www.arhca.esREGIMIENTO DE INFANTERIA DE LINEA DE INFIESTO

 (1808-1814)

 

 

INTRODUCCION

 

 

            La reconstrucción del historial del Regimiento de Infiesto, ha resultado tarea harto complicada, especialmente por la escasa documentación existente sobre el mismo. Por lo tanto, el presente historial regimental ha tenido que ser reconstruido con datos extraídos, en su mayor parte, de la historia general, diarios de operaciones, así como de las documentaciones personales y hojas de servicios de algunos de los jefes que lo mandaron. Afortunadamente, con el reciente e importante hallazgo en el Archivo Histórico Nacional de la mayor parte de la documentación de la Junta Suprema que se hallaba “desaparecida” desde el año 1809, se han podido completar con más detalle los 1808 y 1809.   

 

            Sin entrar a formar un juicio global sobre la eficacia militar del Regimiento de Infiesto, se puede afirmar que éste, junto con los otros cuerpos que constituyeron la división asturiana al mando del mariscal de campo D. Francisco Ballesteros (Castropol, Lena, Cangas de Tineo y Pravia), fue una unidad bien instruida y disciplinada, suficientemente capacitada, por la experiencia acumulada en las más de cuarenta acciones de guerra en las que ha tomado parte, para intervenir en cualquier teatro de operaciones y asegurar con ello el éxito de la maniobra. No cabe duda que el general Ballesteros supo hacer de sus hombres “combatientes terribles y marchadores infatigables”[1]  

 

            Una de las principales misiones de la división asturiana (auténtica punta de lanza) durante la campaña de Andalucía (1810-1812) fue el acoso y hostigamiento del enemigo, realizando frecuentes incursiones en su retaguardia, emboscadas, ataques por sorpresa, etc., sembrando el sobresalto entre los destacamentos y pequeñas guarniciones, lo que representó para el ejército francés una auténtica pesadilla, como si fuera una espina clavada en su propio costado, lo que obligó al mariscal Soult a distraer una parte considerable del 5º Cuerpo de Ejército francés a observar los movimientos de Ballesteros y su división. Fue, en suma, una guerra de desgaste en la que los cuerpos asturianos tuvieron una actuación preponderante.

 

            Cumplido el 200º aniversario de la gloriosa gesta de la Guerra de la Independencia sirvan, pues, estas líneas como modesto homenaje al valor, la constancia y la lealtad del soldado asturiano que, batiéndose constantemente a lo largo y ancho de la geografía española durante los seis años que duró la dura campaña, soportando grandes fatigas y privaciones, fueron capaces de triunfar sobre la organización, los medios y la experiencia de la más formidable máquina militar de Europa: el ejército imperial francés.

 

SUS ORIGENES Y ORGANIZACION

 

            Invadida España por el ejército napoleónico, la Junta General del Principado de Asturias, en sesión del día 9 de mayo de 1808, acuerda poner sobre las armas un ejército de 20.000 hombres. El 25 de mayo, la Junta General del Principado, constituida en Junta Suprema de Gobierno, “en nombre de la España invadida y de su Rey cautivo” asume la soberanía nacional y declara solemnemente la guerra a Francia. Al mismo tiempo, la Junta se ratifica en el acuerdo adoptado el día 9 de llevar a la práctica la organización del ahora denominado “Ejército defensivo asturiano”.

 

            A tal efecto, a propuesta del marqués de Santa Cruz de Marcenado, el 2 de junio se aprueba la organización de 20 regimientos de infantería de a mil hombres cada uno, divididos en 10 compañías, y que a dichos cuerpos se les asigne el nombre de las capitales de los concejos más importantes del Principado.  

           

            Al objeto de llevar a la práctica el establecimiento del cuerpo que deberá ostentar el honroso nombre de “INFIESTO”, el 7 de julio de 1808 la Junta Suprema de Asturias concede al capitán del Regimiento Provincial de Oviedo, D. Pedro de la Bárcena, el empleo de sargento mayor, graduado de coronel, en ejercicio de funciones de mayor general[2], y se le destina en comisión al cuadro[3] encargado de la organización del regimiento. Las facultades conferidas a este jefe le constituyen en la responsabilidad absoluta del buen estado, disciplina e instrucción del cuerpo que tiene el encargo de formar.

 

            El 7 de julio de 1808 el núcleo principal de voluntarios destinado a constituir el regimiento se hallaba distribuido entre las localidades de Infiesto y Villamayor al mando del capitán, graduado de teniente coronel, D. Blas Alvarez, teniente que fue del Regimiento de Infantería de Hibernia.

 

            A fin de dotar a los voluntarios de una formación militar básica, siguiendo órdenes cursadas al respecto, se les agrupa en compañías y se encomienda su instrucción a sargentos y cabos de los regimientos Hibernia y Provincial de Oviedo. La distribución[4] inicial de esta fuerza presenta la orgánica siguiente:

 

Compañías

Jefes

Sargentos

Cabos

Soldados

Fuerza total

5

1

14

38

400

453

           

            El grupo de fuerza anterior, con bajas considerables por haber entregado parte de sus efectivos a cuerpos creados con anterioridad, según un estado de fuerza fechado el 30 de julio presenta un total de 283 hombres, que siguen distribuidos entre las localidades de Infiesto y Villamayor. El mando de la agrupación lo sigue ostentando el teniente coronel D. Blas Alvarez[5].

           

            Con los voluntarios procedentes de Infiesto y Villamayor, más la reunión de los mozos que habían entrado en los últimos sorteos de Milicias para el Regimiento Provincial de Oviedo celebrados en el concejo de Piloña y otros limítrofes, así como en los cotos y jurisdicciones de él dependientes, el 8 de agosto de 1808 se crea en la ciudad de Oviedo el Regimiento de Infantería de Infiesto, bajo el pie de un único batallón de a 10 compañías y una fuerza teórica de 1.000 hombres[6].

 

            La composición inicial del Regimiento de Infiesto, según dictamen presentado en la Junta Suprema de Asturias para la formación de los 20 regimientos, estuvo inspirada en el antiguo esquema organizativo del Regimiento Provincial de Oviedo. La orgánica regimental, según este viejo modelo, quedó establecida en:

 

B       A       T       A       L       L       Ó       N

P L A N A   M A Y O R

C O M P A Ñ Í A S

 

            - Coronel

            - Sargento Mayor

            - 2 Ayudantes

            -  Abanderado (no se contempla)

            - 1 Capellán

            - 1 Cirujano

            - 1 Tambor mayor

            - 1 Maestro Armero

  

  10 compañías, de las cuales una era de 

  Granaderos. Cada Compañía consta de:

 

               -   1 Capitán

               -   1 Teniente

               -   1 Subteniente

               -   1 ó 2 sargentos 1ºs.

               -   2 sargentos 2ºs.

               -   4 cabos 1ºs.

               -   4 cabos 2ºs.

               - 50 soldados (aprox.)  

           

            Nombres o denominación que ha tenido desde su creación.

 

-         1808. Regimiento de Infantería de Infiesto.

-         1809. Regimiento de Infantería de Línea de Infiesto.

 

 

VICISITUDES, CAMPAÑAS Y ACCIONES DE GUERRA

 

1808

 

            El 21 de julio de 1808 se ordena que el cuadro de oficiales destinados a la formación del Regimiento de Infiesto que se encuentran en Oviedo parta inmediatamente para la villa de Infiesto.  

 

            El mismo día de su creación, es decir, el 8 de agosto de 1808, el teniente general D. Joaquín Velarde, ordena al sargento mayor encargado de su formación que cuando antes, acuda a Infiesto con el objeto de organizarle.

 

            El 15 de agosto de 1808 se despacha orden para que el sargento mayor del Regimiento de Infiesto, que se encontraba en Caleao y su avanzada, cuyos puestos se halla cubriendo con dos compañías, regrese a la villa de Infiesto con el fin de que, reuniéndose aquí con la totalidad de la fuerza del cuerpo, emprenda la marcha para la capital del Principado para proceder a su organización definitiva, cuya salida efectúa al día siguiente.   

            En efecto, tal como estaba previsto, la organización se verifica bajo la dirección y supervisión del sargento mayor D. Pedro de la Bárcena.

 

            Una vez organizado como batallón de a 10 compañías, con su correspondiente Plana Mayor, con fecha 21 de setiembre de 1808 el coronel D. Pedro de la Bárcena cesa en su funciones.

 

            Concluida la formación del regimiento, para el mando del cuerpo se designa al capitán de fragata de la Real Armada, D. Juan de Galdeano y Zalduondo, capitán del Regimiento de la Victoria[7]. La plaza de sargento mayor recae en D. Alonso Suárez Zulaibar, teniente del Regimiento de Hibernia.  

 

            El 15 de octubre de 1808 el capitán general D. José Cienfuegos ordena poner en arresto en el castillo de Arnao (Gijón) al teniente del Regimiento de Infiesto D. Toribio Peláez.

 

            El 16 de noviembre de 1808 el Regimiento de Infiesto recibe la orden de cesar en el servicio en la plaza de Oviedo. Es reemplazado por el de Pravia. El día 18 aún seguía en Oviedo equipándose y completando la instrucción para salir a campaña.

 

            El Regimiento de Infiesto ha sido uno de los cuerpos asturianos que, por encontrarse aún en período de instrucción, no llegó a formar parte de la división expedicionaria que a primeros del mes de noviembre, al mando del teniente general Acevedo, salió de Asturias para incorporarse al Ejército de Galicia que se hallaba de operaciones en Vizcaya mandado por el general Blake, motivo por el cual el “Infiesto” no se constituyó en regimiento “de Línea”, bajo el pie de dos batallones de a cinco compañías cada uno. 

 

            Continuando con su anticuada organización, es decir, arreglado bajo el pie de un único batallón, en la mañana del día 21 de noviembre de 1808, junto con otros cuerpos que tampoco habían constituido la división del general Acevedo, emprende la marcha desde Oviedo hacia Colombres con el objeto de restablecer en este punto el dispositivo defensivo que las tropas del general Llano Ponte habían abandonado tras los impetuosos ataques del enemigo contra San Vicente de la Barquera (Santander) el día 19 de este mismo mes. Ante esta situación, la Junta Suprema de Asturias se ve en la precisión de remover del mando a Llano Ponte y designar como nuevo jefe del dispositivo al mariscal de campo D. Francisco Ballesteros[8].  

