevenir una densa niebla que hacia imposible distinguir cualquier objeto. Entre las tropas asturianas se producen, sin embargo, bajas que contabilizan varios muertos y heridos.

 

            Al día siguiente, resuelto el enemigo a concluir la acción emprendida el día anterior, decide acometer el ala izquierda y se lanza al ataque directamente. Cae muerto el general Quirós, resultando heridos de importancia los generales Acevedo y Valdés, así como el Coronel del Regimiento de Cangas de Tineo y los tenientes coroneles de los de Lena y Provincial de Oviedo. El resultado fue decisivo, las fuerzas asturianas que ocupaban este punto (alturas de Las Peñucas), sorprendidas por el inesperado movimiento del enemigo y viéndose privadas de sus jefes, ceden, lo que produce el desorden general y la completa dispersión. En la acción resultan heridos también varios oficiales y soldados de los demás cuerpos asturianos, entre los que, por supuesto, se encuentra un número considerable de componentes del Regimiento de Luarca.

 

            No obstante lo anterior, el Regimiento de Luarca, junto con los demás cuerpos que intervinieron en la batalla de Espinosa de los Monteros, había acreditado subordinación, valor y constancia en las demás circunstancias.

 

            Derrumbadas las tropas asturianas, algunas optan por tomar el camino de Santander con dirección a Aguilar de Campoó. Entre los heridos, transportado en una carreta, iba el general Acevedo a quien, por temor a que se produjera un ataque del enemigo que los perseguía, se tomó la decisión de sacarle del carruaje y montarle en un mulo para evitar que así cayera prisionero. Cuando ya se creían a salvo, en el pueblo de Quintanillas, cerca de Aguilar, sorprendentemente son interceptados por cazadores de del cuerpo que mandaba el coronel Tascher quienes, sin atender que el Acevedo es un Capitán General herido en campaña y que como tal se le debe considerar prisionero de guerra, con el mayor desprecio a las reglas de la guerra, le asesinan del modo más vil y sanguinario.

  

            Puestos en ordenada retirada con dirección al Principado de Asturias, siempre perseguidos por fuerzas enemigas superiores, los maltrechos regimientos asturianos son interceptados en las proximidades de la villa de Comillas por la vanguardia enemiga, que traba combate con el Regimiento de Cangas de Tineo, que es el encargado de cubrir la retirada, cuyo cuerpo se llena de gloria por la serenidad y denuedo demostrado en el ataque, tras el cual regresa en triunfo a Comillas.

 

            Reforzado el enemigo con tropas de infantería, caballería y artillería, el general Soult se revuelve contra Comillas con el objeto de aniquilar definitivamente las escasas tropas asturianas que aún quedaban por la zona, por lo que el 19 de noviembre de 1808, ante la superioridad numérica del enemigo, el general Llano Ponte decide replegarse sobre San Vicente de la Barquera por ofrecer esta plaza una privilegiada situación estratégica para establecer allí la defensa y poder contener al enemigo mientras se esperaran los refuerzos que pudieran llegar desde Asturias. Desgraciadamente, el plan concertado no resultó, ya que se cometió el inmenso error táctico de sostener el puente de San Vicente, situado a espaldas de las tropas propias, lo que deja a éstas en una situación muy comprometida, lo que provocó que el Regimiento de Covadonga, que llegaba de refresco, fuese acometido impetuosamente por la artillería y caballería, causando el pánico y la dispersión entre las fuerzas que lo componían, contagio que cundió en los demás cuerpos que ocupaban la plaza, quedando así expedito el paso del puente para la progresión de las tropas  enemigas. En ese momento comenzaba a bajamar, lo que permitió a la infantería y caballería enemiga arrojarse a la ría y flanquear la derecha de las tropas española. La acción duró una hora, al término de la cual los cuerpos asturianos, deciden replegarse sobre Colombres.

 

            Siguiendo la retirada general, siempre perseguidos por la caballería enemiga, el mismo día 19 las fuerzas asturianas llegan a Colombres, en cuyo punto se sostiene una breve pero dura refriega con sus perseguidores. Una vez reagrupadas las restantes y desorganizadas fuerzas en la citada villa, el general Llano-Ponte decide establecer la línea defensiva en Colombres, pero engañado por una hábil estratagema del enemigo, cual era encender y avivar grandes fogatas para dar la sensación de reunión de fuerzas importantes, decide replegarse sobre Llanes por temor de ser atacado al día siguiente.            

