REGIMIENTOS
ASTURIANOS DURANTE (1808-1814) José Luis Calvo
Oviedo, 2008 |
Los primeros uniformes de
1808
Cuando
«Los Regimientos de Milicias tendrán el
mismo uniforme que los del Exército, diferenciándose
sólo en la solapa, buelta y cuello, que será encarnado, según hoy lo usan, y en el botón el nombre del
Cuerpo Provincial en que sirven, con cuyo uniforme
han de permanecer aun estando incorporados en los Regimientos de Infantería».
Es decir, el
uniforme se componía de casaca azul celeste, chupa y calzón blancos,
conservando, claro está, el color encarnado de la divisa que se venía empleando
con el modelo anterior. El botón llevaba la inscripción: «P.L D. / OVIEDO» [en dos líneas].
Acometer la
cuestión de la indumentaria del Regimiento Provincial de Oviedo durante los
años 1802-1808[2] resulta
tarea harto difícil, especialmente por la ausencia de referencias precisas
acerca de posturas y remates sobre vestuario, así como consignaciones presupuestarias o libramientos destinados por
el Principado de Asturias para esta necesidad, motivo por el cual no puede
establecerse con absoluta precisión la uniformidad observada por los 400
hombres que en 1808 constituían el Regimiento de Milicias. En la práctica,
debido a la carencia de recursos de toda índole que desde antaño venía
padeciendo el Principado, se concluye que los soldados del Provincial, con la
excepción de la oficialidad, no llegaron
a vestirse con el uniforme reglamentado en 1802.
Por otro lado,
el uniforme que prescribía la Ordenanza de 15 de abril de 1805[3]
y que, en la práctica, debería sustituir al reglamentado en 1802, tampoco
parece probable que fuese usado por los hombres del Regimiento Provincial de
Oviedo; y era natural que así ocurriese, porque en 1808 aún quedaban
regimientos de Infantería de Línea que no habían recibido los uniformes
establecidos en 1805, por lo que se daba la particularidad que al principio de
la Guerra de la Independencia coexistieran unidades vestidas con uniformes de
estándares distintos. Teniendo en cuenta que el proceso de confección de las
distintas prendas que componían el uniforme militar resultaba lento, unido a lo
exhaustas que se encontraban las arcas del Principado (que no podían soportar,
de ninguna de las maneras, el excesivo gasto que representaba una nueva
contrata de vestuario), todo parece indicar que los hombres que componían las
cuatro compañías del Provincial presentes en 1808 tampoco llegaron a vestirse
con las prendas que señalaba la Ordenanza de 1805. Este vestuario, en esencia,
estaba compuesto de:
«Casaca, chaleco y calzón blancos; forro,
vueltas y portezuelas, solapa y collarín encarnados;
polainas altas de paño negro y botón dorado con el nombre de la respectiva ciudad».
En el botón, con ligeras variantes respecto al
modelo anterior, se mantiene la inscripción: «P. L D. / OVIEDO».
Considerando
todo lo anterior, queda, pues, la duda, razonable por otra parte, si los 400
hombres del Regimiento Provincial llegaron a beneficiarse del vestuario
remanente del extinto Regimiento de Nobles que se encontraba depositado en el
cuartel de Milicias desde el año 1796. El uniforme era idéntico, en su forma y
hechura, al modelo aprobado en 1794 con carácter general para la Infantería de
Línea y Ligera, y se componía de:
«... casaca corta de paño pardo, calzón largo hasta más abajo de la
espinilla, del propio paño, y
color; un poncho; chaleco de paño blanco en lugar de chupa; botín pequeño de paño negro; sombrero [redondo] con algo más de tres pulgadas de ala, presilla, escarapela, y un cintillo, ó galón
de estambre alrededor de la copa [...]»[4]
Además de este
vestuario, los soldados disponían de una «chamarra»
[blanca] con vueltas de paño pardo. Tambores y pífanos vestían casaca de
paño azul con el galón de la especialidad; cuello, vueltas y forro de estameña
encarnada, además de un casacón de lienzo.