 

            En la mañana del día 7 de diciembre, junto con otros cuerpos, se apodera de las barcas de Unquera y Narganes y efectúa el reconocimiento de vados y puentes de los ríos Deva y Pesués, que forman la ría de Colombres. Verificadas las ventajas defensivas que presenta el terreno y que la zona se halla libre de tropas enemigas, el general Ballesteros decide establecer en este punto el dispositivo. El Regimiento de Infiesto queda, desde entonces, acantonado en la villa de Colombres a la expectativa de recibir órdenes concretas sobre el destino o misión que debería desempeñar, en cuya situación permanece hasta el día 9 del mismo mes en que, por disposición del general Ballesteros, se traslada a Arenas de Cabrales con el encargo de proteger el ala derecha del ejército de su mando, por confluir en este punto todas las avenidas de Potes y guardar una íntima relación con la defensa del dispositivo de Colombres.

 

                En el estado general de todos los cuerpos asturianos, remitido a la Inspección del Ejército por el Capitán General de la provincia, fechado en Oviedo el 14 de diciembre de 1808, el Regimiento de Infiesto, que continúa formado por un sólo batallón, presenta una fuerza efectiva de 2 jefes, 28 oficiales y 498 plazas de fusil. El armamento y vestuario se hallaba al completo y su estado de instrucción se consideraba mediano.

 

            Como consecuencia de la orden del marqués de la Romana, por la que previene se le despachen todos los cuerpos regimentados, vestidos y calzados, el 17 de diciembre de 1808 la Junta Suprema de Asturias cursa orden al capitán general interino del Principado para que disponga la salida del Regimiento de Infiesto por ser uno de los cuerpos que cumple todos los requisitos exigidos por el general en jefe del Ejército de la Izquierda. 

 

1809

 

            A principios del año 1809 el coronel Galdeano, al frente del Regimiento de Infiesto, se halla ya sobre Arenas de Cabrales y los puertos de montaña de Ventaniella y Beza, en cuyos puntos efectúa el despliegue defensivo de las distintas compañías del cuerpo que tiene a su cargo, cometido que los de “Infiesto” cumplen bien y a plena satisfacción de su general en jefe.

 

            El 5 de enero de.1809, hallándose vacante la plaza de coronel por arresto de D. Juan Galdeano, la Junta Suprema designa al coronel del Regimiento de Hibernia, D. Carlos Fitz-Gerald, para ejercer el mando del Regimiento de Infiesto, pero al tratar de introducir la disciplina, de la que era celoso cumplidor, y obligar al soldado a comer el rancho en cumplimiento de orden general comunicada al ejército, se produce un conato de insubordinación entre la tropa que le obliga a resignar el mando de la unidad.

 

            El 15 de enero, mientras el enemigo desde los alrededores de la iglesia de Bodriguero lanzaba un impetuoso ataque contra las tropas del valeroso Regimiento de Villaviciosa, reforzado por una compañía del Regimiento de Castropol, que defendía el paso sobre el puente de Lley y las barcas de Narganes, sosteniéndose con tesón en el punto de Siejo, el Regimiento de Infiesto continuaba desplegado, sin actividad bélica alguna, en los puestos asignados.  

 

            El 17 de enero de 1809 se halla guarneciendo Pino de Aller, Collanzo, Casomera y Felechosa (concejo de Aller).

 

            El 11 de febrero de 1809 la Junta Suprema, considerando conveniente al servicio del Rey y de la Patria, el traer a la guarnición de la ciudad de Oviedo al Regimiento de Infiesto, ordena se le reemplace en su destino por el Regimiento de Ribadesella. Se dispone que la mitad del batallón emprenda la marcha para Oviedo y que el de Ribadesella salga para Pino de Aller, en cuyo punto se encontraba el de Infiesto.

 

            También por conveniencias del servicio, el 16 de febrero de 1809 la Junta de Asturias dispone que la otra mitad del batallón de Infiesto se agregue a la división que debe avanzar sobre León, mientras que la otra mitad, alrededor de 500 efectivos, deberá permanecer de guarnición en Oviedo tal como se había ordenado días antes.

 

            El 18 de febrero de 1809 la Junta confiere el empleo de brigadier al coronel Fitz- Gerald, destinándole a las órdenes del general Vorster. Al mismo tiempo se designa al capitán D. José Montemayor, de la compañía de granaderos del Regimiento de Infiesto, teniente coronel-comandante de la tropa que compone la mitad del expresado cuerpo que, a sus órdenes, debería salir para Pajares.      

 

            El 22 de febrero de 1809, la mitad del Regimiento de Infiesto a las órdenes del teniente coronel Montemayor aparece ya encuadrada en la 3.ª división, situada en la línea de Pajares al mando del brigadier D. Francisco Manglano. La otra mitad del batallón continúa prestando servicio en la guarnición de Oviedo.

 

            El ahora brigadier D. Carlos Fitz-Gerald, que se había separado del Regimiento de Infiesto por pasar en calidad de 2.º jefe de la 5.ª división mandada por el teniente general D. José  Vorster, cuya división desde principios de enero de este año operaba en la línea del Eo, el 16 de marzo de 1809 resulta muerto en San Tirso de Abres como consecuencia de un “accidente que le acometió”[9]. El día 17 es enterrado en Taramundi. 

  

            El 29 de abril de 1809, dos compañías de fusileros del Regimiento de Infiesto, junto con otras tres de granaderos, tres de alternación y una de cazadores, al mando del coronel D. Francisco Antonio del Villar, sargento mayor del Regimiento Infante D. Carlos, según la orden de operaciones redactada por el propio general Ballesteros, deberían efectuar el ataque sobre Molleda y posesionarse de la altura de este pueblo por el flanco izquierdo de la batería enemiga para atacar de frente a Pesués. Hecho fuerte el enemigo en Molleda, es atacado impetuosamente por los tiradores de la columna con el objeto de tenerle distraído para dar tiempo a que los refuerzos llegasen a Pesués, momento en el que se ordena que las compañías del Regimiento de Infiesto carguen contra el enemigo, obligándole a retirarse precipitadamente hasta Pesués, en cuyo punto son sorprendidos y batidos completamente. Por el singular mérito contraído por la bizarra compañía de tiradores del Regimiento de Infiesto al mando de su capitán, graduado de teniente coronel, D. Bernardo Alvarez[10], que atacó y batió al enemigo con la serenidad acostumbrada, dicho oficial es recomendado a S. M. por la obediencia y valor con que ha ejecutado las órdenes del general en jefe.

           

            Por orden del marqués de la Romana, el 8 de mayo de 1809 el coronel D. Juan de Galdeano y el capitán D. Julián Morales, que se hallaban arrestados de forma arbitraria por orden de la Junta Suprema en el castillo o batería de Arnao (Gijón), son reintegrados en los empleos que antes tenían, con inserción, según se previene, en la orden del día.                      

            El 19 de mayo el mariscal Ney, después de anular el día anterior la resistencia que ofrecían las exiguas tropas del sector de Grado que defendían el puente de Peñaflor, se dirige con todos sus efectivos hacia la capital del Principado. Ante el inesperado giro de los acontecimientos, el marqués de la Romana cursa orden este mismo día a Ballesteros para que abandone la línea de Colombres y que, a marchas forzadas, con todas las fuerzas disponibles se dirija a Oviedo. A tal efecto, el día 21 de mayo el general Ballesteros dispone que el Regimiento de Infiesto, junto con los restantes cuerpos de su mando, se reagrupe en la capital del concejo de Piloña. Este mismo día Ballesteros se presenta en Infiesto para reorganizar sus fuerzas y, en virtud de la orden anterior, acudir presto a la defensa de la capital.

                                           

            Enterado el enemigo de los planes del general Ballesteros, fuerzas combinadas de los generales Kellerman y Bonet, en su empeño de asestar un golpe resolutivo a los cuerpos asturianos e impedir su reagrupamiento, se ponen en movimiento para caer sobre Infiesto, pero informado Ballesteros de la ocupación de Oviedo y que fuerzas importantes enemigas se le echan encima, decide mover sus unidades y en una resuelta maniobra de distracción se repliega sobre Cangas de Onís y las sitúa justo en la retaguardia enemiga.

 

            La compañía de granaderos del Regimiento de Infiesto, al mando del capitán D. Bernardo Alvarez, al no poder reunirse con su unidad en Infiesto, pasa al concejo de Caso y establece, de forma autónoma, su campo de operaciones guerrilleras en éste, haciéndolas extensivas a los concejos de Sobrescobio, Laviana y Bimenes.

 

            El 24 de mayo se combate sobre los Escobios de Margolles, en las inmediaciones del pueblo de Llueves, en cuya acción el enemigo sufre considerables bajas. El Regimiento de Infiesto recibe el encargo de su general de formar la reserva en San Juan de Parres. Tanto por el desarrollo favorable de la acción táctica como por la retirada de la división al santuario de Covadonga, sostenida por el valeroso Regimiento de Cangas de Onís, se logran salvar todas las tropas e impedimenta. Al éxito de la acción contribuyó la acertada disposición del Regimiento de Infiesto. 

 

            El día 25 de mayo, junto con los demás cuerpos de la división, sale de Covadonga y, a través del puerto de Ventaniella, emprende una arriesgada y agotadora marcha hacia Valdeburón (León) y de aquí, siguiendo el movimiento general, se retira a la villa de Potes al objeto de descansar y reponerse de las innumerables fatigas padecidas por tan larga travesía. Tras aprovisionarse de algunas municiones de boca y guerra, sale de nuevo hacia Santander.

 

            El 26 de mayo de 1809 el general Ballesteros, con la incorporación de fuerzas importantes de caballería e infantería de Porlier, recupera la iniciativa ofensiva; ocupa Cartes y desaloja al enemigo de la importante plaza de Torrelavega, en cuya villa fija el cuartel general divisionario y permanece a la expectativa de los movimientos que pueda efectuar el enemigo, dueño ya de la ciudad de Santander.