            En el mes de diciembre, debido a los fracasos e incompetencia militar del general Llano Ponte, la Junta Suprema de Asturias decide relevarle del mando, por lo que designa al mariscal de campo D. Francisco Ballesteros[2] para reorganizar las maltrechas unidades, poniendo a sus órdenes algunos de los regimientos de nueva planta que aún no habían salido a campaña. A tal fin, el general Ballesteros sale para Llanes, a cuya villa llega el 4 de diciembre al frente de 400 hombres del los regimientos de Covadonga y Fernando VII, consiguiendo en pocos días reunir en la villa de Colombres a los dispersos de los cuerpos asturianos, entre los que se encontraban los hombres del Regimiento de Luarca, a los que acantona en la citada localidad

 

            En el recuento general realizado a los cuerpos asturianos, según el estado de fuerza remitido a la Inspección del Ejército por el capitán general de la provincia y datado en Oviedo el 14 de diciembre de 1808, el Regimiento de Luarca, que continúa formado por dos batallones, presenta una plantilla regimental formada por 3 jefes, 26 oficiales y 404 individuos de tropa, lo que representa, sólo en dos meses, una merma importante de efectivos (52,75%) respecto a la plantilla presentada en Quincoces de Yuso el 12 de octubre de este mismo año. El armamento se hallaba al completo; carecía de vestuario y su estado de instrucción se consideraba mediano. 

   

1809

            En la mañana del 15 de enero de 1809, mientras el enemigo atacaba vigorosamente el puente de Lley, defendido por el valeroso Regimiento de Villaviciosa que se hallaba reforzado por una compañía del Regimiento de Castropol, el general Ballesteros, en previsión de que las tropas ligeras enemigas –que se hallaban emboscadas sobre la barca de Narganes– intentaran con sus fuegos impedir las comunicaciones de la línea y que todos los esfuerzos de los franceses creía se dirigían contra su derecha; dispone que su línea izquierda al mando del coronel del Regimiento de Luarca se ponga sobre las armas y en observación de todos los movimientos que pueda efectuar el enemigo. El Regimiento de Luarca, como tal unidad orgánica, fue uno de los pocos cuerpos que no llegó a intervenir de forma directa en ninguna de las importantes acciones que se desarrollaron en el dispositivo entre el 15 de enero y el 29 de abril de 1809, circunstancia ésta quizás motivada por lo exiguo de su plantilla regimental, prácticamente reducida a cuadro, por lo que su eficacia era nula o escasa y su inacción la nota dominante.

 

            El 16 de febrero de 1809 se dispone que el Regimiento de Luarca avance hacia Castropol. El día 22 de este mismo mes aún continuaba encuadrado en la 1.ª división  situada en la línea de Colombres bajo el mando del general Ballesteros.

 

            El 27 de marzo de 1809 se encuentra en tránsito hacia Villaviciosa.

 

            Por disposición de la Junta Suprema, el 30 de marzo de 1809 se ordena que el Regimiento de  Luarca, con la inclusión de los últimos alistados en la villa de Luarca, salga para Grado y que la 3.ª compañía pase a reunirse con las tropas del general Vorster.

 

            El 6 de abril de 1809 el brigadier D. Jose Trelles, comandante de la 4.ª división destacada en Grado, ordena que una compañía del Regimiento de Luarca, al mando del capitán D. Alvaro García Ramos, salga a relevar a la compañía del Regimiento de Grado que se hallaba acantonada en la zona de Barrios de Luna (León). 

 

            El 1.º de mayo de 1809 la compañía continúa acantonada en las Babias al mando del capitán D. Alvaro García Ramos. Se incorpora en Teverga con su tropa. Llega a Carrocera y después a Otero de las Dueñas (León).

 

            En mayo de 1809, con la incorporación de nuevos reclutas, se logran completar cuatro compañías del 2.º Batallón de Luarca, cuyo batallón, por esas fechas, se encontraba acantonado en la villa de Grado.

 

            A la una de la madrugada del 17 de mayo de 1809 la vanguardia enemiga, al mando del general Mathieu, se posesiona del paso de barcas de Cornellana y cruza el río Narcea por este punto. Este mismo día, tres compañías del Regimiento de Luarca, formadas por reclutas de reciente alistamiento, apoyadas por unos cien paisanos armados, se encontraban desplegadas en las alturas de El Fresno, mientras que el resto del regimiento, alrededor de 100-150 hombres, junto con la compañía de granaderos del Regimiento de Gijón y una partida de La Princesa (1 oficial y 26 soldados), se encontraba en Grado constituyendo su guarnición.