En
el botón, según el Plan del Regimiento, figuraba la inscripción «NOBLES / DE / ASTUR.S» [en tres
líneas].[5]
La
indumentaria anterior, compuesta por
1.326 vestuarios completos, había sido declarada reglamentaria para el
Regimiento de Nobles de Asturias[6]
por Real Orden, comunicada a
Aunque
Tras la
disolución del Regimiento de Nobles[10],
las distintas prendas que constituyeron su vestuario se encontraban guardadas,
como ya se dijo anteriormente, en una cajonera habilitada al efecto en el
cuartel de Milicias de Oviedo para la custodia del vestuario del Cuerpo de
Nobles cuya indumentaria, parece ser, se empleó entre 1799-1806 para dotar al
Regimiento Provincial de unas prendas de las que, hasta entonces, carecía[11].
Los uniformes, supuestamente recibidos por el Provincial, estarían en torno a
la cifra de 300-400 vestuarios compuestos cada uno de cuatro o cinco piezas esenciales:
«casaca, chamarra, dos pares de calzones [uno
de lienzo], un par de botines y un
sombrero». Según la justificación del gasto derivado de la formación del
Regimiento de Nobles fechado el 12 de junio de 1799, el Provincial de Oviedo
recibió 600 camisas (dos por individuo) del extinto cuerpo de Nobles[12].
Con esa misma fecha aparece consignada la venta ―al por menor― en
Oviedo de una partida de uniformes (alrededor de 329), compuestos de
casaquilla, pantalones y ponchos, por un importe de 17.787 reales, a razón de
18 reales por prenda; otra partida (553 vestuarios), compuesta de las mismas
prendas anteriores, fue vendida ―también al por menor― en Doriga
por un importe de 29.889 reales y 13 maravedíes[13].
En resumen,
fueron vendidos 882 vestuarios de un total de 1.326, con lo que aún restan 444
uniformes que no aparecen reflejados en documento alguno, motivo por el cual no
se puede demostrar el destino que se les dio, aunque se especula con la
posibilidad que éstos pudieran haber sido entregados a los efectivos que
componían las cuatro compañías (todas incompletas) del Regimiento Provincial de
Oviedo entre los años antes citados.
Precisamente, la
formación del Regimiento de Nobles vino impuesta como consecuencia de
encontrarse el Regimiento Provincial de Oviedo sin cuadros ni efectivos, razón
por la cual no pudo ponerse sobre las armas en 1794 cuando España declaró la
guerra a Francia, ya que sólo mantenía algunas banderas de recluta; una partida
que custodiaba el cuartel en Oviedo y otra partida en Gijón destinada a la
aprehensión de ladrones y contrabandistas. En este mismo tiempo sólo permanecía
operativa la compañía de Granaderos que, unida a las restantes de su clase que
fueron sacadas de los cuerpos provinciales de Galicia, constituía una de las
Columnas de Granaderos del Ejército de Operaciones de los Pirineos. En el año
1799 aún se mantenía sin mandos y escasos efectivos, por lo que se ordena hacer
nominaciones para cubrir las vacantes de coronel, capitanes, tenientes y
subtenientes, proceso que nunca llegaría a completarse a pesar de haber sido
puesto sobre las armas en 1806[14].
Otro uniforme
sobradamente conocido por los asturianos durante aquellas convulsas jornadas ha
sido el que vestían los hombres del Primer Batallón del Regimiento de Hibernia
que, procedente de Bilbao, se había presentado en Oviedo para sofocar la
rebelión del Principado de Asturias cuyo Batallón, debido a la actitud de
algunos de sus jefes y oficiales, hace causa común con los patriotas
asturianos. Los colores regimentales asignados al Hibernia por la Ordenanza de
1805 fueron los siguientes:
«Casaca y cuello celeste; solapas, vueltas y
portezuelas anteadas; vivos opuestos; calzones
y chaleco blancos; botón plateado». En el botón figura la inscripción «HIBERNIA».
Precisamente, la
Junta dispuso de un elevado número de oficiales y sargentos, incluso cabos, de
estos dos cuerpos para formar los respectivos cuadros de mando de los
regimientos que se fueron creando entre los meses de junio, julio y agosto de
1808.
Debido a las
dificultades por las que atravesaba el Principado, el 18 de junio de 1808
En efecto, el
gobierno británico, sensible a la petición de los asturianos, envía al puerto de
Gijón diversos pertrechos de guerra, entre los que se encuentran 12.000 «espadas de moda nueva»[15].
En relación con
el vestuario necesario para equipar a los regimientos del recientemente
constituido «Exército Defensivo
Asturiano», el 7 de julio de 1808 el procurador general del Principado, D.