 

            Planeada la reconquista de Santander, Ballesteros divide a la división en tres columnas de ataque. El Regimiento de Infiesto queda encuadrado en la columna del centro que manda el coronel del Regimiento de Villaviciosa, D. Carlos Rato, cuya columna, en la noche del día 9 de junio, se pone en movimiento para desalojar el reducto enemigo de Peñacastillo, que se mantiene bien fortificado y artillado. El ataque a la posición se verifica el día 10, pero es rechazado por la tenaz resistencia que ofrecen sus defensores. En la acción resulta herido de gravedad el coronel D. Juan de Galdeano, quien por disposición del marqués de la Romana había sido recientemente restituido al Regimiento de Infiesto..   

 

            A las tres de la tarde del mismo día 10 el general Ballesteros, al frente de sus hombres, toma Peñacastillo, desaloja al enemigo de sus posiciones y le obliga a replegarse sobre Santander. Tras dejar una pequeña guarnición en la posición reconquistada, Ballesteros se presenta ante las mismas puertas de Santander y por medio de un audaz golpe de mano los cuerpos de la división recuperan la plaza y toman a la bayoneta las baterías que la defienden.

 

            Regresa el enemigo con renovado ímpetu; el día 11 recupera la posición de Peñacastillo y hace prisionera a toda la guarnición y, en la noche de este mismo y madrugada del siguiente, el general Bonet decide atacar Santander, cuyo ataque por sorpresa provoca la confusión entre las tropas asturianas que ocupaban la plaza, que ceden ante la fuerte presión del enemigo y precipita la desbandada general de todos los cuerpos. En los referidos ataques tuvo la división considerables pérdidas entre muertos, heridos y prisioneros. El coronel del Regimiento de Infiesto, D. Juan de Galdeano, al no poder ser evacuado por la gravedad de sus heridas, queda hospitalizado a merced del enemigo en Santander.

 

            Tras la sorprendente derrota y posterior dispersión de los cuerpos asturianos que intervinieron en la campaña de Santander, que oscureció la heroica marcha de 19 días, el general Ballesteros embarca en un buque británico rumbo a Gijón, en cuya villa, por orden expresa del marqués de la Romana, general en jefe del Ejército de la Izquierda (Galicia), recibe el encargo de reorganizar sus maltrechas fuerzas al objeto de incorporarlas al citado ejército.

 

            En efecto, en cumplimiento de la orden dada por el marqués de la Romana, Ballesteros establece el cuartel general en Gijón. El 23 de junio de 1809, con el fin de reagrupar a los dispersos cuerpos de la división, cursa orden circular a la Justicia, haciendo responsables a los jueces de su más exacto cumplimiento, para que todos los regimientos de su mando se concentren en los puntos que, previamente, les ha señalado. El Regimiento de Infiesto, con importante merma de efectivos, en la fecha señalada ya se encontraba acantonado en la villa de Gijón.

 

            El 1º de julio, una vez verificada la reunión de las unidades en el campamento de Contrueces (Gijón), se somete a los cuerpos a una intensa instrucción militar, al tiempo que se acomete una profunda reorganización de los mismos. El Regimiento de Infiesto, al igual que los demás cuerpos de su división, conforme al Reglamento de la Infantería de 23 de enero de 1809, teóricamente, queda arreglado bajo el pie de dos batallones de a 8 compañías; una de granaderos, otra de cazadores y las seis restantes de fusileros.

 

            Durante la estancia en el campamento de Contrueces, los componentes del regimiento reciben la noticia del fallecimiento de su coronel, acaecido el 6 de julio de 1809 en el hospital de Santander a consecuencia de las heridas recibidas en la acción de Peñacastillo el día 10 del mes anterior[11]. Este suceso produce gran consternación en los de “Infiesto”, que se ven privados del jefe que compartió con ellos las innumerables fatigas de la dura campaña. 

 

            Vacante la coronelía por fallecimiento de su titular, el mando del regimiento recae, con carácter accidental, en el teniente coronel D. José Montemayor, comandante del primer batallón. 

 

            El 17 de julio todos los cuerpos de la división, entre los que, naturalmente, se encuentra el Regimiento de Infiesto, reciben en el campamento de Contrueces nuevo armamento y vestuario de procedencia británica.

 

            El 29 de julio, una vez concluida la reorganización, debidamente pertrechado abandona el campamento de Gijón y parte hacia Oviedo, y el 1.º de agosto, desde esta ciudad, emprende el viaje para el Reino de León con el total de la división al objeto de unirse al Ejército de la Izquierda que manda el marqués de la Romana.

 

            Se acantona en Otero de las Dueñas (León), ocupándose en continuos ejercicios de instrucción y de aquí, a través de Santiago de las Villas, emprende la marcha hacia Santander.

 

            El 24 de agosto de 1809[12] el marqués de la Romana desde su cuartel general de Astorga (León) dispone la organización definitiva del Ejército de la Izquierda cuya 3.ª división deberá quedar constituida, precisamente, por los regimientos asturianos bajo el mando del mariscal de campo D. Francisco Ballesteros.   

 

            El 26 de agosto, junto con los demás cuerpos de la división, cae sobre Cabezón de la Sal y ataca impetuosamente a un batallón del regimiento 119 francés en la altura del Monte Cildá, al que hace varios prisioneros y obliga a retirarse en franca derrota. En la acción, que es cruel y sangrienta por ambas partes, el Regimiento de Infiesto se defiende con un valor y arrojo tales que son dignos de los mejores laureles. Tras la acción, siguiendo el movimiento general de la división, se retira al Valle de Cabuérniga. 

 

            El marqués de la Romana ordena a Ballesteros que, con su división, se concentre en Astorga. En cumplimiento de la orden anterior, la división entra en Astorga en cuyo punto se forman dos columnas con las compañías de granaderos y cazadores de todos los cuerpos que forman la división. El mando de la columna de granaderos recae en el sargento mayor del Regimiento de Navarra y de los cazadores se hace cargo el sargento mayor del Regimiento de Infiesto, D. Alonso Santos Zulaibar, que se da a reconocer a la división.

 

            Sale de Astorga con dirección a la frontera de Portugal, y en un movimiento de flanco por su izquierda cae sobre Benavente (Zamora).

             

            El 28 de setiembre las columnas de granaderos y cazadores de la división atacan por sorpresa la guarnición enemiga que defiende la plaza de Benavente. El sargento mayor del Regimiento de Infiesto, D. Santos Suárez Zulaibar, al frente de la columna de cazadores, es el encargado de efectuar el ataque por el punto de las Tejeras. A las tres de la mañana Santos Zulaibar entra en la villa por el expresado punto y, con la bizarría y bravura de los cazadores del “Infiesto”, arrolla y desaloja al enemigo de sus posiciones. Tras la acción se retira a Alcañices.

 

            Concluida la operación sobre Benavente sale, a través de Pozuelos, Tavara y Carbajales, para Zamora, a cuyas inmediaciones llega a las siete de la mañana  del día 1.º de octubre. A las órdenes del brigadier D. José O’Donnell, 2.º en el mando de la división asturiana, que se queda con los regimientos de Infiesto, Villaviciosa, Candás y Luanco, Castropol, Navarra y Princesa, formando el cuerpo de reserva. Se sitúa, en columna cerrada, en las alturas de los molinos de viento con el objeto de atender al camino de Benavente por donde podría acercarse algún cuerpo de caballería enemiga.      

 

            El día 2 se octubre se halla en el ataque a la ciudad de Zamora, en donde las compañías de granaderos y cazadores acometen con denodado ímpetu a las fuerzas francesas que la defendían. Durante el ataque a la plaza de Zamora el sargento mayor del Regimiento de Infiesto, D. Santos Suárez Zulaibar, comandante de la columna de cazadores de la división, contrajo especial mérito al intentar romper la puerta de Santa Ana, empresa que no pudo conseguir por la tenaz resistencia que ofrecía el enemigo en la defensa de la muralla. Tras el fracaso de la acción anterior, se repliega sobre el pueblo de Almendra para, una vez repasado el río Esla, llegar al amanecer del día siguiente a Carbajales y sus alrededores, en donde la división se  acantona.

 

            Sale para Portugal y entra de nuevo en España por el fuerte de la Concepción (Salamanca).

 

            El 19 de octubre de 1809, en cumplimiento de la orden del marqués de la Romana la división asturiana efectúa su incorporación en Tamames (Salamanca) al Ejército de la Izquierda, ahora mandado por el duque del Parque.

 

            Asiste a la acción del día 23 de noviembre librada en Carpio, cerca de Medina del Campo (Valladolid), contra el dispositivo enemigo, en donde el “Infiesto” prodigó su sangre.

 

            El 28 de noviembre se retira a Alba de Tormes en cuyo punto la división sufre una general dispersión y escasas bajas. El Regimiento de Infiesto, así como los demás cuerpos dispersos, se reagrupa con su división en Ciudad Rodrigo y, una vez verificada la reunión de todos los regimientos, parte para los cantones de Sierra de Gata (Cáceres) y establece el cuartel general en San Martín de Trevejo, de donde sale de nuevo para Portugal.

 

            Según el estado general de todos los regimientos y batallones que componen el Ejército español, fechado en Sevilla el 30 de diciembre de 1809[13], el Regimiento de Infiesto continúa mandado por el teniente coronel D. José Montemayor.

 

1810

 

            La división con la totalidad de los 10 regimientos que la componían, el 14 de enero de 1810 se pone en movimiento desde sus cantones de la Sierra de Gata con dirección a la plaza de Badajoz a través de las provincias portuguesas de Bara Alta y El Alentejo.

 

            Permanece en Portugal por espacio de dos meses, entrando el 7 de marzo de nuevo en España por Badajoz, en cuya plaza queda la división a la expectativa de recibir órdenes del mando. El 9 sale para Olivenza. 

              Después de algunas dificultades, el duque del Parque resigna el mando del Ejército de la Izquierda y nuevamente se designa para el mismo al marqués de la Romana, quien, una vez asumido el cargo, acomete una profunda reorganización de los regimientos asturianos. Se somete a los cuerpos a una disciplina más rígida y se logra formar, en corto espacio de tiempo, unas unidades más compactas y aguerridas.