 

            En la tarde de este mismo día, 17 de mayo, el enemigo, tras un breve intercambio de disparos, arrolla el inconsistente dispositivo defensivo establecido en las alturas de El Fresno, punto dominante sobre el camino real de Galicia[3] que, desde Cornellana sube por Doriga, para luego, desde el Fresno, descender a Grado. Superada esta primera línea de contención, las tres compañías de soldados bisoños del Regimiento de Luarca que constituían la defensa, auxiliadas por el centenar de paisanos, se ven desbordadas tras oír los primeros disparos, viéndose obligadas a replegarse sobre Grado. Alcanzado es último punto por los despavoridos soldados de Luarca, fue motivo más que suficiente para sembrar el pánico y la dispersión entre los soldados que componían la guarnición establecida en la villa de Grado. Los 150 efectivos del Regimiento de Luarca se retiran a Teverga, cuya fuga se efectúa a través del camino real que discurre por La Mata, Sama de Grado y Linares de Proaza, mientras que la compañía del Regimiento de Gijón, junto con la partida de la Princesa, lo verifican sobre Oviedo; la 1.ª, 2.ª y 3.ª compañías del 2.º Batallón del Regimiento de Luarca, con una pieza de artillería, lo hacen al puente de Peñaflor, en cuyo punto se decide hacer frente a las tropas del mariscal Ney en su impetuoso avance hacia la capital del Principado.

 

            En efecto, a las 8 de la mañana del día 18 de mayo el enemigo decide atacar el puente de Peñaflor. Según informe de D. Santiago Belaústegui, fechado en Zerezeda de Allande el 20 de mayo de 1809, se expresa que al abandonar el monasterio de Corias en la tarde de ese mismo día, se topó con el soldado llamado Joseph Fernández, perteneciente a la 3.ª compañía del 2.º batallón del Regimiento de Luarca, que venía herido en un brazo como consecuencia de un balazo recibido en la acción del puente de Peñaflor. Como resultado de su testimonio se sabe que el jueves día 18, a las 8 de la mañana, había sido atacado dicho puente, sostenido únicamente por las compañías 1.ª, 2.ª y 3.ª del expresado 2.º batallón del Regimiento de Luarca y una pieza de artillería, y que las defensas, a pesar de la obstinada resistencia que ofrecieron los defensores hasta las 11 horas de ese mismo día, el enemigo logra forzar el paso a toda costa y se posesiona del puente[4].

            Tras anular la resistencia en el puente de Peñaflor –que duró unas tres horas, con nulo efecto resolutivo por parte del Regimiento de Luarca–, una vez desalojada la posición, la caballería enemiga sale en persecución de los despavoridos soldados del Regimiento de Luarca que huyen en desbandada por el camino que conduce a Pravia, haciendo entre éstos numerosos prisioneros que más tarde serían pasados por las armas. Al día siguiente de la acción el coronel del Regimiento de Luarca se hallaba a la altura de La Peral, punto no muy distante del lugar de los hechos, con una exigua parte de sus esforzados soldados, los mismos que se habían inmortalizado en Peñaflor. Las pérdidas del valeroso Regimiento de Luarca, a falta de un balance definitivo de bajas, se estiman en torno a los 100 hombres muertos, mientras que el número de heridos y desaparecidos resulta difícil cuantificar.

 

            Según declaración hecha bajo palabra de honor por D. Antonio Valdés Montes[5], teniente coronel del 2.º batallón del Regimiento de Luarca, en la que narra la participación de este cuerpo en la acción de Peñaflor, se conoce con exactitud las fuerzas que concurrieron a la defensa del estratégico puente sobre el río Nalón. Pues bien, el teniente coronel Valdés expresa: “Que en el diez y ocho del proximo Mayo pasado quando la Vanguardia de la Div.ºn del Mariscal Ney compuesta de quatro mil ó mas hombres de Infantería con doscientos caballos entró en Grado en donde se hallaba el citado D. Gregorio [Jove] de orden del Comandante Trelles me aposté con mi Regimiento de Luarca en el Puente de Peñaflor único punto de defensa al corto número de Tropa que tenía dicho Reximiento, pues no llegaba a trescientos hombres y de éstos una tercera parte reclutas que no havia tomado el fusil hasta el propio dia. Se egecutó la reunión en el expresado Puente á donde he visto al citado D. Gregorio entre la tropa contribuyendo con sus buenas reflexiones a la mejor defensa de aquel punto hasta tanto que determinó pasar a Oviedo con toda diligencia á fin de proporcionar socorro, emprendiendo la marcha dos horas largas después que continuaba el fuego por una      y otra parte el q.e duro hasta que el enemigo nos tomó la altura de La Campona        q.e daba a dicho Puente. En la Venta de la Corredoria quando las reliquias del nombrado Regimiento de Luarca y los oficiales que las acompañábamos buscamos todos el modo de unirnos á la vanguardia de Vorster al mando del [brigadier D. Pedro de la] Bárcena ” .     