Álvaro Flórez Estrada, en comunicación remitida a John Hunter (cónsul británico
en Gijón)[16],
solicita a Gran Bretaña la confección de 24.000 uniformes completos para vestir
a otros tantos hombres. En la petición se especifica:
«12.000 uniformes deberán ser confeccionados
en paño de color azul, con vueltas y vivos rojos, y los otros 12.000 en paño de
color pardo, con vueltas y vivos verdes. Cada
vestuario constará de chaqueta corta o
casaca, chaleco y calzones; polainas negras
o del propio color del uniforme».
Además de lo
anterior, se solicitaron 600 cajas de guerra con sus respectivas baquetas y
correas.
Resulta
inverosímil creer, dado el elevado número de uniformes solicitados, que esta demanda
pudiera ser atendida por Gran Bretaña en un plazo de tiempo inferior a seis
meses.
Cinco días más
tarde, el 13 de julio, Lord Castlereagh[17],
secretario de la Guerra y Colonias, anuncia al cónsul británico en Gijón el
envío, «para los patriotas españoles [en
Asturias]...», de 40.000 cartucheras y tahalíes con sus bandoleras; 20.000
camisas; 10.000 pares de zapatos, 20.000 mochilas y 6.000 sombreros redondos
[chisteras] con sus escarapelas, incluido medio millar de ollas de campaña y
veinte maletines de instrumental quirúrgico[18].
Este suministro, aunque no incluía casacas ni calzones, podía considerarse como
muy importante ya que, de momento, permitía equipar a unos 10.000 hombres con
unos complementos de uniforme que, en la práctica, resultaba imposible
manufacturar en el Principado por la carencia de materia prima.
Ante la demora
de Gran Bretaña en dar una respuesta afirmativa a la petición formulada por D.
Álvaro Flórez Estrada para la confección de los 24.000 uniformes solicitados;
el 17 de agosto de 1808
«... que el Intendente del Exército
dispusiese á la mayor brevedad hacer un crecido número de uniformes, tomando todas las medidas necesarias para
realizarlo quanto antes»[19].
Es posible que,
a la hora de planear la confección del vestuario acordado por la Junta, la
Intendencia militar haya tenido muy presente la penuria de paños y telas de
diferentes tonalidades que desde tiempos ancestrales venía padeciendo el
Principado, por lo que la observancia de los colores que marcaba la Ordenanza
de 15 de abril de 1805 resultaba improbable que pudiera cumplirse en su
totalidad.
El paño buriel o
pardo[20]
(color oscuro de la lana en su estado natural), por resultar el más económico,
el de más fácil y rápida elaboración en los telares artesanales de Asturias,
sustituyó al color blanco o azul característicos de las prendas militares de
El proceso de
confección de los uniformes asturianos, aunque no estaba regido por norma
especial alguna, se supone seguiría los patrones que marcaban lo reglamentos
sobre indumentaria militar de 1802 y 1805, respectivamente aún vigentes en esa
época. No obstante, la urgente necesidad de vestir a las tropas hizo
inevitable, por economía, introducir alguna que otra modificación sobre
La tropa de los regimientos creados
durante los meses de junio y julio de 1808, organizados apresuradamente en
medio de grandes dificultades, por la escasez de medios antes señalada sólo
disponía de un uniforme, incompleto en la mayoría de los casos, compuesto
fundamentalmente de casaca sencilla o chaqueta corta, de paño pardo, con
cuello, vueltas y vivos encarnados; calzón ó pantalón de lienzo crudo, todo
ello complementado, cuando las circunstancias lo permitían, de chaleco, camisa,
medias, botines de paño pardo o negro y el calzado respectivo. Como prenda de
cabeza, generalmente se utilizaba el gorro de manga o cuartel, el sombrero
redondo[21],
así como cualquiera otro que hubiese en la casa del soldado, en el que se
colocaba una escarapela del color de la divisa nacional (encarnado). Los
botones solían ser de estaño[22];
en principio, sin inscripción alguna, o bien forrados en tela de lino blanco.