 

            Paralelamente a las modificaciones anteriores, se cubren las bajas de los primeros jefes en aquellos cuerpos que se hallan vacantes, tal es el caso de los regimientos Provincial de Oviedo, Castropol e Infiesto. Así pues, el 15 de marzo el coronel del Regimiento de Grado, D. Diego Clark[14], por disposición del marqués de la Romana es designado para ejercer el mando del Regimiento de Infiesto. Provista la vacante de coronel, el teniente coronel D. José Montemayor se hace cargo del 2.º batallón y el sargento mayor D. Santos Suárez Zulaibar sigue desempeñando el importante cometido de la sargentía mayor del “Infiesto”.  

 

            Continúa la división asturiana de Ballesteros de operaciones en Extremadura bajo las órdenes del marqués de la Romana.  

 

            En este tiempo los cazadores del “Infiesto”, junto con las demás compañías de esta clase de preferencia que forman la columna de cazadores de la división, el 25 se marzo se halla en la acción de Zalamea la Real (Huelva) y el 27 del mismo mes en la de Ronquillo (Sevilla). Retirada al Condado de Niebla (Huelva).

 

            El 15 de abril asiste a la acción sobre el Río Tinto (Huelva) contra fuerzas del mariscal Mortier. Retirada a la Sierra de Aracena.

 

            El 26 de mayo asiste a la sorpresa y ataque a la guarnición enemiga de Aracena (Huelva). Fray Juan Bros, conocido como el "Monje Guerrillero", dio asistencia a los heridos de las tropas asturianas durante el ataque a la plaza de Aracena, convirtiendo el convento de los jerónimos de Aroche (Sevilla) en hospital de sangre.

           

            En los estados de fuerza de fecha 15 de junio de 1810 correspondientes al Ejército de la Izquierda de operaciones en Extremadura, el Regimiento de Infiesto se halla dividido en dos batallones, aunque no expresa la fuerza efectiva con que contaba en esos momentos. Continúa encuadrado orgánicamente en la 3.ª división que sigue mandando el mariscal de campo D. Francisco Ballesteros. 

 

            El 1º de julio de 1810 el Regimiento de Infiesto se encontraba en Olivenza. Según el estado de fuerza de la 3.ª división, la Plana Mayor del regimiento estaba constituida por el coronel D. Diego Clark, el teniente coronel D. José Montemayor y el sargento mayor D. Santos Suárez Zulaibar. La fuerza disponible para tomar las armas la formaban 10 capitanes, 16 subtenientes, 45 sargentos, 4 tambores, y 405 cabos y soldados. La fuerza en revista estaba constituida por un total de 578 hombres.

 

            Por aplicación del Reglamento del Consejo de Regencia dado en Cádiz el 1.º de julio de 1810, el Regimiento de Infiesto es declarado “de Línea”, bajo el pie de igualdad que los demás regimientos de la vieja Infantería española, es decir, queda distribuido en dos batallones[15] con proporción a los efectivos disponibles que tenía en esos momentos.      

 

            Por Orden del 25 al 26 del Ejército de la Izquierda, fechada en el cuartel general de Badajoz el 23 de julio de 1810, se da a conocer la nueva organización dada a las divisiones de él dependientes[16]. Asimismo, según los estados de fuerza del Ejército de la Izquierda en Extremadura de igual fecha[17], el Regimiento de Infantería de Línea de Infiesto, tras sufrir la división la reorganización antes mencionada, queda encuadrado orgánicamente en la 2.ª brigada de la 3.ª división del citado ejército, cuya división sigue mandando Ballesteros y el ejército el marqués de la Romana. En esta fecha el total de fuerza que arroja el “Infiesto” es de 518 plazas de fusil.

 

            El 11 de agosto de 1810 el Regimiento de Infantería de Infiesto ataca y rechaza por dos veces a fuerzas enemigas superiores en las Huertas de la Granada de Llerena, en Canta el Gallo (Badajoz). En esta acción táctica el “Infiesto” es el último en efectuar la retirada del campo de batalla, lo que motivó que el coronel, D. Diego Clark, fuese recomendado a S.M. el Rey.     

                                              

            En los estados de fuerza de la parte del Ejército de la Izquierda, que el 1.º de septiembre de 1810 aún seguía  operando en Extremadura, el Regimiento de Infiesto se halla acantonado en Fregenal (Badajoz). Sigue arreglado bajo el pie de dos batallones y continúa encuadrado en la 2.ª brigada de la 3.ª división. La fuerza disponible para tomar las armas la componían 7 capitanes, 10 subtenientes, 42 sargentos, 5 tambores y 348 cabos y soldados. La fuerza en revista estaba constituida por un total de 590 hombres. la Plana Mayor del regimiento seguía constituida por el coronel D. Diego Clark, el teniente coronel D. José Montemayor y el sargento mayor D. Santos Suárez Zulaibar.,

 

            El 10 de setiembre de 1810 se halla en el ataque que fuerzas de la división efectuaron  a Castillo de las Guardas (Sevilla). El Regimiento de Infantería de Línea de Infiesto, junto con el de Castropol, que se hallaban destacados en La Higuera al mando del coronel D. Diego Clark, se adelantan a las proximidades de Castillo. Estos regimientos, a pesar de no haber perdido tiempo, no llegaron tan pronto como fue necesario, por lo que desistieron entrar en combate al considerar que no se lograba ninguna ventaja por lo bien fortificado que se encontraba el enemigo. La retirada es sostenida por el coronel Clark con su Regimiento de Infiesto y el 2.º batallón del Regimiento de Castropol a las órdenes del teniente coronel D. Gregorio Piquero. No obstante, la pérdida sufrida por los asturianos fue de dos muertos y 24 heridos.  

 

            En el estado de fuerza de la 3.ª división acantonada en Monesterio, de fecha 1.º de diciembre de 1810, el Regimiento de Infiesto aparece encuadrado en la 2.ª brigada. Presenta una fuerza disponible formada por 2 jefes, 8 capitanes, 8 subalternos y 254 plazas de fusil. La fuerza en revista la componían un total de 3 jefes, 30 oficiales y 548 efectivos.   

 

            Por aplicación de la orden del Consejo de Regencia de 16 de diciembre de 1810, que resuelve que las tropas españolas se distribuyan en seis grandes ejércitos de maniobra, el Regimiento de Infantería de Línea de Infiesto, junto con los demás cuerpos de la división asturiana, queda encuadrado orgánicamente en el 5.º Ejército (Extremadura y Castilla), que manda el héroe de Bailén: el general Castaños.

 

1811               

 

            Con la organización anterior, el 1.º de enero se halla en la acción de Guadalcanal (Sevilla), en donde es sorprendida la 3ª división francesa al mando del general Girard.

 

            El 4 de enero la división ofrece en La Calera (Badajoz) una fuerte resistencia al ataque enemigo dirigido por el general Mortier. En esta acción el Regimiento de Infiesto, que no pasaba de 300 bayonetas, se cubre de gloria al batir y dispersar sobre el río Bodón a la vanguardia del general Mortier, por lo que su coronel, D. Diego Clark, vuelve a ser recomendado a S. M.. Tras la acción se repliega sobre Fregenal.

 

            El 25 de enero interviene en la acción de Villanueva de los Castillejos (Huelva) contra fuerzas superiores del general Gazán. Ante la fuerte presión del enemigo los regimientos de la división asturiana, entre los que se encuentra el “Infiesto”, patentizan su heroico valor en los ataques.

 

            Por el distinguido mérito contraído en el ataque a Villanueva de los Castillejos se declaró al Regimiento de Infiesto “Benemérito de la Patria”, así como también a todos los jefes y oficiales que intervinieron en la acción del día 25 de enero.

           

            En el estado de fuerza del 5.º Ejército (Extremadura y Castilla) de fecha 1.º de febrero de 1811, deja de citarse al Regimiento de Infiesto como integrante del mismo por haberle sido asignado nuevo destino a la división que, a partir de ahora, queda incorporada al 4.º Ejército (Isla de León y Cádiz).

 

            El 15 de febrero la compañía de cazadores del Regimiento de Infiesto, encuadrada en la columna de cazadores de la división, asiste a la sorpresa de Fregenal de la Sierra (Badajoz).

 

            El 2 de marzo interviene en las acciones de Villalba y Villarrasa (Huelva) contra un cuerpo de caballería enemiga al mando del comandante Rémond.

 

            El día 5 de marzo, el mismo día de la batalla de Chiclana (Cádiz), el general Darricau acude en socorro de Rémond. La división de Ballesteros no ofrece batalla y se retira tras el Río Tinto.

 

            Los días 9 y 10 de marzo asiste a la sorpresa de la Palma del Condado (Huelva). Es batida una columna enemiga mandada por el comandante Rémond.

 

            El 13 de abril combate sobre las alturas de San Cristóbal, en la Sierra de Fregenal, contra fuerzas superiores del general Maransin. En esta acción resulta gravemente herido el coronel del Regimiento de Infiesto, D. Diego Clark, pero, a pesar de las heridas sufridas, no se retiró del campo de batalla hasta después de concluida la acción táctica, por lo que mereció nuevamente recomendación a S. M. Al día siguiente se halla en la acción de Jerez de los Caballeros y la división se ve forzada a replegarse sobre Salvatierra de Barros. 