 

            El día 19 el mariscal Ney, después de hacer noche en el palacio de La Campona y con el camino ya expedito, emprende la marcha sobre Oviedo. La suerte de la capital estaba echada. En la madrugada de este mismo día el coronel del Regimiento de la Princesa D. José O’Donnell, con fuerzas de su regimiento y parte del de Gijón –que aún no se había enterado que Ney había forzado el paso de Peñaflor el día anterior, y que con todas sus tropas se dirigía a la capital del Principado–, recibe órdenes del marqués de la Romana para que, a marchas forzadas, parta de Oviedo con el objeto de reforzar a las fuerzas que defendían el puente de Peñaflor, pero informado de la caída del estratégico paso y que parte de las fuerzas del sector de Grado (las tres compañías del Regimiento de Gijón y los 27 hombres de la Princesa) que se habían replegado sobre el puente de Gallegos y Fabarín-Loriana, se retiran por detrás del Naranco con dirección a Gijón con el objeto de unirse a las fuerzas de Ballesteros.   

            El 20 de mayo de 1809 el general Ballesteros, advertido de la incursión de Kellerman a través de Pajares y que Oviedo se hallaba ocupada por fuerzas del Mariscal Ney, recibe el encargo del marqués de la Romana para que “reúna cuantas fuerzas pueda, y que obre según le parezca” y pone a sus órdenes el formidable Regimiento de la Princesa que manda el coronel D. José O’Donnell. En cumplimiento de la orden anterior, Ballesteros decide abandonar la línea de Colombres y efectuar el repliegue sobre Cangas de Onís, al tiempo dispone que la reunión de las tropas se verifique en el Infiesto, a cuyo punto se dirige con todo su cuartel general para recibirlas.

 

            Una vez concentradas las fuerzas en Infiesto, el general Ballesteros intenta organizar lo mejor posible las unidades que deberían operar bajo su mando, entre cuyos cuerpos, desafortunadamente, el Regimiento de Luarca no se encontraba, ya que sus exiguos efectivos (alrededor de 150 hombres) se hallaban en Teverga. En este tiempo, el cuadro del regimiento –que aún permanecía en Asturias– intentaba por todos los medios recomponer la unidad y rehacerse de las pérdidas sufridas en Peñaflor, de donde salió totalmente destruido su 2.º batallón.

           

            Por disposición de la Junta de Armamento y Observación de Asturias, la escasa fuerza del Regimiento de Luarca, junto con parte del Regimiento de Covadonga y los dispersos de la línea de Pajares, pasan a ocupar la Venta de La Corredoria (enclave importante del concejo de Grado) con el objeto de apoyar las operaciones del general  Vorster. Para ello, el coronel D. Juan Cañedo solicita la orden conveniente para que se vista adecuadamente al cuerpo de su mando, expresando que en el puente de Peñaflor 240 soldados bisoños del 2.º batallón del Regimiento de Luarca que, batiéndose con el mayor exceso detuvieron al enemigo por espacio de tres horas, fueron arrollados, muertos y prisioneros por la fuerza de la multitud de las águilas.

   

            Tras la sorprendente derrota y posterior dispersión de los cuerpos asturianos que intervinieron en la campaña de Santander –entre los que no se hallaba el Regimiento de Luarca–, el general Ballesteros embarca en un buque británico rumbo a Gijón, en cuya villa, por orden expresa del marqués de la Romana, ahora nuevo general en jefe del Ejército de la Izquierda, recibe el encargo de reorganizar sus maltrechas fuerzas al objeto de reincorporarlas al citado ejército. En cumplimiento de esta orden Ballesteros decide establecer el cuartel general en la villa de Gijón.

           

            Para cumplir con lo ordenado por el marqués de la Romana, el 23 de junio de 1809, con el objeto de reagrupar a los dispersos cuerpos de la división, el general Ballesteros cursa orden circular a la Justicia, haciendo responsables a los jueces del más exacto cumplimiento, para que disponga inmediatamente que todas las tropas que se hallen en la jurisdicción respectiva concurran a sus destinos. El Regimiento de Luarca no aparece relacionado en la orden anterior, lo que viene a demostrar que en práctica seguía reducido a cuadro, por lo que su eficacia era nula o escasa y la inacción la nota dominante.

 

            El 11 de agosto de 1809, a punto de salir para su nuevo destino, se pone de manifiesto la extrema indigencia en que se halla la tropa del Regimiento de Luarca.

 

            El 21 de agosto de este mismo año, el Regimiento de Luarca hace alto en Pola de Lena. Llevaba orden expresa de instalarse militarmente en Campomanes.

 

            En el estado general de todos los regimientos y batallones existentes en el Ejército español, fechado en Sevilla el 30 de diciembre de 1809, sigue figurando como Regimiento de Luarca  y continúa mandado por el coronel D. Juan Cañedo.