Los jefes,
oficiales, sargentos y cabos, incluso soldados, de los regimientos Provincial
de Oviedo e Hibernia ―que sirvieron de plantel para formar los cuadros de
mando de los cuerpos de nueva creación― conservaron, en su mayoría, el
uniforme del cuerpo de procedencia, es decir, utilizaban el reglamentario en
los respectivos regimientos, de cuyas características cromáticas y demás detalles
se hizo mención anteriormente. La oficialidad de nuevo ingreso vestía, con
pequeñas diferencias en cuanto a calidad del paño y otros arreglos, idéntico
uniforme que la tropa, es decir, casaca de color pardo, con cuello, vueltas,
solapa y vivos de color rojo. En el caso de vestir chaqueta corta ésta, en la
mayoría de los casos, carecía de solapas, cerrándose en la parte delantera con
una fila de nueve botones de plata, posiblemente de los conocidos en Asturias
con el nombre de «fernandinos»[23].
La variante con solapas presenta la característica de que éstas se abrochaban
por medio de dos hileras de siete botones cada una, colocadas a ambos lados del
pecho.
Para hacernos
una idea aproximada del uniforme antes esbozado, se ofrece la descripción
literal de la certificación que hace el sargento mayor del Regimiento de Salas
de las prendas que contenía una de las dos maletas pertenecientes al heroico
teniente, graduado de capitán, del Regimiento de Llanes (que se hallaba
agregado al de Salas), D. Antonio Cancio Donlebún[24],
muerto gloriosamente en el campo del honor durante la acción de guerra
favorable a las Armas de España desarrollada en las inmediaciones de Linares de
Cornellana (Salas) el 15 de agosto de 1810. Una de estas maletas ―que
habían sido entregadas por el soldado de la 4ª compañía del 2º batallón,
Feliciano Martínez Casariego, asistente del teniente Cancio― contenía,
entre otras cosas, las prendas siguientes:
«Vnos Pantalones viejos, y rotos de Paño de
color de
Asimismo,
en la alforja de una de las dos caballerías propiedad del citado caballero
oficial, se halló el siguiente calzado:
«Vnas botas de poco uso; y unos zapatos muy
viejos y estropiados con unas evillas de
metal...»
Tanto por el
color como por el carácter de «usado»
o «muy usado» que presentan algunas
de las prendas anteriormente descritas, no cabe duda que éstas fueron las que
constituyeron el primer uniforme que lució el teniente Cancio el 17 de junio de
1808 cuando comenzó a servir en el Regimiento de Castropol. Con un uniforme
similar al reseñado, complementado con los sombreros, zapatos, cartucheras y
mochilas que, procedentes de Gran Bretaña, habían sido puestos a disposición
del cónsul británico en Gijón el 16 de agosto[25];
las tropas asturianas que formaron los regimientos Provincial de Oviedo (que,
parece ser, ya vestía uniforme pardo), Castropol, Grado, Salas, Candás y
Luanco, Luarca, Villaviciosa, Lena, Cangas de Tineo e Hibernia pudieron salir a
campaña, integrados en la división que, al mando del general D. Vicente María
de Acevedo, debería incorporarse al Ejército de Galicia de operaciones en
Vizcaya a las órdenes del teniente general D. Joaquín Blake.
En resumen, la
Intendencia pudo suministrar a los regimientos asturianos desde su creación un
total de 4.600 casacas o chaquetas, 4.606 pantalones, 4.195 chalecos, 900
gorros de manga, 3.904 pares de botines, 1.000 ponchos, 27.078 pares de
zapatos, 21.385 camisas, 18.087 mochilas y 22.612 cananas y cinturones[26].
Los restantes regimientos,
aún sin uniformar y con unos efectivos muy reducidos por hallarse todavía en
proceso de formación, quedaron de guarnición en diversos puntos del Principado
constituyendo la reserva, al tiempo que seguían completando las distintas fases
del programa de instrucción.
Ante la
imposibilidad de proveer de prendas de uniforme a las tropas de la guarnición
en Asturias (parece ser que la confección del vestuario con el que se dotó a
las unidades que componían la división del general Acevedo había agotado todas
las existencias de paño pardo), hizo que
El 23 de agosto
de 1808, W. Huskinson en comunicación remitida a G. Hammond, bajo el epígrafe «... vestuario [para] Asturias ....», manifiesta la
imposibilidad de conseguir tela de color azul para la confección de 12.000
uniformes [todo el paño de ese color ha sido empleado en la confección de los
uniformes que deberían enviarse a la Junta de Sevilla]. Sin embargo, se ofrece
la posibilidad de utilizar paño de color verde, procedente de una reciente
aprehensión efectuada en la mar, de la misma tonalidad y calidad que la de los
uniformes usados habitualmente por los cazadores, que muy bien podría sustituir
al paño azul, ya que la cantidad de paño es suficiente –se dice– para
confeccionar 12.000 casacas. Las vueltas, vivos y demás complementos podrían ser
de color rojo, o bien sin las vueltas, como generalmente ocurre con los
uniformes de los cazadores. Asimismo, ruega se le informe si los botones para
el vestuario deberían ser de metal, y, en ese caso, si deben ser planos o con
alguna divisa particular. A propuesta de los Lores del Tesoro, los pantalones y
chalecos deberían ser blancos, iguales en todo a los actualmente reglamentarios
en el Ejército británico[27].