 

            Con dependencia orgánica del 4.º Ejército, el Regimiento de Infiesto interviene el 16 de mayo en la más sangrienta de todas cuantas batallas se libraron durante la Guerra de la Independencia: la de los campos de La Albuera (Badajoz). El Regimiento, con los demás cuerpos de la división, aguanta firme los repetidos ataques lanzados por el enemigo contra la izquierda de la línea y le hace retroceder al otro lado del arroyo de Chicapierna, lo que cooperó a conseguir tan señalada victoria. Victoria costosa y difícil en la que el “Infiesto” pagó un alto tributo de sangre. Sir William Carr Beresford, comandante general de todas las fuerzas que intervinieron en la batalla, tras la acción escribió: “.... es imposible, de ninguna de las maneras, hacer justicia al distinguido valor de las tropas. Cada uno, individualmente, cumplió su deber....” El Regimiento de Infiesto, con anterioridad al desarrollo de la acción táctica, presentaba una fuerza total de 28 jefes y oficiales y 584 plazas de fusil, de los cuales sufrió la pérdida de 8 jefes y oficiales y 137 soldados entre muertos y heridos, contándose entre los primeros los subtenientes D. José Solares y D. Miguel Antonio González, y entre los últimos el coronel D. Diego Clark. Por su decidida participación en la gloriosa batalla de La Albuera, las Cortes declara “Beneméritos de la Patria” a los regimientos que intervinieron en la misma, recompensando, además, con el empleo inmediato superior a los combatientes más antiguos de cada clase, entre los que se encuentra su coronel, que es ascendido a brigadier. Las bajas sufridas por el Regimiento de Infiesto fueron dos oficiales muertos, los subtenientes D. José Solares y D. Miguel Antonio González, así como ocho sargentos, los

 

            En los estados de fuerza del 4.º Ejército, que ahora manda el marqués de Coupigny, de fecha 1.º de mayo, el Regimiento de Infiesto aparece formado por un sólo batallón. El mando de la 3ª división lo sigue ostentando el teniente general Ballesteros.

           

            El 20 de mayo de 1811 en general Castaños, general en jefe del ejército combinado de Extremadura (5.º y 6.º ejércitos reunidos), en escrito dirigido al comandante general del Reino, le expresa traslade a la orden general del día el parte rendido al Consejo de Regencia del Reino acerca de la gloriosa jornada del 16 de este mes en los campos de La Albuera, y que esto mismo lo traslade al Principado de Asturias “manifestando la singular complacencia con que he visto pelear a los cuerpos asturianos de la división del general ballesteros. Estos nobles soldados –sigue diciendo Castaños– no han olvidado ni olvidarán jamás el honor heredado, renovando siempre con su sangre, y sus hazañas las heroicas proezas de sus ascendientes.”    

 

            El 26 de mayo interviene en la acción de Montemolin (Badajoz).

 

            El 25 de junio, la compañía de cazadores del “Infiesto”, junto las restantes de su clase que forman la columna de cazadores de la división, tiene un encuentro con el enemigo en Cabezas Rubias (Huelva), al que ataca en El Cerro de Andévalo y lo pone en franca derrota,   obligándole a buscar refugio en Moguer.

 

            La columna de cazadores sostiene el día 3 de julio una refriega en Calañas (Huelva) con la vanguardia enemiga del general Conroux.

 

            Vacante la plaza de la Sargentía Mayor del Regimiento de Infiesto, el 10 de septiembre de 1811 se designa para cubrir la misma al sargento mayor D. Balbino Cortes[18].

            El 17 de septiembre la vanguardia de la división asturiana es sorprendida en Ubrique (Cádiz) y obligada a replegarse sobre las alturas de la sierra. Este día la compañía de cazadores del Regimiento de Infiesto, junto con la de la misma clase del de Lena, se sitúa en la Peña de Sancho con el objeto de ponerse en relación el con el gobernador del castillo de Alcalá de los Gazules por si el enemigo intentaba atacarlo.

 

            El 18 de septiembre el enemigo con fuerzas importantes de infantería y caballería se presenta se presenta en Alcalá de los Gazules (Cádiz) e intimaron al castillo, que se rindió por cobardía de su gobernador al día siguiente, después de unas treinta horas de fuego.

 

            El 25 de septiembre interviene en la acción de Jimena (Cádiz) como integrante, junto con los regimientos de Castropol, Pravia y Cangas de Tineo, de la columna de reserva que se situó en el pueblo sosteniendo el ataque de las restantes tropas. En esta acción, el “Infiesto”, con los demás cuerpos de la división, vuelve a distinguirse por sus impetuosos ataques a la bayoneta. Tras la acción y posterior retirada del enemigo hacia Alcalá de los Gazules, el Regimiento de Infiesto es destacado para que cayera sobre su flanco, lo que verificó oportunamente persiguiéndole hasta dos leguas de Alcalá. En la acción del 25 de septiembre sobre la villa de Jimena, el Regimiento de Infiesto experimenta 4 bajas: tres heridos y uno prisionero o extraviado.

 

            Desde el 2 de octubre al 12 del mismo mes, asiste al primer sitio que sufre el Ejército bajo el Peñón de Gibraltar.

 

            El 15 de octubre, según los estados de fuerza del 4.º Ejército, el “Infiesto” continúa arreglado bajo el pie de un único batallón.

 

            Concurre a la acción de Bornos (Cádiz) el 5 de noviembre. En esta acción el sargento mayor del Regimiento de Infiesto, D. Balbino Cortés, al mando de la columna de cazadores de la división, después de pasar el Guadalete, bate y derrota al general Semellé.  

           

            El 24 de noviembre, la compañía de cazadores del “Infiesto”,  junto con las demás de la división, asiste a la defensa exterior de la plaza de Tarifa en cuyo sitio permanece hasta el 11 de diciembre. En el ínterin, el resto del regimiento permanece al abrigo del Peñón de Gibraltar, y el sargento mayor D. Balbino Cortés, por comisión especial del general Ballesteros, el día 10 de diciembre desempeña el delicado encargo de introducir proclamas en las líneas enemigas, misión que los de “Infiesto” cumplieron a plena satisfacción de su general.

 

            La columna de cazadores efectúa el reconocimiento de Torre Carbonera (Cádiz) el 28 de noviembre.

 

            Desde el 1.º de diciembre al 16 del mismo mes asiste al segundo sitio bajo el Peñón de Gibraltar.

 

            Fuerzas de la división, entre las que se halla la compañía de cazadores del  “Infiesto”, al mando del teniente coronel D. Gregorio Piquero, del Regimiento de Castropol, verifican un desembarco en la retaguardia enemiga que ocupa el Peñón. Esta acción contribuyó, en gran medida, a la pronta evacuación del Campo de Gibraltar por el ejército del mariscal Soult, gracias al valor, constancia y sufrimiento de los cuerpos asturianos mandados por Ballesteros.

 

            El 12 de diciembre la columna de cazadores sale en persecución del enemigo hasta Gimena de la Frontera (Cádiz), en cuyo punto bate su retaguardia.

           

            El 18 de diciembre, la misma columna de cazadores, interviene en la acción de Puerto-Ojén cuyo objeto era llamar la atención del enemigo que sitiaba la plaza de Tarifa. Fue desalojado el batallón polaco que defendía el punto citado. El enemigo, al mando del general Barrois, reconquista la posición y obliga a las fuerzas ocupantes a retroceder sobre su base de partida.

 

            El 24 de diciembre al brigadier-coronel del Regimiento de Infiesto, D. Diego Clark, se le confiere el mando de una columna formada por los regimientos de la división para maniobrar contra el enemigo que sitiaba la plaza de Tarifa, no habiendo obtenido ningún resultado por hacer imposible todo movimiento el temporal y el extraordinario crecimiento de los ríos.

 

1812

 

         Del 27 de enero al 21 de febrero se halla en continuas correrías por el frente de la línea enemiga del Guadalete, sembrando el sobresalto entre los destacamentos y pequeñas guarniciones francesas.

 

            Según orden general del 4.º Ejército del 26 al 27 de febrero de 1812, en Los Barrios, los cuerpos que componen la fuerza de este ejército de operaciones, como consecuencia de la salida de la 2.ª división para la Isla de León, queda formando por una vanguardia y dos divisiones, 1.ª y 3.ª. Como resultado de lo anterior, el Regimiento de Infiesto continúa sin variación, es decir, encuadrado en la 3.ª división, cuyo mando ahora ostenta el príncipe de Anglona.

 

            El 14 y 15 de abril asiste al ataque de Álora (Málaga), en el que fue completamente batido el general Rey, impidiéndole efectuar la retirada por el camino de Pizarra.

 

            El 16 de abril la compañía de cazadores del “Infiesto” interviene en la acción de Cártama (Málaga), en la que con inferiores fuerzas, y a pesar de la ventajosa posición del general Maransin, fue batido y derrotado por la columna de cazadores de la división asturiana.

 

            En la acción de Campillos (Málaga) del día 23 de abril, fue batido y derrotado el enemigo. Tras esta acción asume el mando del Regimiento de Infiesto, con carácter accidental, el sargento mayor D. Balbino Cortés.    

 

            El 27 de abril interviene en la acción de El Burgo (Málaga). Desalojo de la división enemiga del general Rey.

             

            En los estados de fuerza del 4º Ejército -que ahora manda el teniente general Ballesteros- de fecha 15 de mayo y 1º de junio de 1812 respectivamente, la 3ª división, en la que se encuadra el Regimiento de Infiesto, aparece ahora mandada por D. Pedro Téllez Girón, príncipe de Anglona.

 

            El 1.º de junio interviene en la batalla del Guadalete (Huelva), en la que fuerzas de la división, apoyadas fundamentalmente por el Regimiento de Infiesto, logran detener al enemigo en el paso del río. Este mismo día el general Ballesteros intenta romper el bloqueo de Cádiz, pero fracasa estrepitosamente en Bornos.

 

            El 10 de julio se halla en la acción de Coín (Málaga), en la que es batido por menores fuerzas el general Leval y el 14 del mismo mes asiste al ataque a la ciudad de Málaga que se hallaba ocupada y defendida por el general Maransin. La compañía de cazadores del Regimiento de Infiesto, como parte integrante de la columna de cazadores de la división que manda el teniente coronel del Regimiento de Castropol, D. Gregorio Piquero, es la primera en entrar en la ciudad y rinde a su guarnición, lo que constituye un título honroso para el “Infiesto”.

 

            El 24 de julio asiste a la sorpresa de la guarnición de Osuna (Sevilla). Retirada a San Roque (Cádiz).

 

            Con fecha 23 de agosto sale de San Roque. Este mismo día el brigadier-coronel D. Diego Clark cesa en el mando del Regimiento de Infiesto por haberle sido asignado destino en la 2.ª división del mismo Ejército.