 

1810

 

            En sesión de la Junta Superior de Guerra, celebrada en Luarca el 4 de abril de 1810, se acuerda llevar a efecto el plan de reforma de los regimientos que conforman la guarnición del Principado (división de Asturias) ordenado por el capitán general D. Antonio Arce, para lo que, inspirándose en la orden anterior, los cuerpos que se han indicado se reúnan bajo los números naturales 1.º, 2.º, 3.º, esto es, sin demostrar preferencia alguna por uno u otro cuerpo y que se prohíba de ahora en adelante cualquier otra denominación que no se ajuste a la señalada para cada cuerpo.

 

         En consecuencia, una vez deliberado sobre la forma de llevar a efecto la organización del Ejército, se acordó enviar la Junta Superior el plan de reforma de los regimientos de la División de Asturias. Según este plan, los regimientos de Luarca y Siero, deberían constituir el Regimiento nº 2, cuya comandancia, precisamente, se ofreció a D. Juan Cañedo, antiguo Coronel del Regimiento de Luarca; el cargo de 2.º Comandante y Sargento Mayor, recayó en D. Francisco Villar y D. Francisco Argüero, respectivamente.  

 

            El 21 de mayo de 1810 se vuelve a tratar sobre la reforma de los regimientos acordada el 4 de abril anterior, pero no se hace al respecto.

 

            El 28 de mayo de 1810, a propuesta del capitán general del Principado, se acuerda conceder a D. Alvaro García Ramos, capitán de granaderos (1.ª compañía) del Regimiento de Luarca, el grado de teniente coronel y se le nombra comandante interino del expresado regimiento. Se da cuenta a S. M. el Rey para que expida el correspondiente Real Despacho de su nombramiento.

 

            Por acuerdo de la Junta Superior de 8 de junio de 1810, en su artículo 2.º, se declara nula la reforma del Ejército en todas sus partes, por lo que los cuerpos volverán a ostentar las antiguas denominaciones. En cuanto al restablecimiento de los cuerpos, el 20 de junio de 1810 la Junta decide organizar ahora los de Luarca y Salas, con la denominación de Regimiento n.º 2, puesto bajo el mando del coronel de Luarca, D. Juan Cañedo. En la plan de reforma del 4 de abril, los regimientos de Luarca y Siero constituían el n.º 2 y el de Salas, con los de Llanes y Gijón, formaba el nº 3.

 

            El 22 de junio de 1810 la Junta Superior ordena al teniente coronel D Alvaro García Ramos, comandante interino del Regimiento de Luarca, que se halla en Somiedo, se reúna con las fuerzas que manda el capitán Llana.

 

            En virtud del mérito contraído por el sargento 1.º del Regimiento de Luarca, D. Felipe Toti, que traía la recomendación del capitán general del Principado, el 10 de julio de 1810 la Junta acuerda habilitarlo en funciones de subteniente.             

 

            Por estas fechas D. Julián Alvarez, figuraba como sargento 2.º del Regimiento de Luarca.

 

            El Regimiento de Luarca, nuevamente reorganizado y ahora encuadrado en la división de vanguardia del brigadier Bárcena, durante los meses de agosto a noviembre de 1810 combate en todas, o casi todas, las acciones de guerra que tienen como teatro de operaciones los concejos de Grado y Salas, ambos comprendidos dentro de la línea Nalón-Narcea.

 

            El 6 de agosto de 1810 el Regimiento de Luarca combate de nuevo en El Fresno (concejo de Grado), para más tarde caer sobre Peñaflor con el objeto de atajar al enemigo en el puente, pero debido a la falta de coordinación entre los respectivos jefes que deberían acudir al punto de ataque, así como a falsas informaciones que menospreciaban la fuerza del enemigo, ocasionó la desigualdad en la ejecución y el desorden en el movimiento. Cuando el Regimiento de Luarca, junto con el Batallón de Rivero, atacaba vigorosamente el único baluarte de la línea enemiga y rompía el fuego en La Mata, la división encargada de aquel punto y los tiradores de Asturias que comandaba D. Fernando Miranda habían sido atacadas y batidas completamente, la situación del Regimiento de Luarca –que tenía a su cargo la empresa más difícil– se vio seriamente comprometida por el sorprendente e inesperado movimiento del enemigo, que no sólo les aventaja en superioridad numérica, sino que inmediatamente debería ser reforzado con la fuerza que rechazó a los tiradores de Miranda.