El 24 de agosto,
en relación con la petición de vestuario «para
una parte del ejército español» formulada por
El 25 de agosto
de 1808, los comisionados asturianos dirigen a Caninng un escrito [redactado en
francés] en el que le manifiestan estar de acuerdo en que se sustituya el paño
de color azul por la cantidad de paño verde propuesto por los señores
comisarios del Tesoro, incluyendo, claro está, el paño rojo necesario para los
complementos de las casacas, así como la tela de color blanco o gris para
calzones y chalecos en proporción. Asimismo, los comisionados aceptan el
ofrecimiento y envío a Asturias de los 4.000 uniformes de color rojo ofrecidos
por Canning el día anterior, añadiendo que admiten, además, todos aquellos
uniformes que estuviesen prontos, fueran del color que fuesen[30].
El 27 de agosto
de 1808[31],
W. Huskinson subraya que los 4.000 uniformes de color rojo, ahora consignados
para su envío a Gijón, proceden de un remanente de 10.000 vestuarios completos,
originalmente destinados a la milicia de
En una relación sin
fecha [probablemente datada el 30 de agosto de 1808], que incluye una remesa de
diversos artículos, aparecen consignadas las siguientes prendas:
«4.000
vestuarios completos, consistentes de: casacas rojas, chalecos blancos y pantalones
grises. 10.000 prendas de cabeza»[33].
Con
independencia de lo anterior, entre los meses de septiembre y octubre de 1808,
según
En el transporte
Fortuna:
- 1.532 camisas ordinarias y 7.468 finas [total 9.000]
- 10.000 pares de zapatos
- 14.100 cartucheras con sus correas
- 6.000 mochilas
- 500 ollas de campaña
En
el transporte Symetry:
-
24.400 cartucheras con sus correas
-
11.000 camisas
-
11.000 mochilas
El 11 de octubre de 1808[35]
aún quedaba pendiente de recibir, a la espera de ser embarcado para Gijón, un
envío compuesto de 2.150 gorros y 20.000 vestuarios[36].
D. Álvaro Flórez
Estrada en escrito, circunstanciado en Oviedo el 14 de octubre de 1808,
dirigido al cónsul británico en Gijón[37],
expone: «...la mayor parte del material
traído por el transporte Fortuna ha sido enviado a nuestro ejército ...».
Asimismo, le expresa las quejas por no haber recibido aún el vestuario
prometido ya que, «como Vd. sabe, por
esta razón nuestras tropas andan casi desnudas, excepto los 1.500 [hombres]
que hemos vestido...»
Con
el objeto de dotar de la debida uniformidad a las tropas levantadas en las distintas
regiones españolas,
“Sombrero, dos camisas, pañuelos de cuello o
corbatín, chaqueta asolapada, pantalón,
capote con mangas o poncho de paño pardo, medio botín de paño negro, y zapatos”.
Como fácilmente
podrá comprobarse, este vestuario coincide, en esencia, con el que ya se venía
confeccionado en el Principado de Asturias desde el mes de junio de 1808.
Aunque la disposición anterior no expresa ni aclara el color de la divisa, se
cree que ésta seguiría siendo de color grana para las tropas de línea y verde
para las ligeras.
[1] Reglamento de la nueva forma y constitución de los Regimientos de Milicias Provinciales de la Península, Imprenta Real, Madrid 1802.
[2] En
los libros de Actas de
[3] Declarado reglamentario, con carácter general, para todos los regimientos provinciales de España según la Ordenanza citada.