             

            El 3 de setiembre interviene en la acción de Antequera (Málaga) y desaloja las fuerzas enemigas mandadas por los generales Villatte y Conroux y el día 7 del mismo mes toma parte en la acción de Loja (Granada) en la que es batido el general Semellé por inferiores fuerzas.

 

            Como consecuencia de la reorganización de los regimientos dispuesta por el duque de Wellington, recogida en el Reglamento del Consejo de Regencia de fecha 8 de mayo de 1812,   que establece que los regimientos de Infantería “de Línea” queden arreglados bajo el pie de un sólo batallón de a ocho compañías, una de cazadores, otra de granaderos y las seis restantes de fusileros, el 10 de setiembre el Regimiento de Infiesto adopta la orgánica dispuesta por Wellington y queda reducido a un sólo batallón de a ocho compañías.

 

            El 16 de setiembre desaloja al enemigo de Padul (Granada) y al día siguiente lo bate en el Puerto de los Dientes de la Vieja y en Alhendin (Granada).

 

            El 10 de octubre sale para Córdoba, a donde llega el día 15. Queda de guarnición en El Carpio (Córdoba) hasta el 30 del mismo mes. En este tiempo manda la división el mariscal de campo D. Francisco Merino y el 4º Ejército nuevamente el teniente general, duque del Parque.

 

            Por R.O. de 4 de diciembre de 1812, para la formación y organización de los cuerpos de Ejército 1º, 2º, 3º y 4º, así como reservas de Andalucía y Galicia, cesan las denominaciones que ostentaban desde el 16 de diciembre de 1810. Conforme a lo establecido, el 4º y 5º ejércitos reunidos formarán el 3º. En virtud de la R.O. antes citada, el Regimiento de Infiesto, junto con los de Castropol, Cangas de Tineo y Lena, orgánicamente queda encuadrado en el Tercer Ejército.      

            El sargento mayor D. Balbino Cortés, con fecha 21 de diciembre asciende al empleo de teniente coronel y se le confirma en el Regimiento de Infiesto, continuando en el ejercicio del mando accidental del mismo por hallarse vacante la plaza de coronel desde el 23 de agosto.

 

1813

 

            A principios de año el Regimiento de Infiesto continúa presentando la misma composición y dependencia orgánica tal como había quedado establecida por R.O. de 4 de diciembre anterior.

 

            Entre los meses de enero y febrero de 1813 el Regimiento de Infiesto marcha a la ciudad de Córdoba para recoger su vestuario, lo que motivo que el conde de la Bisbal, general en jefe del Ejército de Reserva de Andalucía, preguntase desde Sevilla el día 25 de febrero por los motivos de la presencia del regimiento en aquella ciudad, siendo respondido         por el propio duque del Parque desde Jaén el 31 de marzo.

 

            Según en la revista pasada el 8 de abril de 1813 el Regimiento de Infiesto, que por esa fecha se hallaba en Granada con el objeto de equiparse, se halla en buen estado de instrucción, aunque tiene todo su vestuario en el más deplorable estado de uso. Encontrándose en Granada, todos los jefes, oficiales y tropa del regimiento asiste en la parroquial de Las Angustias, patrona de la ciudad, a los actos celebrados en la citada parroquial para honrar a los difuntos del cuerpo.       

 

            Por disposición del inspector general de Infantería, el 20 de abril de 1813 el coronel D. Guillermo Chicheri[19] pasa destinado a ejercer el mando en el Regimiento de Infiesto.

 

            Dos batallones de los regimientos de Castropol y Cangas de Tineo, que componen la 1.ª brigada de la 3.ª división, a finales del mes de abril son destinados de operaciones al Reino de Valencia y Cataluña.

 

            El 1.º de junio el Regimiento de Infiesto aparece formado por un sólo batallón y se encuadra en la 2.ª brigada de la 3.ª división -que ahora manda el mariscal de campo D. Juan de la Cruz Mourgeón- del Tercer Ejército, a cuyo frente continúa el duque del Parque. 

 

            El 26 de septiembre cesa en el mando del Regimiento de Infiesto el coronel D. Guillermo Chicheri. El teniente coronel D. Balbino Cortés se hace cargo de nuevo del mando accidental del cuerpo.

 

            El 1.º de diciembre de 1814 se hallaba en Ártica, en donde pasa la preceptiva revista de inspección. La 2.ª brigada de la 3.ª división, en la que se encuadraba el Regimiento de Infiesto,  queda acantonada en Cascante. El día 11 de este mismo mes el regimiento se traslada desde Cascante a Magallón y en la mañana del 18 una partida del Regimiento de Infiesto y otra del de Lena, salen para varios pueblos de los detallados para la subsistencia con el objeto de auxiliar al comisario.

 

            En el mes de diciembre el Regimiento de Infiesto sigue formado por un sólo batallón y continúa encuadrado en la 2.ª brigada de la 3.ª división del Tercer Ejército. La división la manda D. Felipe Berenguer y el Ejército el príncipe de Anglona.

 

1814

 

            En las revista pasadas en Borja los días 1.º y 31 de enero de 1814, el Regimiento de Infiesto se halla instruido en todos los títulos del ejercicio y maniobras, según el Reglamento de táctica que rige en la Infantería. El vestuario presenta buen estado, aunque le faltan algunas prendas para su completa uniformidad; el armamento se encuentra en perfecto estado.

                                  

            Según el estado general de fuerza efectiva de todos cuerpos que figuran encuadrados en los ejércitos de operaciones en enero de 1814, el Regimiento de Infiesto, que seguía encuadrado en la 2.ª brigada de la 3.ª división del Tercer Ejército, se encontraba en Magallón. La fuerza total es de 997 hombres.

 

            El 9 de abril el Regimiento de Infiesto se encontraba con la división en Andoain (Guipúzcoa), en cuyo punto se reincorporan los batallones de los regimientos de Castropol y Cangas de Tineo que, desde el año anterior, se hallaban de operaciones en el Reino de Valencia y Cataluña.

 

            El 13 de abril la división entra en Francia y queda acantonada en las inmediaciones de la ciudad de Orthez y pueblos inmediatos hasta el día 27 del mismo mes. La conducta  y disciplina que observaron los cuerpos asturianos en aquella nación, les hicieron acreedores a las más expresivas gracias del generalísimo de los ejércitos españoles: el duque de Wellington. El 27 de abril emprende el camino de regreso a España y llega a Irún el 1º de mayo.

 

            El 12 de julio de 1814 se disuelven los ejércitos de operaciones y, en virtud de esta orden, el Regimiento de Infiesto, que en esa fecha se encontraba acantonado en Almazán (Soria). Encontrándose en la villa de Berlanga (Soria), es destinado por orden superior a guarnecer la plaza de Ceuta.

 

            El Regimiento de Infiesto emprende el camino hacía su nuevo destino, pero al llegar a la ciudad de Algeciras (Cádiz) el 10 de agosto de 1814, en el preciso momento de verificar el embarque con destino a Ceuta, se hace entrega a su primer jefe, el coronel D. Balbino Cortés, de una real orden comunicándole la disolución del cuerpo que tiene a su cargo, orden que recibe con absoluta subordinación y ciega obediencia. El coronel del Regimiento del Rey es comisionado para llevar a efecto el cumplimiento del mandato real; retira la bandera del cuerpo, se hace cargo de las llaves de la caja regimental, sella la documentación obrante en la sargentía mayor, distribuye la fuerza entre otros regimientos acantonados en Andalucía y dispone la formación de causa al jefe que lo manda y demás oficiales .

 

            El coronel D. Balbino Cortés ese mismo día (10 de agosto) cesa en el mando del Regimiento de Infiesto por pasar, en calidad de agregado mientras se le forma causa, al Regimiento de Murcia.

 

            La disolución[20] del regimiento estuvo motivada por una denuncia formulada al confesor del Rey por tres malintencionados españoles. Según la delación, llevaba, al parecer, el encargo de publicar la Constitución de 1812[21] y al no lograrse el objeto de la misma, los componentes del Regimiento deberían abrir las puertas de la ciudad a los revoltosos para que se posesionasen de ella, traición ésta que, en modo alguno, podía abrigar un cuerpo tan distinguido en grado heroico y eminente que, con su sacrificio y la mucha sangre derramada, acababa de dar días de gloria a su Patria.

 

            Formada causa y examinada ésta por el Consejo de Guerra celebrado en Sevilla para juzgar al coronel y demás oficiales del Regimiento de Infiesto. Tras largos padecimientos se demostró la inocencia de los procesados y son absueltos de todos los cargos que tan injustamente les habían imputado.

 

            El coronel D. Balbino Cortés, en nombre de sus oficiales, exige el restablecimiento del honroso nombre del cuerpo; procesar y castigar a los culpables de la delación y que se haga  público el fallo del Tribunal de Honor mediante orden general comunicada a todo el Ejército. Se accede a la solicitud de castigo para los delatores, así como hacer público el fallo del Consejo de Guerra, pero no así restablecer el nombre del cuerpo por haber sido disuelto por orden del Rey.  El bizarro Regimiento de Infiesto, como era de esperar, salió indemne, pero el daño por tan grave acusación estaba hecho y la honra del cuerpo entredicha.

 

            Esta, en suma, ha sido la recompensa final que recibía uno de los cuerpos más gloriosos y distinguidos del Ejército español.   

 

 

 

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LA BANDERA DEL REGIMIENTO

 

 

            Cuando se formó el Regimiento de Infiesto, reglamentariamente tuvo que tener una sola bandera. Por gestiones realizadas, tanto en el Museo del Ejército de Madrid como en otras dependencias museísticas, no ha sido posible localizar enseña alguna que hubiera o hubiese pertenecido al “Infiesto”.

 

            Al no tener constancia documental alguna sobre la bandera privativa que usó el Regimiento de Infiesto desde la fecha de su creación, asimismo, se desconoce qué blasones o atributos figuraban en el paño de misma, aunque lo más lógico es que fuesen las armas provinciales, puesto que en esta época Piloña, al igual que la mayoría de los concejos asturianos, no tenía reconocido oficialmente uso de timbre propio, por lo que es fácil suponer que empleara el mismo escudo que utilizaba por aquellos tiempos la Junta Suprema de Asturias: la Cruz de la Victoria o, en su defecto, la Cruz de los Angeles (ésta con o sin los ángeles que la sostienen), símbolo de la provincia, de la capital y de su iglesia catedral .