 

            Las guerrillas del Regimiento de Luarca, al mando de los oficiales D. Domingo Estrada, D. N. Martínez y D. F. Valledor; la compañía franca al mando de su intrépido jefe D. Felipe Ramos, auxiliadas por otra compañía del expresado cuerpo al mando del teniente Biescas, dieron principio a la acción más reñida que ha tenido en Asturias el coronel Gauthier, del 120 Regimiento francés. Las guerrillas, protegidas por acertado fuego de artillería, desalojaron sucesivamente al enemigo de todas sus posiciones, pero rehecho éste a la altura de La Cabruñana logra poner en serio peligro el flanco izquierdo de las tropas españolas, por lo que las fuerzas anteriores efectúan el repliegue sobre una altura próxima para, desde allí, poder contenerlo. Inmediatamente, el valiente teniente coronel D. Alvaro García Ramos, comandante interino del Regimiento de Luarca, con el resto de la fuerza del cuerpo de su mando acude en socorro de los anteriores, pero, víctima de su intrepidez,  pronto es envuelto en el desconcierto más absoluto. Puestos en retirada, son perseguidos y batidos completamente por la caballería enemiga. En la acción resultan muertos el valeroso comandante del Regimiento de Luarca, el teniente coronel D. Alvaro García Ramos, y el teniente del mismo cuerpo, D. Domingo Estrada, así como unos 50 soldados que, después de rendirse, son pasados a cuchillo por los dragones enemigos.   

 

            El 30 de septiembre de 1810 el Regimiento de Luarca, compuesto en esa fecha por 362 plazas de fusil, continúa encuadrado en la división de vanguardia del brigadier Bárcena.

 

            El 20 de octubre de 1810 fuerzas del Regimiento de Luarca que componían la división de vanguardia del brigadier Bárcena, son destacadas en descubiertas y observación del enemigo situado en distintos puntos del concejo de Grado (entre El Fresno y Peñaflor). Este mismo día combate en la acción que tuvo lugar en las alturas de la Espina sobre Salas, en la que los valerosos oficiales del Regimiento de Luarca, D. Juan Biescas y N. Martínez, repitieron nuevos laureles. 

 

            El 28 de noviembre de 1810 combate en la acción sostenida en El Fresno (siempre la importante y estratégica altura de El Fresno), en la que el Regimiento de Luarca sufre 36 bajas, entre muertos y heridos.       

           

            Por R. O. de 16 de diciembre de 1810, el Consejo de Regencia resuelve que las tropas españolas se distribuyan en seis ejércitos, por lo que el Ejército de la Izquierda (antiguo de Galicia) pasa a denominarse 6º Ejército, que comprende a Galicia, Asturias, León y la parte de Castilla a la derecha del Duero, con dos subinspecciones: una en Galicia y otra en Asturias. Como consecuencia de la orden anterior el Regimiento de Luarca, cuya disolución ya se contemplaba, no se le nombra ni aparece relacionado en los distintos estados de fuerza.

 

            A finales del año 1810 el Regimiento de Luarca, que seguía encuadrado en la división de vanguardia, contaba en esos momentos con 485 efectivos.

 

 1811

 

         El 1º de febrero de 1811 el Regimiento de Luarca –que continúa desplegado en la línea del Narcea– presenta una fuerza en revista compuesta por 21 jefes y oficiales y 565 individuos de tropa.

 

            El 23 de febrero de 1810 el Regimiento de Luarca aparece ahora mandado con carácter accidental por D. Manuel Hadrada, capitán de su 4.ª compañía.

 

            Después de varios meses de aplazamientos, no exentos de dificultad, el 28 de febrero de 1811 se decide acometer la tan ansiada reforma de los cuerpos asturianos (es el tercero y definitivo intento que se hace desde 1809).

 

            Por fin, el 11 de abril de 1811 con la disolución de todas aquellas unidades que no se hallaban en condiciones de operatividad, se acomete la tan ansiada reorganización. Se disuelven 13 regimientos, cuyas exiguas plantillas se refunden unos dos meses más tarde en tres cuerpos de nueva planta que retoman el antiguo nombre de “ASTURIAS”. 2 oficiales, 21 sargentos, 3 tambores 49 cabos 1.ºs, 46 cabos 2.ºs y 381 soldados del Regimiento de Luarca (502 hombres en total), se refunden en el recién constituido Regimiento “2.º de Asturias”.

 

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Uniformes

 

            La uniformidad del Regimiento de Luarca al principio del levantamiento contra el invasor ha discurrido paralela a la de los demás regimientos asturianos que se crearon en fecha anterior o posterior a él.

 

            Poco después de formarse el cuerpo, a los componentes del Regimiento de Luarca les fueron suministradas diversas prendas de vestuario confeccionadas por artesanos del Principado, cuyo uniforme se componía de casaca o chaqueta corta de paño pardo[6], con cuello, vueltas y otros apliques de color encarnado; un pantalón de lienzo crudo; una chaqueta corta de marcha o fatiga de lino o lienzo crudo, posiblemente con cuello y vueltas del propio lienzo o bién de color grana. Como prendas de cabeza, utilizaban sombrero redondo, de los fabricados en el Real Hospicio de Oviedo o de los procedentes de la ayuda británica llegada a Oviedo meses antes, aunque también usaron el gorro de manga o cuartel, de la misma tonalidad que el unforme. La mayoría de los pertrechos que conformaban el equipo del soldado eran también de origen británico, recibidos en Oviedo en julio de 1808, justo a tiempo para equipar a los regimientos que por esas fechas se estaban organizando en Oviedo.