[4]
A.H.A., libro 119. Junta Extraordinaria año
[5] Idem. En el manifiesto que, con fecha 30 de octubre de 1794, el conde de Toreno dirige a los vecinos Nobles de la villa y concejo de Cangas de Tineo animándoles para que se alisten en el Regimiento, entre otras cosas, dice: “... [aquellos] sorteados como voluntarios, que es otro privilegio, y para que asimismo pueda ocultarse en los botones del uniforme se ha de grabar la inscripción siguiente: Voluntarios Nobles de Asturias”. Se desconoce si esta iniciativa auspiciada por el conde de Toreno llegó a prosperar, en cuyo caso el botón debería llevar grabado: “VOL.s / NOBLES / DE / ASTUR.s” (en cuatro líneas).
[6] Ofrecido por el Principado de Asturias el 27 de agosto de 1794 para sostener la guerra contra la Convención francesa, siendo aceptada su formación por R.O. de 12 septiembre del mismo año. Teóricamente, el Regi-miento debería constar de tres batallones pero, al tropezar con serios inconvenientes para su recluta, sólo llegaron a completarse dos batallones, por lo que la Corona se vio en la precisión de ordenar que el expresado cuerpo quedase constituido únicamente de dos batallones. (A.H.A., libro 119)
[7]
A.H.A, libro cit. La adopción del uniforme pardo, con el aumento del poncho
[dos mil varas más], obligó hacer una nueva contrata de paño. El gasto del
vestuario se propuso sufragarlo con el arbitrio [subsidiario de otros dos] de
dos reales en cada cántara de vino que entrara en el Principado por los puertos
de mar y tierra, que el Rey no aceptó. Ante el fracaso de los arbitrios
anteriores, el Ayuntamiento de Pravia [uno de los más ricos de Asturias por
aquella época] se ofrece para financiarlo por medio de un empréstito, con
calidad de reintegro, por la totalidad de
[8] Según
este Plan, el uniforme propuesto se componía de «sombrero sin galón, casaca corta, chupa, calzón, solapa y voton blanco
con el letrero de Nobles de Asturias; vuelta, cuello y vivo color carmesí».
[9] AHA, libro 121, cita que fueron servidas por Cipriano Fernández dos remesas de estameña blanca para el forro de las casacas. Una de estas remesas la componían 1.777 varas de estameña blanca de Campos (libramiento nº 12), y otra, de 56 varas, de forro blanco para las casacas de los sargentos, así como otras 49 varas de paño pardo para las vueltas de las chamarras de los soldados (libramiento nº 14).
[10] Prevenida por Real Orden de 24 de septiembre de 1795 y verificada el 7 de octubre del mismo año.
[11] En febrero de 1808 aún quedaba un remante de 18 camisas y noventa y dos pares de medias, que fueron entregadas a las tropas pertenecientes al Regimiento de Montevideo que, por aquellas fechas, se encontraban en Oviedo.
[12] AHA., libro 121.
[13] A.H.A., libro cit. Al 3º batallón del Regimiento Asturias que, por aquellas, estaba destacado en Oviedo dando guarnición a la costa asturiana, le fueron vendidas 1.225 pares de medias, 313 pares de zapatos y 585 camisas (nuevas y viejas), todo ello por un importe de 24.840 reales.
[14] El 16 de abril de 1808 se eleva al Rey un extenso memorial sobre el estado del Regimiento, manifestando, entre otras cosas, que no puede completarse por eximir a los Nobles de su alistamiento desde el año 1742 (A.H.A., libro 124, folio 381 y siguientes).
[15]
Según recoge la Gazeta de Oviedo, nº 11, correspondiente al 9 de julio de 1808,
este suministro fue traído por los buques Simón
y Patty.
[16] Comunicación de Álvaro Flórez Estrada a John Hunter, quien la transmite al día siguiente a George Canning (London, july 8, 1808, PRO, FO 72/62).
[17] Comunicación de Castlereagh a Mr. Hunter,
[18] Estos equipamientos, cuyo embarque se anuncia el 16 de agosto de 1808, son transportadas por el navío Fortuna, se reciben en el puerto de Gijón a primeros del mes de septiembre (J. Barker, Assistant Deputy Commissary General a Alexander McLucy, Soho Square, 16 August 1808, PRO, FO 72/89).
[19] Gazeta de Oviedo nº 28, de 27 de agosto de 1808.
[20] La utilización del paño pardo ya estaba en la mente de D. Álvaro Flórez Estrada cuando el 7 de julio de 1808 solicitó a Gran Bretaña la confección de 12.000 uniformes de esta tonalidad.