 

            Con motivo de la disolución del regimiento, al no existir órdenes concretas sobre el destino[22] de la bandera, se supone que el depósito de la misma se efectuaría en la caja de algún cuerpo o dependencia militar de las localidades de Algeciras o Cádiz. Por otro lado, en el Museo Histórico Municipal de Cádiz se conservan varias banderas de regimientos que combatieron en la Guerra de la Independencia, entre las que, posiblemente, podría encontrarse la del Infiesto. Sería de gran interés poder examinar las enseñas allí depositadas con el fin de determinar si entre las mismas se encuentra alguna que responda a las características antes apuntadas, aunque esta labor puede resultar harto compleja por la dificultad que entraña desvelar qué escudo tuvo por armas Piloña, aunque sabido es que no necesariamente tenía que ser el escudo del concejo el que figurara en su bandera, puesto que el regimiento, al haber sido creado y formado en Oviedo, pudo llevar en su enseña cualquier otro blasón utilizado, como ya se dijo, por la Junta Suprema de Asturias, la provincia o la ciudad de Oviedo.

 

            Sobre la existencia de la bandera, por los testimonios que se tienen, no cabe la menor duda que ésta ha existido, ya que tras la disolución del cuerpo en Algeciras la enseña le fue retirada por el propio coronel del Regimiento del Rey.

            El brigadier D. Joaquín Mª Miranda, antiguo capitán del Regimiento de Infiesto, a tenor de un documento fechado en Madrid el 30 de junio de 1853, actualmente conservado en la Real Academia de la Historia[23], solicita la devolución de la bandera “bajo la que tenían dadas tantas pruevas de heroísmo con el laudable y justo objeto –se dice– de  que eternam[en]te existiese en la Yglesia de la Capital del Concejo, que llebó su nombre el  referido regimi.t.º”.

 

             A pesar de las reiteradas reclamaciones que en este sentido realizó el brigadier D. Joaquín M.ª Miranda, la entrega de la enseña nunca llegó a verificarse.  

 

 

UNIFORMES

 

            El Regimiento de Infiesto, por su tardía formación, ha sido una de las unidades que no pudo salir prematuramente a campaña, tal como ocurrió con los regimientos que, al mando del General Acevedo, partieron para Vizcaya, motivo por el cual, parece ser, fue uno de los cuerpos asturianos que se benefició de los primeros uniformes procedentes de la ayuda británica. Estos uniformes, en número de 4.000, se ofrecieron a Asturias el 24 de agosto de 1808[24] y procedían, según comunicación del día 27[25], de un remanente de 10.000 vestuarios destinados a la Milicia de la Norteamérica británica (actual Canadá). El vestuario estaba constituido por las siguientes prendas: 4.000 casacas rojas; chalecos blancos; pantalones grises y 10.000 gorros del tipo ‘stovepipe’ (tubo de chimenea) y se reciben en Asturias a finales del mes de diciembre de1809. Con la mayor parte de estos uniformes se vistió a los cuerpos que componía la 5.ª división del general Vorster (Navia-Eo) y con otra parte de ellos, parece ser, se dotó a  los regimientos que formaban la línea defensiva de Colombres al mando del general Ballesteros, entre los que se encontraba, claro está, el Regimiento de Infiesto.        

 

            El 17 de junio de 1809 el Regimiento, al igual que la totalidad de los cuerpos que componían la recién organizada división asturiana bajo el mando del mariscal de campo D. Francisco Ballesteros, recibe en el campamento de Contrueces (Gijón) nuevo vestuario, similar al especial de los regimientos provinciales, compuesto de “casaca blanca, cuello, vuelta y vivos encarnados; forro blanco y botón dorado (posiblemente con la inscripción “INFIESTO; calzón corto de los mismo y gorro blanco con vuelta encarnada”[26]. Estos uniformes, procedentes también de la ayuda británica, fueron enviados al puerto de Gijón a través de la Junta de Sevilla.

 

            Del resto de uniformes usados por el “Infiesto entre los años 1812-1814, al no existir referencias documentales sobre los mismos, se desconoce el color y demás particularidades, aunque se conoce por determinados informes de las revistas de inspección pasadas a la división de Ballesteros que en el año 1810, durante su estancia en Extremadura, los componentes del regimiento aún conservaban, muy deterioradas por la acción del tiempo y el desgaste producido por la dura campaña, algunas de las prendas recibidas en Gijón en el año 1809. Según la revista pasada en Badajoz el 1.º de julio de 1810, las casacas de los soldados se hallan completamente inútiles. Desde Cádiz se remitieron diversos vestuarios para los cuerpos de la división, pero con éstos no llegaron casacas, por lo que en su lugar reciben chaquetas de lienzo. Le faltan camisas y otras prendas menores, que se van confeccionando en Lisboa. La tropa se halla calzada con el único par de zapatos que lleva puestos.     

 

            Entre el 8 y 15 de abril de 1813 el Regimiento de Infiesto presenta un vestuario en el más deplorable estado de uso. El 1.º de octubre de este mismo año las compañías de cazadores y granaderos se hallan completamente vestidas, mientras que el resto del batallón se halla sin vestuario, por lo que recibe diversas prendas de lienzo. Un mes más tarde, el 23 de noviembre las prendas de vestuario que presenta el Regimiento de Infiesto durante la revista pasada en Ártica se hallan en buen estado, lo que todo hace indicar que recibió vestuario de procedencia británica. 

 

                Según las revistas pasadas en Borja los días 1º y 31 de enero de 1814, el Regimiento de Infiesto continúa presentando un vestuario en buen estado, aunque le faltan algunas prendas para su completo. 

 

            El abril de 1814, al regreso de la campaña desarrollada dentro de territorio francés, los componentes del 3.º Ejército (antiguo 4º) reciben en Pasajes nuevo vestuario, también de procedencia británica, compuesto de casaca de paño, unas de color azul turquí y otras pardo, con divisa roja o verde, respectivamente. Ignoramos cuál de estos colores pudo corresponder al vestuario usado por el Regimiento de Infiesto, ya que el Estado Militar de 1815, que recopila los uniformes en uso entre 1813-1814, no recoge, sin embargo, el vestuario usado por el Regimiento de Infiesto. Esto, quizás, se deba a que en 1815 (año en que se publicó dicho Estado) el regimiento ya se encontraba disuelto y por eso, es posible, ya no se le incluyera en la relación de los regimientos que aún figuraban en las listas de revista al comenzar el año de referencia.

 

RECOMPENSAS Y DISTINCIONES

 

            Dos veces declarado “Benémérito de la Patria”, en grado heroico y eminente. La primera, por el distinguido mérito contraído el 25 de enero de 1811 en el ataque a Villanueva de los Castillejos (Huelva) y la segunda, por su decidida participación en la batalla de La Albuera (Badajoz) el 16 de mayo de 1811.

 

Escudo de Distinción al Valor en Asturias

            Para enaltecer el valor de los cuerpos asturianos destacados en la línea de Colombres, la Junta Suprema de Asturias comisiona a D. Juan María de Mier para visitar el cuartel general divisionario y hacer extensivas a su general en jefe, jefes, oficiales y tropa las gracias de Su Alteza Serenísima (nombre otorgado a la Junta) por los distinguidos servicios prestados a la Patria. A tal fin, el 20 de mayo el representante de la Junta es recibido en el cuartel general con los honores de Ordenanza y acto seguido, tras pasar revista a las tropas, que formadas en orden de parada y con su general al frente, promete hacerles llegar la recompensa a la que se han hecho acreedores por su valor, constancia y patriotismo.           

 

         Como consecuencia de lo anterior, la Junta Suprema de Asturias para premiar el arrojo de las tropas que, bajo el mando del Mariscal de Campo D. Francisco Ballesteros, constituyeron el dispositivo defensivo de Colombres durante el ataque general efectuado el 15 de enero de 1809 contra el citado dispositivo por fuerzas enemigas superiores, establece, con carácter colectivo, un escudo de distinción denominado “Al Valor en Asturias”, cuya concesión se hace extensiva a las tropas que intervinieron en las importantes acciones desarrolladas en el mismo escenario bélico durante los ataques de los días 18 de febrero y 29 de abril de 1809, así como a las tropas que defendieron el estratégico e importante paso de Peñaflor durante la acción del 18 de mayo de 1809.

 

            Dicho escudo, para llevar bordado en la manga izquierda de la casaca o prenda equivalente, consiste en una pieza circular de paño o lino blanco, de 60 mm. de diámetro, en cuyo centro se inscribe el lema: “VALOR / ACREDITA / DO EN / ASTUR  /  IAS”, en letras rojas, rodeado por ramos de laurel y palma en color verde.[27] 

Cruz de Chiclana

 

 

            Creada por R.O. de 13 de febrero de 1815. El Regimiento de Infiesto no combate en Chiclana (Cádiz), pero se recompensó con esta cruz a los componentes de la Compañía de Cazadores del “Infiesto” que, integrada en la Columna de Cazadores de la división, sí intervino en la acción. Se compone de cuatro brazos, mitad rojos, mitad negros, terminados en punta y unidos en su centro por dos coronas de laurel que se cruzan en aspa; remata en corona vallar sobre la que esta escrito “Chiclana” en el anverso y “5 de marzo  de 1811” en el reverso. Cuelga de cinta de color verde mar con  dos listas  amarillas.

 

Cruz de Albuera

 

           

            Instituida por Fernando VII el 1 de marzo de 1815 en recuerdo de la batalla librada el 16 de mayo de 1811. Tiene forma de aspa con brazos rojos terminados en globos de oro; sobre la parte superior va una corona de laurel y entre cada dos brazos llamas de color de fuego; en el centro un óvalo azul (en este caso es blanco) con la cifra “F.VII” y en una orla de oro la palabra “Albuhera”. La cinta es roja con filetes negros y cantos azules.

            Sin duda, es una de las condecoraciones, junto con las del 3º y 4º ejércitos, cruz del Ejército Asturiano y medalla de Medina del Campo, que más de prodigaron entre los cuerpos asturianos.