 

            En febrero de 1809 todo hace indicar que los componentes del Regimiento de Luarca, por su pertenencia a la división de vanguardia (guarnición de Asturias) se hayan salido beneficiados con prendas de vestuario de procedencia británica, ya que según orden del General en Jefe del ejército asturiano, aquellos soldados «... q.e no se hallen bestidos de encarnado sufrirán la pena de muerte ...»[7]. Dicho uniforme, en esencia, se componía de casaca roja, chaleco blanco, pantalón de lienzo y chacó tipo ‘stovepipe’ (tubo de chimenea) o, en su defecto, gorro de cuartel. La provisión de estas prendas se efectuaba mediante sorteo realizado por la propia Inspección del Ejército en Asturias.

 

 

Recompensas

 

            El Regimiento de Luarca, al tratarse éste de un cuerpo ceñido exclusivamente a la defensa y guarnición del Principado de Asturias, fueron escasas las recompensas recibidas por sus componentes. Entre estas, destacan:  

 

1. Escudo de Distinción al Valor en Asturias

 

            Para enaltecer el valor de los cuerpos asturianos destacados en la línea de Colombres, la Junta Suprema de Asturias comisiona a D. Juan María de Mier para visitar el cuartel general divisionario y hacer extensivas a su general en jefe, jefes, oficiales y tropa las gracias de Su Alteza Serenísima (nombre otorgado a la Junta) por los distinguidos servicios prestados a la Patria. A tal fin, el 20 de mayo el representante de la Junta es recibido en el cuartel general con los honores de Ordenanza y acto seguido, tras pasar revista a las tropas, que formadas en orden de parada y con su general al frente, promete hacerles llegar la recompensa a la que se han hecho acreedores por su valor, constancia y patriotismo

            Como consecuencia de lo anterior, la Junta Suprema de Asturias para premiar el arrojo de las tropas que, bajo el mando del mariscal de campo D. Francisco Ballesteros, constituyeron el dispositivo defensivo de Colombres durante el ataque general efectuado el 15 de enero de 1809 contra el citado dispositivo por fuerzas enemigas superiores, establece, con carácter colectivo, un escudo de distinción denominado “Al Valor en Asturias”, cuya concesión se hace extensiva a las tropas que intervinieron en las importantes acciones desarrolladas en el mismo escenario bélico durante los ataques de los días 18 de febrero y 29 de abril de 1809, así como a las tropas que defendieron el estratégico e importante paso de Peñaflor durante la acción del 18 de mayo de 1809 entre los que se encontraba, claro, está, los componentes del 2.º Batallón del Regimiento de Luarca.

 

            Dicho escudo, para llevar bordado en la manga izquierda de la casaca o prenda equivalente, consiste en una pieza circular de paño o lino blanco, de 60 mm. de diámetro, en cuyo centro se inscribe el lema: “VALOR / ACREDITA / DO EN / ASTUR  /  IAS”, en letras rojas, rodeado por ramos de laurel y palma en color verde.[8] 

 

 

 

2. Cruz del Ejército de la Izquierda

            Es como la de Albuera; lleva la palabra “Izquierda” en la orla y en el centro el escudo de Galicia, un copón de oro sobre campo azul sembrado de cruces. La cinta es encarnada con filetes amarillos anchos. Fue creada el 14 de mayo de 1815 para premiar el celo, valor y denuedo del Ejército de Galicia, posteriormente llamado de la Izquierda. Por Real Orden de 25 de junio siguiente se permitió a los naturales de Asturias que tuviesen derecho a esta cruz que pusiesen en ella las armas del Principado en lugar de las de Galicia.

            Por cédula de 10 de junio de 1815 expedida por el Teniente General Ballesteros y dirigida al capitán general D. Joaquín Blake, se aclara que la cruz instituida por R. O. de 14 de mayo del mismo año, se concede, además, por “su valor y disciplina en las sangrientas acciones que en la última guerra tuvieron en Rioseco, Sornosa [Zornoza], Guenes [Güeñes].