[21] Estos sombreros, de gran tradición en el Ejército británico en la última década del siglo XVIII y primeros años del XIX, son lo que aparecen consignados en las relaciones de fecha 13 y 16 de agosto, respectivamente, los cuales llegaron a Asturias a bordo del buque Fortuna a primeros de septiembre de 1808. (Comunicación de J. Barker a Alexander McLucy, PRO, FO 72/69).
[22]
ALONSO BONET, Joaquín: Biografía de la villa y puerto de Gijón (2ª edición),
Gijón, 1967. Según este autor, el único taller existente en Asturias dedicado a la fabricación de
botones de estaño, era una pequeña industria familiar que funcionaba en Gijón
desde 1796, aplicada a la imitación de botones blancos «a la inglesa».
[23] Realizados con monedas de un real de vellón con el busto de Fernando VII.
[24] El teniente Cancio durante el
desarrollo de la acción de Linares, naturalmente, debería vestir la casaca roja
y pantalón blanco o gris, procedente de la ayuda británica recibida en Asturias
en diciembre de 1808, prendas éstas que sirvieron para uniformar a los
regimientos que constituían la División de Asturias (guarnición del
Principado), entre los que se encontraban, claro está, los regimientos de
Llanes y Salas.
[25] Este
envío, traído por el transporte Fortuna y
desembarcado en el puerto de Gijón a primeros del mes de septiembre, consistía
en 14.100 cartucheras; 10.000 pares de zapatos; 6.000 sombreros redondos y
6.000 mochilas, comprendía la primera remesa de las prendas ofrecidas el 7 de
julio de 1808. (Comunicación
de Castlereagh a Mr. Hunter, Downing
Street, 13 July 1808, PRO, WO 6/164).
[26] Datos incluidos en el estado general firmado por el intendente general D. Pedro Miranda Flórez el 9 de diciembre de 1808, de las prendas de vestuario y otros efectos existentes en los almacenes de Oviedo que fueron suministrados a los regimientos desde su creación (AHN).
[27] Comunicación de W. Huskinson a G. Hammond,
Treasury, 23 August 1808, PRO, FO 72/69.
[28] PRO, WO 6/164, doc. cit. Fueron embarcados en Portsmouth, en el mismo buque (el Fortuna) que transportaba diversos suministros para las tropas de Galicia y Asturias. Parece ser que estos prisioneros pertenecían al Regimiento de Buenos Aires, capturado en Montevideo en 1807 y de nuevo reorganizado en La Coruña en 1808 y que, al ir vestido con uniformes británicos, era conocido con el sobrenombre de “colorados”.
[29] Comunicación de George Canning al vizconde de Matarrosa y a D. Andrés de la Vega, London, 24 August 1808, PRO, FO 72/66.
[30] Comunicación de los comisionados asturianos a George Canning, London, 25 August 1808, FO 72/66
[31] Comunicación de W. Huskinson al Comisario General Cofin, Treasuy, 27 August 1808, PRO, FO 72/69.
[32] El envío de estos 10.000
uniformes a Canadá había sido anunciado por Castlereahg al Gobernador General del territorio con fecha
22 de enero de 1808, y formaba parte de una gran remesa que incluía fusiles y
demás pertrechos con destino a la Milicia canadiense, caso de ser movilizada.
Precisamente, el 4 de agosto de 1808, James Craig [Gobernador de Canadá] informa
a Londres que los navíos han llegado a su destino, pero sin ninguno de los
artículos consignados en la comunicación del 22 de enero. En efecto, así es,
los uniformes, armamento y demás pertrechos habían sido enviados a España.
[33] PRO, FO 72/69. Aunque no especifica qué tipo de prenda de cabeza se trata, ya que en el texto original viene reseñado como “caps” [término oficial británico con el que se denominaba el chacó], es posible que fuese el modelo 1800, popularmente conocido por el nombre de ‘stovepipe’ [tubo de chimenea].
[34] La
relación está fechada en abril de 1809, PRO, FO 72/87.
[35] Comunicación de J. Barker a G. Harrison,
[36] Este
envío llega al puerto de Gijón en mayo de
[37] Comunicación de Álvaro
Flórez Estrada a Hunter, Oviedo, 14 october 1808, PRO, FO
72/63.