Cruz del Tercer Ejército

 

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Reverso

 

            Creada por R.O. de 31 de marzo de 1815. Todos los componentes de los regimientos de Infiesto, Castropol, Cangas de Tineo, Lena y Pravia estaban en posesión de esta condecoración. De brazos curvilíneos verde  esmeralda, con un círculo central en el que aparecen las columnas de Hércules, la mar y la montaña con una orla exterior que dice: “Vencedor del Estrecho al Pirineo”. En el reverso sobre circulo blanco, figura el nº 3”. Lleva una corona de grana que la une a una cinta formada por rombos blancos y verdes.

 

 

 

 

 

 

 

 

Cruz del Ejército de la Izquierda

 

 

            Creada por R.O. de 14 de marzo de 1815 para premiar el celo, valor y denuedo del Ejército de Galicia, más tarde llamado de la Izquierda. Por. R.O. de 25 de junio de 1815 se permitió a los naturales de Asturias que se encuadraron en el citado ejército que pusiesen en ella las armas del Principado en lugar de las de Galicia.

Cruz de Tarifa o de 4º Ejército

 

 

            Creada el 4 de junio de 1815 para premiar los señalados y distinguidos servicios prestados por la guarnición de la plaza de Tarifa cuando, en 1811, estuvo sitiada por fuerzas enemigas muy superiores. Formada por cuatro esmaltadas de color naranja con globos en los remates y en el centro un círculo azul con la leyenda: “A los defensores de Tarifa”; en el reverso “4º”. Cuelga de cinta azul con filetes naranja. La tropa la usaba enteramente de metal, es decir, sin esmaltes.

 

            Aunque el Regimiento de Infiesto no defendió la plaza, sí se halló en el sitio exterior su Compañía de Cazadores, cuyos componentes se hicieron acreedores a dicha recompensa.

 

Cruz de Distinción del Ejército Asturiano

 

               

                Creada por Real Orden de 4 de junio de 1815 para premiar “el entusiasmo, valor y bizarría con que se condujo el egército asturiano en el tiempo en que circundada de enemigos aquella Provincia, y sin auxilios del Supremo Gobierno, fue acometida por los que estaban en Galicia, Castilla y Montañas de Santander, mandados por el Mariscal Ney y por los Generales Kellerman y Bonet; habiéndose sostenido á pesar de su corto número cerca de un año con escarmiento de los mismos enemigos,,… á quienes en varios y repetidos encuentros batió y rechazó con mucha gloria de las Reales armas y honor de sus naturales”.

            La cruz se compone de cuatro aspas esmaltadas en blanco y en cada una de ellas un triángulo isósceles color amaranto, las cuales caen sobre un escudo circular, en cuyo centro lleva una cruz de plata en campo azul, con el lema en el exergo “Asturias nunca vencida”, y al dorso “Exército Asturiano 1808”. Una corona compuesta por mitad de laurel y encina la une a una cinta mitad amaranto [rojo] y mitad caña subido [amarillo pajizo].

 

Medalla y E. D. de Medina del Campo

 

 

 

            Creada por R.O. de 2 de julio de 1815 para premiar a las tropas que tomaron parte en esta gloriosa acción rechazando, batiendo y persiguiendo al Ejército enemigo. Tiene forma elíptica, esmaltada de blanco, en cuyo centro lleva una corona triunfal de color verde; alrededor y con letras de amaranto, se inscribe “Al valor Medina del Campo noviembre 23 de 1809”. Cuelga de cinta blanca con filetes estrechos de color verde.

            Inicialmente, existió en formato de Escudo de Distinción y que luego, refrendado por Fernando VII, se convirtió en medalla. El escudo, en esencia, coincide con el modelo que presenta la medalla, con única la salvedad que el diseño que ha llegado a nuestras manos dice: “Al valor Medina del Campo – 1809”.  

 

COLOFON   

        Con independencia de la reclamación de la bandera, el Brigadier D. Joaquín M.ª Miranda instaba a que se expidiera una Real Orden “satisfactoria y lisongera (que recordando aquellos hechos) fuese archibada, y se conservase con esmero en el Ayuntamiento de la Capital del mencionado Concejo en Asturias, con lo que se daría una prueva de gratitud y aprecio, que merecen siempre los derechos adquiridos, que por datar de tan antiguo no deben jamas ser olvidados”.

 



[1] PRIEGO LOPEZ, Juan: “Guerra de la Independencia. 1808-1814”, Madrid: Ed. San Martín (Servicio Histórico Militar), volumen 6, 2º período, 1994, 182..

[2] Hoja de Servicios de D. Pedro de la Bárcena. Servicio Histórico Militar de Segovia (Archivo General Militar), sección 1ª, división 1ª, legajo B-4.

[3] Compuesto fundamentalmente por oficiales, sargentos y cabos de los regimientos Hibernia y Provincial de Oviedo.

[4] Archivo Ayuntamiento de Gijón, legajo Guerra de la Indpendencia nº 6,I.

[5] Ibid., nº 6,S.

[6] En la práctica, salvo raras excepciones, no superó los efectivos de un batallón (740 hombres).

[7] El Regimiento de la Victoria fue organizado en El Ferrol el 11 de julio de 1808 con oficiales y tropa de la Armada.

[8] Tras la muerte del General Acevedo, acaecida  a raíz de la batalla de Espinosa de los Monteros, fue nombrado Comandante General del Ejército asturiano, cuyo cargo desempeñó desde el 1º de diciembre de 1808 hasta junio de 1809 en que dicho ejército pasó a constituir la 3ª división del Ejército de la Izquierda.

[9] El 10 de marzo de 1809, procedente de la Vega de Ribadeo, llega a San Tirso de Abres, en donde es reconocido por el paisanaje armado, quien a gritos dice: “es el coronel del Hibernia al que quisieron matar en Oviedo”. Es llevado a la prevención de la localidad, en donde fallece días después. Según posdata, estampada en un parte rendido por el general Vorster, fechado en Grandas de Salime el 18 de marzo, expresa que el fallecimiento se produjo el día 16 de este mismo mes como consecuencia de un  “accidente que le acometió”.     

[10] Existe la duda, razonable por otra parte, si Bernardo Álvarez y Blas Álvarez, ambos capitanes graduados de Teniente Coronel, eran la misma persona o, si por el contrario, se trataba de dos personas distintas pero con idéntico apellido.  En julio de 1810, tras la profunda reorganización a la que fue sometida la División en Fregenal de la Sierra, D. Bernardo Álvarez, por disposición del marqués de la Romana regresa a Asturias con el cuadro del Regimiento de Grado, cuyos efectivos fueron distribuidos entre los regimientos de Infiesto, Castropol, Pravia y Cangas de Tineo.  

[11] A su entierro asistió el ayuntamiento de Santander en pleno y las tropas francesas de guarnición le rindieron los honores de ordenanza inherentes a su categoría. (Libro de finados del archivo del Santísimo Cristo de Santander).

[12] Este mismo día el marqués de la Romana hace entrega del mando del Ejército de la Izquierda al teniente general de ascendencia asturiana D. Diego de Cañas y Portocarrero Trelles, duque del Parque.

 

[13] Archivo General Militar de Segovia, Sección 2ª, División 10, Legajo 155.

[14] Este jefe era natural de San Agustin de la Florida, en donde sentó plaza de cadete en el Regimiento de Infantería de Hibernia de guarnición por aquellas fechas en la ciudad americana. (Archivo General Militar de Segovia, sección 1ª, legajo C-2857).

[15] De hecho, ya se encontraba formado por dos batallones desde el 1º de julio de 1809, por haberle sido aplicado el Reglamento de 23 de enero del mismo año..

[16] Diario de La Coruña, nº 230, de fecha 18 de agosto de 1810.

[17] Fondo “Saavedra”, caja 57, legajo 19 (Residencia de la Compañía de Jesús. Granada.

[18] Hoja de Servicios. Archivo General Militar de Segovia, sección 2ª, legajo C-3510.

[19] Archivo General Militar de Segovia, sección 1ª, legajo CH-152.

[20] RODRIGUEZ VILLA, Antonio: Catálogo general de manuscritos de la Real Academia de la Historia: Ligero extracto de los méritos contraídos en la Guerra de la Independencia por la División de Asturias al mando del  general Ballesteros, 4 páginas en folio, escritas por ambas caras. Signatura 11-3-5-5- nº 12 (Ant.) 11-43-841 9-6270.  

[21] Según Manifiesto del Rey de 4 de mayo de 1814, se declara nula y sin efecto ni valor alguno la Constitución promulgada el 19 de marzo de 1812.

[22] El destino de las banderas con nombres de determinados concejos, pertenecientes a los extintos cuerpos creados durante la G.I., por R.O. de 12 de junio de 1815 (art. 1º) se dispuso que fuesen las iglesias parroquiales de las capitales de los respectivos concejos de donde había tomado el nombre la Unidad.

[23] RODRIGUEZ VILLA, ob. cit.

[24] PRO, F.O. 72/66

[25] PRO, F.O. 72/69

[26] “Relación histórica de los méritos y servicios que ha hecho al Rey a a la nación el Regimiento Infantería de Castropol desde el 17 de junio del año 1808 en que fue creado, hasta el de 1815”, Oviedo: Imprenta Pedregal, 1817.

 

[27] Este mismo Escudo de Distinción puede bordarse sobre paño del color de la divisa del uniforme (grana, azul u otro color), puesto que este tipo de premios militares, al no estar sujetos a normas predeterminadas en cuanto a colores se refiere, admiten todas las variantes posibles. En el supuesto de que el conjunto se borde o vaya bordado sobre paño grana, las letras y cordoncillo exterior deben ser de hilo de oro o plata (oficiales) y de estambre amarillo o blanco (tropa). En el caso que nos ocupa, se ha elegido como ejemplo ilustrativo una pieza de seda o lino blanco (color de los cabos y botones del uniforme del Cuerpo) que puede contemplarse en el primoroso retrato de un Teniente Coronel de las Reales Guardias Españolas, cuya condecoración luce en la manga izquierda de la casaca. La otra insignia, de paño rojo, se trata de  una reconstrucción inspirada en el modelo anterior.