 

 

 

3. Cruz de Distinción del Ejército Asturiano

 

            Creada por Real Orden de 4 de junio de 1815 para premiar “el entusiasmo, valor y bizarría con que se condujo el egército asturiano en el tiempo en que circundada de enemigos aquella Provincia, y sin auxilios del Supremo Gobierno, fue acometida por los que estaban en Galicia, Castilla y Montañas de Santander, mandados por el Mariscal Ney y por los Generales Kellerman y Bonet; habiéndose sostenido á pesar de su corto número cerca de un año con escarmiento de los mismos enemigos,,… á quienes en varios y repetidos encuentros batió y rechazó con mucha gloria de las Reales armas y honor de sus naturales”.

            La cruz se compone de cuatro aspas esmaltadas en blanco y en cada una de ellas un triángulo isósceles color amaranto, las cuales caen sobre un escudo circular, en cuyo centro lleva una cruz de plata en campo azul, con el lema en el exergo “Asturias nunca vencida”, y al dorso “Exército Asturiano 1808”. Una corona compuesta por mitad de laurel y encina la une a una cinta mitad amaranto [rojo] y mitad caña subido [amarillo pajizo].

 



[1] ALVAREZ VALDÉS, Ramón: Memorias del levantamiento de Asturias en 1808. Edición de Silverio Cañada., Gijón, 1988, en la pág. 187, dice que fueron los Regimientos de Hibernia, Castropol, Candás y Luanco, Grado, Cangas de Tineo y Provincial de Oviedo. Esto no ha sido así, ya que el  parte  rendido por el propio general Acevedo el día 10 de noviembre desde el cuartel general de Espinosa de los Monteros, dice: “… nombré á los de Castropol, Luarca, Candás y Grado, como que estaban menos fatigados. No pareciendo suficiente número el de los 4 regimientos, añadí al momento el provincial de Oviedo, y dispuse que su comandante el brigadier D. Francisco Manglano tomase el mando interino de toda la posición.” Por lo tanto, se descuelgan de la relación los regimientos de Hibernia (que, durante el ataque enemigo, acudió a reforzar a los anteriores) y el de Cangas de Tineo (encargado de sostener la rerirada) citados por Valdés  (Inserto en el Diario de La Coruña, nº 164, de 1º de diciembre de 1808,  pp. 653-656).  

[2] Tras la muerte del general Acevedo, acaecida tras la batalla de Espinosa de los Monteros, fue nombrado comandante general del Ejército asturiano, cuyo cargo desempeñó desde el 1º de diciembre de 1808 hasta junio de 1809 en que dicho ejército pasó a constituir la 3.ª división del Ejército de la Izquierda.

[3] Este antiguo itinerario es radicalmente distinto al actual trazado de la CN-634 que pasa por el alto de La Cabruñana. Actualmente, debido al actual trazado de la autovía Oviedo-La Espina, este antiguo camino real –hoy señalizado como Camino de Santiago– ha sufrido importantes alteraciones en su trazado primitivo, especialmente en Doriga y en el descenso de El Fresno a Grado. 

[4] Hasta ahora la historiografía se apoyaba en la creencia que el dispositivo establecido en las alturas de El Fresno, así como la defensa que se hizo del estratégico paso de Peñaflor, fueron sostenidos por 150 soldados del Regimiento de Luarca –que salieron indemnes por su precipitada huida a Teverga –, la compañía de granaderos del Regimiento de Gijón y unos 40 ó 50 paisanos. El testimonio de este soldado, así como el del propio teniente coronel del 2.º batallón del Regimiento de Luarca desmienten rotundamente la tesis anterior.

[5] AHN. Consejos, 11995, exp. 1. La declaración se inserta dentro de la “Copia de los méritos y servicios del coronel D. Gregorio Jove”, efectuada con motivo de las consultas sobre la supresión de la Junta Suprema de Asturias ordenada por el marqués de la Romana. 

[6] El paño pardo o buriel era el color oscuro de la lana en su estado natural.

[7] Bando del Teniente General D. José María Cienfuegos, publicado en el cuartel General de Luarca el 10 de abril de 1810.

[8] Este mismo Escudo de Distinción puede bordarse sobre paño del color de la divisa del uniforme (grana, azul u otro color), puesto que este tipo de premios militares, al no estar sujetos a normas predeterminadas en cuanto a forma de bordados y colores se refiere, admiten todas las variantes posibles. En el supuesto de que el conjunto se borde o vaya bordado sobre paño grana, las letras y cordoncillo exterior deben ser de hilo de oro o plata (oficiales) y de estambre amarillo o blanco (tropa). En el caso que nos ocupa, se ha elegido como ejemplo ilustrativo una pieza de seda o lino blanco (color de los cabos y botones del uniforme del Cuerpo), cuyo ejemplar puede contemplarse en el primoroso retrato de un Teniente Coronel de las Reales Guardias Españolas, que luce la condecoración en la manga izquierda de la casaca. La otra insignia, de paño rojo, se trata de  una reconstrucción inspirada en el modelo anterior.